Fábulas #7

Fábulas #7: Navidades en Villa Fábula

Fábulas #7En esta nueva entrega de Fábulas hacemos un pequeño alto en el camino para descubrir como es la vida familiar de Feroz y Blancanieves una vez que han pasado a un segundo plano en la vida política y militar de Villa Fábula. Aunque Bill Willingham tampoco  se olvida de las Tierras Natales y también le dedica un importante espacio. Empecemos por ellas.

 

El volumen anterior sirvió, en cierta forma, para descubrir la verdad acerca del Adversario y cerrar la larga etapa iniciada al principio de la colección. Así pues, lo que nos encontramos ahora vendría a ser una suerte de epílogo de aquello y de preámbulo a la etapa que está por venir. La maquinaria de Fábulas no cesa ni por un instante. Los autores nos plantan ante una reunión de los caudillos del Adversario en la que deben decidir si invadir el mundo mundano (el nuestro) y cómo hacerlo, valorando los pros y contras de la acción que acuerden tomar. Sin ser un cómic de terror, ni mucho menos, la descripción que se hace de algunas de las alternativas de invasión y las imágenes que las acompañan son ciertamente inquietantes, dando buena cuenta de que estos personajes no se andan con chiquitas y que la hipotética destrucción de nuestro mundo sería total.

 

No entraremos mucho más en detalle acerca de este arco argumental pues buena parte de las conclusiones que se sacan de estas páginas tendrán especial incidencia en el futuro de la colección, que mantiene un elevadísimo nivel de interés. Y no es plan de estropearlo.

 

Una vez encarrilado el futuro a corto y medio plazo de esta novela río, el guionista y un nutrido equipo de dibujantes, entre los que encontramos por ejemplo al marvelita Mike Allred, centran su antención en la vida familiar de Blancanieves y Feroz, una vez están ya conviviendo como una verdadera familia cerca de La Granja después de la peligrosísima misión que llevó a cabo el lobo en anteriores capítulos. Y lo hacen ambientando la historia en un momento del año muy especial, idóneo para juntar en un mismo lugar a todos los seres queridos, las navidades.

 

Willingham estructura este gran arco (ocupa más de la mitad del tomo), primero en pequeños relatos en los que vemos como viven las fiestas algunas de las fábulas y luego centrado en la feliz familia. A pesar de lo intrascendente que pueda resultar a primera vista, este relato también sirve para ir hilando cosas que habían quedado en el aire en tomos anteriores, así como para hacer nuevas revelaciones y sellar ciertos pactos que tendrán su importancia más adelante. El escritor  sabe muy bien por donde pisa y demuestra que hasta el detalle más superfluo puede ser vital en un momento dado.

 

Y cerrando el tomo nos encontramos con una interesante iniciativa que tuvo lugar durante la publicación original de la obra. Willingham abrió la puerta a los seguidores de la serie para que hicieran preguntas acerca de la misma y sus personajes favoritos. Él seleccionaria las más interesantes y les daría respuesta en forma de brevísimas historias de un par de páginas, acompañado en cada una por un ilustrador/ilustradora distinto. Como curiosidad e iniciativa para hacer que los lectores sientan la obra como propia, no tiene precio. Cierto es que algunas de las preguntas nos obligan a releer pasajes anteriores, pues se centran en personajes que teníamos completamente olvidados. Otras, en cambio, las dedicadas a algunos de los protagonistas de la historia principal, son muy divertidas y ayudan a profundizar (o al menos matizar) algunos de sus caracteres.

 

Después de siete tomos, las fábulas de Bill Willingahm siguen en plena forma y con ganas de seguir narrando grandes aventuras. Y que dure.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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