La Red Social

«La Red Kane» o la fábrica de mitos americana

Una periodística casualidad conceptual

 

El 15 de octubre de 2010, tres de los cinco periódicos de mayor tirada nacional en España coincidían, ya fuera en la sección de críticas de cine, en la de nuevas tecnologías, o en la de reportajes enmascarados de promoción, con el siguiente titular: “Ciudadano Zuckerberg1”. Este titular unía dos conceptos; por un lado, el apellido de Mark Zuckerberg, creador de la empresa de servicios en red Facebook y que venía a colación por el estreno de la película de David Fincher La Red Social, biografía no autorizada sobre el propio Mark. Y por otro lado, la película Ciudadano Kane, dirigida por Orson Welles, en la que se narra la vida de Charles Foster Kane, personaje, se dice, fielmente inspirado y no autorizado en William Randolph Hearst, magnate de la prensa estadounidense y uno de los creadores de la prensa sensacionalista.

 

Del hecho anteriormente descrito se pueden extraer a su vez dos lecturas: Que la prensa española se espía temáticamente y los distintos periodistas copian incluso sus titulares de forma evidente ante la impasividad del lector. O siendo benevolentes, que aunque así fuera y la prensa se copiara entre sí como una imprenta de tipos móviles, algo habrá en La red social que haga referencia a Ciudadano Kane de forma tan explícita como para que tres periodistas de tres medios distintos tengan la misma invención conceptual para sus distintos titulares. Por tanto, ¿Cuáles son las causas de que se diera tal casualidad? ¿Qué puntos comunes unen estas dos películas?

 

Independientemente de las relaciones a nivel temático que existen entre las dos películas, existen también, como se procederá a argumentar con posterioridad, otros puntos en común menos obvios pero determinantes, relacionados con la estructura narrativa de la historia, con la conceptualización de los personajes fílmicos respecto a los personajes reales, su desarrollo, el género cinematográfico al que pertenecen, y la realidad narrada que las dos películas tratan de reflejar, a parte de la amplia selección de recursos cinematográficos y estéticos que los directores de sendas películas manejan durante su metraje.

 

Orson Welles y Jesse Eisenberg

 

Sinopsis y temas

 

Ciudadano Kane es  la historia de Charles Foster Kane, un hombre rico y carismático con el profundo trauma de haber sido separado de sus padres y cedido durante su infancia a un banco para su correcta educación. Este hombre, consigue sentar las bases del periodismo moderno, triunfar en política y convertirse en un hombre poderoso y dominador.

 

La Red Social, en cambio, es la historia de Mark Zuckerberg, un joven inteligente pero poco hábil en el ámbito de las relaciones sociales, que desarrolla un producto en internet de tal éxito que hace que se convierta en el joven más rico del mundo, a pesar de las distintas demandas legales que durante el desarrollo del sitio web en cuestión le interpongan distintas personas por fraude industrial y copia del producto.

 

Ambas películas, que están desarrolladas de manera velada a partir de la vida de dos personajes reales, William Randolph Hearst y el propio Mark Zuckerberg, representan mundos distintos dada la diferencia de setenta años entre las dos producciones, lo que implica variaciones cosmológicas en la representación de los protagonistas y su entorno. Sin embargo, las dos películas cuentan con temas universales comunes en su historia.

 

Ciudadano Kane

Ambos filmes hablan en clave de éxito de sus dos protagonistas, pero este concepto está contextualizado según cánones puramente capitalistas, destacando como factores de éxito la suma de posesiones, el acaparamiento de poder, las conquistas financieras, o la evolución empresarial y profesional. Este éxito, además, implica un fracaso en lo personal directamente proporcional a su éxito profesional, que evoluciona hacia la frustración cuanto mejor y mayor es su situación laboral y económica. En la película de Welles, cuanto más rico y poderoso es el protagonista, más y más se aleja de lo social, reflejado en la puesta en escena, punto que se desarrollará con posterioridad, o en sus relaciones con amigos, mujer o amante. Del mismo modo, el éxito de Zuckerberg deriva hacia la frustración, puesto que el fin de su producto era facilitarle las relaciones en el aspecto personal, pero una vez desarrollado, el resultado esperado no se cumple, pues sigue siendo un joven con dificultades en las relaciones interpersonales, a pesar de su hiper-desarrollada cuenta bancaria.

