«Seguro que tienes muchas preguntas«

Ahora que el Renacimiento echa el cierre (más en nombre que en intenciones, que DC sigue encantada de sí misma con el resultado de este devenir editorial) ha llegado el momento de echar la vista atrás para tratar de ver cuáles han sido las series más beneficiadas por esta etapa. De las que va siguiendo un servidor (que no son todas porque mi cabeza tiene un límite) creo que habría que destacar Escuadrón Suicida, que ha pasado de una situación marginal a tratar de tú a tú con las diferentes versiones de la Liga de la Justicia, Green Arrow, que vuelve a molar tras el bajón que pegó después de la partida de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino, y el ilusionante Flash de Joshua Williamson, una de las estrellas en alza de la editorial.

El velocista deceíta ha visto como con Renacimiento volvían a entrar en su vida por la puerta grande personajes como Wally o Iris West y como su importancia en el futuro de las historias que afectan a todos los personajes de la editorial volvía a crecer. Las historias que ha protagonizado el personaje desde que se descubriera cierta chapa en la Batcueva han sido siempre interesantes y nos han dejado en todas las ocasiones con un buen puñado de tramas abiertas que, en conjunto, han conformado una intrincada maraña sólida y resistente a crossovers y otros eventos y cruces. Todo esto sin perder la independencia del resto de series ni dejarse arrastrar por otro estilo que no sea el suyo propio. Es una buena época para leer Flash.

«Tu conexión con la fuerza de la velocidad ha desaparecido«

Así, el número que despide al Renacimiento también sirve para plantear la última y elaborada trama sobre los Villanos (el grupo de enemigos clásicos del personaje) en una historia que se extiende hasta el Flash #20 y que no tiene más trascendencia que la de comenzar a reconducir todo lo que Barry había ido destrozando desde que asumió la fuerza de la velocidad negativa de su némesis, el Flash Reverso. A esta historia le sigue el primer Annual de la serie, que Williamson aprovecha para adelantar la trama que nos va a tener ocupados durante parte de lo que queda de año (Guerra Flash) y para hacer algo de terapia con Wally West, algo zarandeado tras su regreso a una realidad que apenas le recuerda y su tormentoso paso por los Titanes (de los que, a tenor de lo leído en las páginas de esta entrega, me queda por leer un importante número). El guionista recupera a West para tener cerquita a todas las variantes de Flash de cara a lo que está por venir y le da de paso una inyección de moral para que no sea la pira de lamentos que otros autores han hecho de él.

Flash #20

También nos encontramos en Flash #20 con el número #700 norteamericano de la serie (¡casi nada!) y Williamson lo dedica a plantear una nueva saga, que no ha de durar mucho a tenor de lo visto en el Annual, en la que el brutal Grodd vuelve a la ciudad para barrer el suelo con el cráneo de nuestro protagonista. Esta historia, pese al dramatismo que entraña, pierde algo de tensión al saber nosotros cómo ha de acabar para Barry, pero (y eso lo leemos en Flash #21) sirve para traer de vuelta a otro velocista más y todo parece indicar que la guerra que se avecina va a necesitar de la asistencia de todos y cada uno de los corredores de la empresa de cómics americana.

En ECC pueden estar contentos, la serie de Flash pocas veces ha gozado de una salud tan fuerte como en la actualidad (ni tan siquiera va a aprovecharse la tabula rasa de Noches Oscuras: Metal). Crucemos los dedos por que siga así mucho tiempo.