Los Héroes que nunca Vimos (2)

Los héroes que nunca vimos (2)

Continuamos con nuestro particular repaso a todos esos proyectos que trataron de beneficiarse del fenómeno freak… y se llevaron un buen batacazo. Y es que para adaptar un cómic hay que tener un poco de cabeza, que si no pueden ocurrir cosas como las que pasamos a detallar a continuación.

 

1. Plastic Man, de los hermanos Wachowski:

 

Plastic-manTodo superhéroe de la factoría Marvel tiene su equivalente en DC (y viceversa) y así, el doctor Reed Richards de los 4 Fantásticos tiene en DC a Plastic Man, con la diferencia que el doctor es un hombre serio y trabajador mientras que Plastic Man es, al menos inicialmente, un vulgar ladrón que adquiere el poder de modelar su cuerpo a voluntad. Aunque la mayor diferencia entre ambos personajes la encontramos en el hecho de que los cómics de Plastic man contenían elevadas dosis de un humor violento al estilo del Coyote y Correcaminos.

 

Dicho todo esto no es difícil imaginar una película desenfadada sobre el personaje, Green Hornet y Mystery Men son ejemplos de que no sería la primera vez en que se plantea algo así. Entonces, ¿cuál fue el problema?

 

Como ya vimos en la primera entrega de este reportaje, un gran director no siempre es sinónimo de una buena adaptación en el terreno de los cómics. Para este proyecto se contrató a los hermanos Wachowski, que acababan de finalizar su primer guión (allá por 1995): el de Asesinos, aquella película que protagonizaran Antonio Banderas y Sylvester Stallone. También se contrató a Bryan Spicer, que venía de dirigir la película de los Power Rangers, nada menos.

 

El anterior párrafo se puede resumir en “guionistas novatos y director casi desconocido”, pero fue sin duda el guión de los creadores de Matrix lo que mató el proyecto. En él se renunciaba a la comedia (género que, por otra parte, no ha tocado jamás la pareja) y se cambiaban los orígenes del superhéroe, que pasaba de ser un ratero herido y bañado en ácido a un ecologista radical capturado por un empresario demente que quiere ser joven y hermoso de nuevo y utiliza a nuestro protagonista como conejillo de indias para sus experimentos.

 

Tras la lectura del guión, los jefes de Warner Bros. decidieron que quizá no era tan buena idea eso de hacer una película sobre un ‘ecologista estirado’ y ahí acabó todo… ¿O no?

 

Pues no del todo, ya que Andy y Lana Wachowski siguen teniendo en su poder el guión y nunca lo han llegado a descartar, es más, en 2008 se llegó a hablar de Keanu Reeves en el papel principal de esta película, que se estrenaría en 2009 con escenas tan divertidas como una descrita por los guionistas para MTV:

 

La escena más divertida que se nos ocurrió está casi al principio, cuando acaba de convertirse en Plastic Man y va al baño, para darse cuenta de que su orina ya no es biodegradable, momento en el que nuestro protagonista desea morir

 

Plastic-man

 

2. Spider-Man,  el culebrón de los mil nombres:

 

Spider-Man es, junto con Lobezno y Masacre (Deadpool), uno de los héroes que más tirón tienen actualmente. El concepto de adolescente de instituto que obtiene poderes, pero que sigue teniendo que lidiar con estudios, amoríos y hormonas lo convierte en el favorito de muchos jóvenes. Es debido a esto que Spider-Man cuenta con gran cantidad de adaptaciones en la pequeña y la gran pantalla (como la tres de Sam Raimi o la próxima The Amazing Spider-Man), pero las cosas no siempre han sido tan fáciles para nuestro amigo el trepamuros.

 

Allá por 1983 las cosas no pintaban nada bien para las adaptaciones de cómics, la mala acogida de Superman III por parte de la crítica y del público norteamericano hizo que cualquier proyecto basado en mallas y antifaces que se quedara temporalmente paralizado. Dos años después Cannon Films, responsable de la mayor parte de la filmografía de Chuck Norris, decidió dar un golpe sobre la mesa con la compra de los derechos de Spider-Man por un período de 5 años, tras los cuales Marvel volvería a ser dueña de Spidey.

 

¿Y cómo es que no nos suena este proyecto?

 

Menahem Golan y Yoram Globus, mandamases de la productora, sólo sabían de Spider-Man que era un producto que hacía mucho dinero. Eso y que la cosa debía ir de arañas, que por el título se sobreentiende. Así que (creyendo que Peter Parker era una especie de Spider-Man de Leslie StevensHombre Lobo) le encargaron a Leslie Stevens (Sheena, Reina de la Selva) y a Tobe Hooper (La Matanza de Texas, Poltergeist) la escritura de un guión y la dirección de una película que contaría la historia de un fotógrafo bombardeado radiactivamente que se transforma en un monstruo de ocho brazos peludo y suicida y que, al negarse a ser parte de una nueva raza de seres mutantes, deberá luchar contra ellos en la base del laboratorio donde ha sido creado.