 

Por otro lado, este aumento del éxito implica en ambas películas la pérdida irremediable del contacto con los agentes sociales de cada uno de los personajes, como son los grupos de pares, representados por los amigos universitarios que evolucionan en compañeros de trabajo en el caso Zuckerberg y por los colegas de redacción en el caso de Kane. En ambos casos existe la figura del amigo traicionado representada por Joseph Cotten y Andrew Garfield, traición resultado de la incompatibilidad entre lo profesional y lo personal, ya sea por cuestión de principios o por política de empresa. También en ambos casos, se aprecia una continua falta de relación con otros agentes como la familia, ausencia radical en el caso de Kane debido a su adopción y ausencia en el caso de Zuckerberg por omisión en la representación, fruto de la decisión del director y el guionista. Además, ambos personajes destacan por su fracaso en el ámbito de  las relaciones de pareja, reflejado a partir de la apatía y la incompatibilidad familar-laboral en el personaje interpretado por Welles o por incapacidad relacional en el interpretado por Jesse Eisenberg, que interpreta a Zuckerberg.

 

 

Por último, ambos personajes reflejan una forma distinta de trabajar respecto a su entorno o época. Son personajes rupturistas, innovadores, ambiciosos, que trabajan contracorriente independientemente del dinero que cueste, ya que su fin no es económico, aunque ambos acaben siendo ricos fruto de su trabajo, sino platónico, ambos quieren cambiar el mundo. Por esto, no es baladí que ambos personajes se dediquen a los medios de comunicación, puesto que el fin último de ambos junto con el de la transformación del mundo que les rodea, es el de situarse ellos mismos en el centro de ese nuevo mundo en un ejercicio de egolatría destinado a saberse en soledad por encima del común de la sociedad, como reflejan detalles como la firma de los periódicos y el afán político en Kane para ser reconocido, o el hecho de que el primitivo Facebook contenga la cara de su Zuckerberg, en la página inicial.

 

Género y estructura

 

Ambas películas a grandes rasgos pertenecen al género denominado biopic o relato biográfico, a pesar de que ambas biografías cuentan con libertades dramáticas que se permiten los creadores respecto a los personajes reales protagonistas.

 

En ambos casos es sintomática la acumulación de géneros utilizados en ambas películas, entendido esto como clave de modernidad y avance en el caso de Ciudadano Kane y como moda o estilo actual en La Red Social, ya que es un recurso implantado industrialmente en la actualidad. Por esto, y dada la hibridación de géneros actual en los relatos fílmicos institucionales americanos, es imposible catalogar mediante un solo género ambas películas ya que, por ejemplo, se pueden encontrar muestras de lenguaje documental, cine negro o reportaje televisivo al comienzo de Ciudadano Kane, o del género de películas universitarias, thrillers y de juicios en La red Social.

 

Jesse Eisenberg en La Red Social

Por otro lado, ambas películas comparten el perspectivismo como estructura de avance narrativa. En los dos casos, a partir de las opiniones de terceros se hilvana el relato, aunque cabe destacar que en la película de Welles este recurso es utilizado de forma más radical, ya que se utiliza en todos los casos la tercera persona a modo de introducción de los distintos capítulos de la vida de Kane. Aún así, ambas películas evolucionan a base de flashbacks y flashforwards, centrándose en distintos temas: Por un lado la vida y obra de Charles Foster Kane que se estructura según la evolución personal del protagonista y que toma como excusa la búsqueda del objeto Rosebud, y por otro, la evolución del experimento Facebook, verdadero protagonista inerte de la película de Fincher, a través de su nacimiento, evolución, problemas legales y éxito final.

 

Esa estructura perspectivista es la que da forma al relato y lo dota de verosimilitud frente al espectador, ya que el hecho de que ambas historias sean conocidas por la población y remitan constantemente a lugares comunes, obliga a los creadores a dramatizar y por qué no, a inventar situaciones y diálogos que a pesar de estar documentados, necesitan ser rellenados de texto dramático y lógica narrativa. Es en este espacio donde el recurso perspectivista legitima la narración ofreciendo un relato en tercera persona, no oficial, y por tanto, rendido a la capacidad del personaje secundario en cuestión para rellenar los huecos que no podría rellenar un relato oficial en primera persona.

