Hanna: Espectáculo musical

Hace dos años descubrí en The Lovely Bones a una actriz que, por alguna razón, me embrujó desde el primer instante. Así que cuando me enteré de la participación de Saoirse Ronan en esta película comencé a tachar días en el calendario. La verdad es que a Ronan le sientan bien estos papeles: de vulnerable pero fuerte, de joven que se queda sola ante el peligro, de joven que, además, expresa más con el rostro y los gestos que con las pocas frases que pronuncia en toda la cinta.

 

 

Hanna es una película que no va a dejar indiferente a nadie, o te encanta o la detestas, algo como lo que pasó a principios de año con Sucker Punch, curiosamente también otra en la que “»as chicas son guerreras». Pero, ¿qué tiene de magnífico y de fatídico esta película?

 

Lo Magnífico:

Como amante de la música no puedo dejar de citar el maravilloso trabajo coral entre Joe Wright, en la dirección, y The Chemical Brothers en la composición de la banda sonora. El resultado es un videoclip de 111 minutos de excelente hechura. Con momentos que se quedan en mi retina y en mi oído, como una huída en la que el propio escenario es quien se mueve al ritmo de la música, o una escena en la que los golpes naturales de los pasos, un palo lanzado y recogido… se mezclan con la percusión de la música para formar un todo muy agradable. La primera vez que vi algo así fue en Zatoichi (de Takeshi Kitano) y me parece un recurso fantástico.

 

Eso sin mencionar que la práctica totalidad del público sale del cine silbando la melodía que acompaña al personaje de Isaacs (Tom Hollander) en cada una de las escenas en las que sale él mismo silbándola.

 

El propio Hollander firma una interpretación bastante más que aceptable. Su personaje mezcla una especie de siniestra dulzura con una crueldad y una bajeza completamente opuestas. Me recuerda un tanto al genial coronel Hans Landa (Christoph Waltz) de Malditos Bastardos.

 

Por descontado (y más tras la introducción a esta crítica), dentro de lo magnífico hay que situar a Saoirse Ronan. Parece inverosímil que esta joven de 17 años sea capaz de mostrarse ante el público como una Pequeña Salvaje, que se sorprende al ver una bombilla y se asusta de la televisión, o como una terrorífica máquina de matar, carente de emociones tales como la piedad. Todo ello en el transcurso de pocos minutos y sin necesidad de mediar palabra. Pura expresividad.

 

Por último, cabe destacar la familia de vacaciones a la que se une Hanna en su viaje. Por un lado, relajan el tenso y violento ambiente del filme y, por otro, al compararse con la aparente simplicidad de la protagonista, queda reducida al absurdo su aparente normalidad. Hasta el punto de que el padre de Hanna, Erik (Eric Bana), que la lleva entrenando para ser una asesina desde que tiene uso de razón, parezca mejor padre.

 

 

Lo Fatídico:

Todas estas virtudes pueden quedar eclipsadas por unos errores que sólo se me ocurre atribuir a la poca experiencia de los guionistas, ambos salidos del mundo de la televisión.

 

Por un lado, muchas de las premisas de la película quedan sin una explicación convincente en el desarrollo de la trama. ¿Por qué exactamente se persigue a Hanna? ¿Por qué da la sensación de que los agentes especiales son cerebros criminales que, además, son tan ineptos que siguen a sus objetivos a tres pasos de distancia? Errores garrafales de guión echan por tierra el buen hacer de los actores y la buena historia de fondo.

 

Pero quien más me apena es la desaprovechadísima Cate Blanchett (Marissa en la película). Su personaje carece de una motivación real y parece actuar más por venganza personal (pese a que quien tiene motivos para vengarse es Hanna) que por órdenes de sus superiores. Por otra parte, hay detalles, como la obsesión del personaje por los dientes limpios, que nos llevan a pensar que Marissa es un personaje obsesivo, sin embargo este comportamiento no se deja ver más que en las escenas de intimidad del personaje, únicamente dos. El resultado es un personaje poco o nada creíble y muy difícil de interpretar para la actriz australiana.

 

En resumen:

 

Levantará pasiones encontradas. Magnífico videoclip de hora y media de los Chemical Brothers, apunta buenas maneras, pero se queda a medias.

 

Echadle un ojo  a la banda sonora, os encantará:

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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