 

Por suerte para los fans del hombre-araña, quedaba un héroe de pelo blanco y eternos bigote y gafas tintadas. Stan Lee leyó el guión y decidió que una aberración así no podía llegar a las salas, así que presionó a la productora (Marvel mediante) para que resetearan el proyecto y utilizaran un guión que él había encargado a Ted Newsom y John Brancato (al cual conocemos por otra adaptación comiquera que SÍ se hizo: Catwoman). La nueva idea era que el doctor Otto Octavius invitaba a un universitario Peter Parker a participar en sus experimentos con el ciclotrón, el experimento en cuestión salía mal y daba lugar a Spidey y al Doctor Octopus (por aquello del electromagnetismo mal dirigido). La cinta la habría dirigido, según los planes de Lee, Joseph Zito (Desaparecido en Combate, Invasión USA).

 

El tema fue que Zito llegó… y decidió contratar a Barney Cohen (creador de Sabrina, cosas de brujas) para que reescribiera el guión. A Cohen le pareció extremadamente divertido que Octopus acabase su frases con una repetitiva coletilla: “Okey-dokey!” Aún así, la producción siguió adelante y se barajaba un presupuesto de 15-20 millones de dólares (una buena suma para la época), es más, Zito comenzó a establecer contactos para contratar actores para su film y sonaron nombres como Scott Leva (un modelo de entonces que a día de hoy trabaja como extra de escenas de riesgo) e incluso un jovencito Tom Cruise, que venía de participar en Top Gun.

 

Scott Leva y Tom Cruise
Leva llegó a disfrazarse de Spidey para actos promocionales. Cruise ha tenido que esperar a la nueva entrega de Mission: Impossible.

 

El posible reparto se completaría con Bob Hoskins (que años más tarde “caería” en la infame Super Mario Bros.) como Doc-Oct e incluso con el mismísimo Stan Lee como J. Jonah Jameson, el editor del Daily Bugle. ¿Qué podía salir mal ahora?

 

El nuevo problema lo constituyó Superman IV. Ya habían pasado cuatro años desde su desastrosa predecesora y Cannon Films se hizo con los derechos de la franquicia (cedidos por Warner Bros.) y consiguió lo impensable: que no se volvieran a hacer películas de Superman hasta 2006. El caso es que, con todos los esfuerzos de la productora orientados a hundir la franquicia del símbolo americano, Spider-Man sufrió un serio recorte económico… Recorte que Zito no aceptó y que significó su salida del proyecto.

 

Con Zito fuera de juego, la productora fue contratando a más y más guionistas para que realizaran sucesivas alteraciones del guión original de manera que la producción fuera más barata, pero al final llegó 1989, los productores vieron como un millón y medio de dólares gastados se iban por el desagüe y la aventura arácnida de Cannon Films se convirtió en uno de los primeros y más sonados fiascos dentro del mundillo de las adaptaciones comiqueras, fiasco que contribuyó a la “desaparición” del grupo, que hubo de ser comprado por Pathé (la gran productora francesa).

 

Bob Hoskins pudo ser Octopus
Bob Hoskins pudo ser Octopus, pero se quedó con Mario Bros.

 

Tras el derrumbamiento de Cannon Films, Menahem Golan, uno de sus creadores, no se dio por vencido y se decidió a crear una nueva productora, para la que utilizaría varios proyectos cuyos derechos aún poseía y en la cual amplió el acuerdo con Marvel por Spider-Man hasta 1992. La nueva compañía se llamaría 21st Century Film Corporation y, en el Festival de Cannes de 1989, anunció que la película comenzaría a rodarse en septiembre con un guión firmado por Barney Cohen, Ted Newsom, John Brancato y un tal Joseph Goldman (que no era otro que el propio Menahem). Las firmas del guión hacen sospechar lo que realmente era: un remix de todos los guiones anteriores, pero ajustado a un presupuesto de película independiente.

 

¿Qué ocurrió con este nuevo intento? Fácil, en 1990 21st Century Film Corporation lanzó otra adaptación de un cómic y fue tan soberanamente mala que no se ha vuelto a hacer nada de ese personaje hasta este verano.

 

Hablo, como no, del Capitán América.

 

Tal y como estaban las cosas todo parecía haber acabado, pero a finales de 1993 Variety informó que Carolco Pictures (responsable de maravillas como Terminator II) había recibido un guión firmado por nada menos que James Cameron (que acababa de estrenar Mentiras Arriesgadas)… y John Brancato, Newsom, Cohen y, cómo no, Goldman. Guión que, por supuesto, era idéntico al de anteriores ocasiones, pero con la fecha actualizada a 1993. La rumorología llegó a poner a Arnold Schwarzenegger en el papel de Doctor Octopus.

 

Menahem Golan
Menahem Golan, genio del mal.

 

Meses después de la noticia, el propio James Cameron envió un nuevo guión sin Octopus, pero con Shocker y el Hombre de Arena en su lugar y con un Peter Parker que revelaría su identidad secreta a Mary Jane y que terminaría teniendo sexo con ella. La cosa no pintaba del todo mal, pero los ejecutivos de Carolco cometieron el error de usar como modelo para el nuevo contrato de Cameron el mismo utilizado en Terminator II, contrato que permitía al guionista/director elegir quién salía y quién no en los créditos. La primera decisión de Cameron fue dejar fuera a Golan y esto le acarreó a Carolco una serie de demandas judiciales que vieron su final en 1996… Cuando Carolco, 21st Century y Marvel se fueron a la bancarrota.

 

En ese momento Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) aprovechó para comprar todas las producciones pasadas, presentes y futuras de 21st Century, incluyendo el añejo guión del trepamuros con un plantel de guionistas cada vez más extenso. Pero en 1998 Marvel renació de sus cenizas y reclamó los derechos de Spidey, para venderlos inmediatamente después a Columbia Pictures. MGM demandó a Columbia, pero al final, en 1999, se llegó a un acuerdo, gracias al cual tres años después (17 desde que comenzó todo) pudimos ver a Tobey Maguire pegar saltos en pantalla grande.

 

Spider-Man, pasado de kilos
Con tanto nombre sólo faltaba que Jack Black también hubiese optado al proyecto.

 

3. Wonder Woman, la serie:

 

Ha sido una de las noticias que nos ha tenido en vilo el último año. Una serie para la cadena americana NBC que contaría con la presencia de Adrianne Palicki (Legión, Friday Night Lights) como la justiciera y con Elizabeth Hurley (Austin Powers, Colgado de Sara) como la villana. La serie sería independiente de la película que Warner Bros. tiene planeada para 2013 (¿o 2015?) como antesala de La Liga de la Justicia y su episodio piloto llegó a rodarse, dirigido por Jeffrey Reiner y guionizado por el multipremiado David E. Kelley (Ally McBeal, Boston Legal)

 

 

¿Qué pasó si tan buenas sensaciones daba?

 

Un productor cuerdo no debería poner al frente de una serie de superhéroes a un guionista especializado en las series de abogados o a un director de series de acción canceladas por baja audiencia (Caprica, The Event) y cuyas series triunfadoras vuelven a ser de un corte más reposado (Friday Night Lights) o, de nuevo, de abogados-investigadores (Colombo, NY: Distrito Judicial)

 

¿Por qué? Porque entre los dos tenían pensado «regalar» a los fans una mezcla de acción, drama y comedia en la que la protagonista tendría dos identidades más aparte de la de Wonder Woman (a saber por qué): la de Diana Prince, tímida y mojigata, y la otra sería la de Diana Themyscyra, una importante ejecutiva que no oculta que es también una luchadora contra el crimen (¿alguien dijo Iron Man?). El episodio piloto parece ser que venía a mostrar un pedacito de cada una de las tres vidas que llevaría la protagonista quien, por cierto, tuvo que renunciar a su atuendo clásico por unos pantalones largos, porque no parecía apropiado que una heroína luchara en braguitas (o similares).

 

Aún así, a posteriori, el primer capítulo acabó filtrándose a la red y los que tuvieron la “suerte” de encontrarlo y verlo coinciden en que la serie se habría estrellado irremediablemente, siendo una especie de Ally McBeal con superpoderes. Aún podemos ver algunas escenas de dicho episodio en ciertos lugares de la red.

 

Adrianne Palicki como Wonder Woman

 

Pero este no ha sido el único intento de llevar a Diana/Wonder Woman a la pequeña o la gran pantalla. En los 90 hubo al menos dos proyectos de serie sobre la heroína, de los cuales el más serio fue el segundo, para el que se contrató a Deborah Joy LeVine, la creadora de Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman, y cuya idea de realizarlo partió del éxito que estaba teniendo por aquel entonces Xena: La Princesa Guerrera. El proyecto, sin embargo, no llegó a concretarse en el rodaje de ningún piloto.

 

En cuanto a Wonder Woman en el cine, en 2001 surgió un proyecto de las manos de Joel Silver, quien contrató a Todd Alcott (Hormigaz) para que escribiera un guión para una película de la heroína, el proyecto fue cogiendo fuerza y se llegó a hablar de Sandra Bullock en el papel de la amazona (la propia actriz confirmó contactos con la productora). Sin embargo, el guión no terminaba de gustar y comenzó a pasar por varias manos hasta que en 2005 Warner Bros. anunció el fichaje de Joss Whedon (que dirigirá la futura Los Vengadores) para la escritura de un nuevo guión, que él mismo dirigiría. De nuevo, lo que la productora quería y lo que el guionista ofrecía diferían tanto que, tras dos años trabajando en ello, Whedon decidió abandonar el proyecto, lo cual nos deja en la situación actual de incertidumbre sobre el futuro filme.

 

Wonder Woman, el cómic
¿Podremos ver alguna vez a Wonder Woman en el cine?

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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