Obra de Jean Dufaux y de la excelente ilustoradra Béatrice Tillier, El bosque de las vírgenes es un relato de corte fantástico, reimaginación del cuento de La Bella y la Bestia que enriquece su universo con elementos de clásicos de la Edad Media como la colección de poemas de Roman de Renart (animalizando a buena parte de la sociedad que nos presenta) o aportando elementos de la literatura gótica, con especial predilección por el Drácula de Bram Stoker.

Así pues, nos encontramos ante una obra en la que la aventura y el drama, el romance y el terror se entremezclan para configurar un ejercicio con la pretendida aspiración de revitalizar las fábulas a un público adulto ya –a priori– pasado de vueltas y poco dado a sumergirse en este tipo de mundos. Apreciación posiblemente errónea –dado el éxito de cómics como Fábulas, series tipo Grimm o Érase una vez, y películas tales como Maléfica–, pero muy arraigada en nuestra manera de acercarnos a la cultura. Los cuentos clásicos, sí, están pasados de moda. Por ello es conveniente maquillarlos y hacerles un lavado de cara para que recuperen su fuerza y se adecuen a nuestros tiempos.

Labor esta que lleva a cabo Dufaux de forma muy satisfactoria a través de unos personajes bien definidos, presas de sus secretos y pasiones, y unas escenas en las que el erotismo y la violencia se desatan. La historia, ambientada en plena guerra entre humanos y bestias, es el marco perfecto para que los hombres den rienda suelta a sus instintos y, paradójicamente, los animales se muestren más racionales. Y, sin embargo, Dufaux no pierde de vista la cualidad de fábula de la aventura, lo que permite extraer interesantes lecturas soterradas bajo la trama principal y aplicarlas a nuestro entorno. De ellas, quizás la más importante –y también la más evidente– es precisamente la que hace referencia a la distancia que hemos puesto con los cuentos, a la pérdida de la magia y la inocencia en favor de un cinismo y un sentido de la madurez muchas veces entendido de forma equivocada.

Junto al entretenido argumento de Jean Dufaux, orquestado en tres capítulos que a España nos han llegado reunidos en un excelente tomo en tapa dura, lo que hace realmente recomendable El bosque de las vírgenes es el dibujo de Béatrice Tillier, muy potenciado por el gran formato del volumen. A pesar de enfrentarse a un cuento, y como tal, dado a la exageración en la creación de sus personajes de corte fantástico, la ilustradora encuentra un trazo cercano y realista dentro de los márgenes que le permite el tono de la historia, y cercano a la estética del cómic histórico francobelga. En los extras de la obra se incluye, además de una entrevista a Dufaux en la que habla largo y tendido de intenciones y referencias de la historia, las ilustraciones que hacían de portadas en la edición original y algunos bocetos de Tillier con los que apreciar el proceso de creación de las páginas.