Con la etiqueta de «súper-taquillera» y «número 1 en USA» llega a nuestro país la adaptación de uno de los clásicos infantiles más populares de todos los tiempos en Norteamérica y, tal y como les pasase a otras películas similares su público objetivo a un lado y al otro del charco difiere bastante.

El Dr. Seuss vuelve:

Theodor Seuss Geisel, más conocido como Dr. Seuss, es todo un mito en el mundo de la literatura infantil norteamericana. Publicó más de 60 libros infantiles entre los que destacan The Cat in the Hat, The Lorax o How the Grinch Stole Christmas: clásicos para niños a los que se tiene muchísimo cariño en Estados Unidos. Trasladando el caso a España sería como si de pronto se anunciase una película sobre Érase una Vez el Cuerpo Humano o David el Gnomo.

Puede que algunos no lo recordéis (o hayáis querido olvidarlo) pero el Dr. Seuss ya estuvo en nuestro país hace unos ocho añitos. En 2004 se estrenó El Gato, la adaptación de The Cat in the Hat que protagonizaba un histriónico Mike Myers (Austin Powers) y que aquí se estrelló mientras que en su país de origen recaudó unos nada despreciables 100 millones de dólares. Algo parecido pasaría en 2009 con Donde viven los Monstruos, que pasó casi desapercibida en España mientras que en Estados Unidos se llevó 77 millones en taquilla.

Lorax es una película muy fácil de vender para los chavales hasta los seis años y en Estados Unidos ha visto acrecentada la taquilla mucho más por la afluencia de nostálgicos, cosa que, obviamente no se repetirá en el resto del mundo, donde no nos hemos criado con los libros infantiles en los que se basa. La manera que ha encontrado Universal de arañar más espectadores que los que proporcionan las familias con niños ha sido contratar al equipo de Gru, mi Villano Favorito y tratar de conquistar con chistes y tres dimensiones a quien no convenzan de entrada con el argumento o el personaje y ya de paso salir al mercado en estos meses que van desde la saturación de cine infantil navideño y los grandes «pelotazos» de animación del verano.

Desbordante relato visual:

Como venía diciendo en el párrafo anterior, los grandes argumentos de esta película de cara al público internacional son el humor y los gráficos. El primero de ellos está dirigido de una manera muy específica a los más pequeños de la casa, que son quienes van a disfrutar de esta fábula en toda su extensión y, en el fondo, a quienes más puede calar este tan reutilizado argumento de la ecología.

Ahora bien, en el apartado visual es donde esta película nos deja claro su enorme poderío. El colorido es muy variado y, aunque bastante más chillón, recuerda a la calidad de la gama cromática que vimos el año pasado en Rio. En cuanto al 3D, esta película demuestra otra vez que, con honrosas excepciones, es en la animación donde se explota mejor esta tecnología. Las secuencias pueden ser un tanto repetitivas (primera persona a los mandos de una moto o de otro «vehículo»), pero el efecto de inmersión en el filme es muy satisfactorio.

El doblaje y la música, esos enemigos:

Danny DeVito ha decidido poner la voz de Lorax en inglés, italiano, ruso, alemán y español y el resultado es un bichejo naranja de lo más gracioso para los niños y algo cargante para los adultos. Por lo demás, el doblaje de la película (con la excepción de nuestra querida Angy) está muy trabajado, a la altura de una muy buena traducción de las múltiples rimas que emplean los personajes.

Las canciones, también en el idioma de Cervantes, no son muy pegadizas, pero es más por su interpretación en nuestro idioma que por ellas mismas, la traducción de las letras y el intento de mantener su sentido le hacen un flaco favor al ritmo. En momentos como estos es cuando más echo de menos a la Disney de Aladdin o La Bella y la Bestia.

Tras ver la película, y siguiendo con la música, se me antoja curioso que se haya contado con la exitosa cantante de country-pop Taylor Swift y con Zac Efron (que saltó a la fama con High School Musical) y que no se les haya concedido ningún numerito musical. Sin embargo, sí que se cuenta con la experiencia de Ed Helms con la guitarra, como ya nos demostró en las películas de Resacón y la cual su personaje maneja con cierta habilidad.

En resumen:

Lorax es una cinta que, fuera de Estados Unidos, sólo puede disfrutar al cien por cien el público de menor edad. Dicho esto, para su público es una cinta divertida, visualmente apabullante y educativa. ¿Qué más se puede pedir?