 

A pesar de lo anterior, en ambas películas, el supuesto perspectivismo anteriormente descrito, si bien teóricamente debería pluralizar las historias dotándolas de mayor riqueza y profundidad dados los múltiples puntos de vista ofrecidos, a fin de cuentas, no sirve más que de introducción capitular y legitimador narrativo, puesto que los flaschbacks y flashforwards remiten a una narración en primera persona “oficialista”, en presente histórico, vacía de contenido opinativo, crítico y subjetivo por parte de los personaje relatantes en cuestión, lo que contribuye a crear una única y clara curva de evolución de los protagonistas a lo largo del relato.

 

Recursos cinematográficos y formales

 

En ambas películas conviven tácticas técnicas que sirven como descriptores de la personalidad de los protagonistas durante el film. Por ejemplo, la utilización continua de las posiciones de cámara en picado y contrapicado en Ciudadano Kane sirven para recalcar la supremacía del protagonista respecto a quienes le rodean. Del mismo modo que Zuckerberg es representado a partes iguales en actitud pensativa, cercana a la inopia y en soledad durante gran parte de las secuencias, lo que por otro lado también define al personaje.

 

En Ciudadano Kane el paulatino uso de la oscuridad y el engrandecimiento de los espacios respecto a la escala humana según avanza la vida de Kane, véase Xanadú como último recurso, van dirigidos a transmitir soledad y aislamiento entre el lujo que ha propiciado su vida  “privilegiada” económicamente pero vacía de relaciones humanas. Del mismo modo, Zuckerberg, durante la última secuencia de la película y mediante un sutil recurso por parte del director, se sienta solo frente a su invento, superado frente al ordenador por el programa informático que le ha servido para ganar dinero y fama pero cuyo principal función, aquella para la que fue diseñado, no ha cumplido, que era la de acercarlo a las chicas y convertirlo en alguien capaz de relacionarse de manera normal con la gente. Ese es el particular Rosebud de Zuckerberg según Lynch.

 

Por otro lado, en ambas películas destaca el tono oscuro, las luces y las sombras rozando el género noir en Ciudadano Kane y el thriller en La Red Social. Esto que puede ser atribuido como aporte técnico a la mezcolanza de géneros, implica la  representación del silencio y la mentira dentro de las historias, ya que en ambas son importantes los silencios y los secretos, y como se decía en el apartado anterior, puesto que la historia real no es conocida, y por tanto los secretos y las medias verdades se intuyen, las sombras funcionan como vacíos por rellenar durante las distintas secuencias.

 

Ciudadano Kane

 

Definición sesgada del personaje como búsqueda del mito

 

Para terminar, cabe destacar la finalidad última de las dos películas en cuestión que es la de crear mitos propios dentro del imaginario colectivo americano. Personajes arquetípicos que se repiten dentro del ideario capitalista y que por tradición histórica o por la falta de ella no existen y han de ser creados, ya sea como ejemplo a seguir o ejemplo a desprestigiar.

 

Es común en la industria americana la representación de personajes que habiendo sido dotados de una gran capacidad para conseguir aquello que querían, representado en la mayoría de los casos en forma de posesiones económicas y materiales, olvidan qué les llevó a convertirse en lo que son, convirtiéndolos en personas frustradas y ajenas a cuanto sucede a su alrededor. Esto, hilvanado con personajes y situaciones reales, ofrece al espectador la posibilidad de sentarse ante lo que él cree ser una moraleja sobre la realidad, pudiendo sacar unas conclusiones que dado el carácter ficticio del relato poco tienen que ver con la realidad en sí, pero que ayudan a reordenar el cosmos económico y social  del común de la sociedad a través del prestigio y desprestigio de valores comunes.

 

Ambas películas, por tanto, representan los valores de una sociedad, la americana y por extensión la occidental, que en continuo cambio no conoce mayor cosmogonía en su ser capitalista que la de las grandes fortunas y los grandes emprendedores. Por esto, y porque dicho modelo carece de sentido sin la historia de los Kanes y los Zuckerbergs, sus historias son contadas, independientemente de que sean ciertas o no a modo de manual de comportamiento para el buen ciudadano de a pie. Poco importa si lo que se cuenta es realmente cierto o no, siempre y cuando sea digno de ser contado y el espectador pueda obtener una buena moraleja que echarse a la boca y una excusa para no sentirse tan desgraciado.

 

La Red Social

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados