De entre todas las películas que se estrenan estas Navidades para los chavales de la casa hay una que merece llevarse el gato al agua por méritos propios, quizá no tenga una animación tan vistosa como Happy Feet 2, ni una banda sonora tan cañera como Acero Puro (con o sin el tema de Justin Bieber de fondo), pero tiene un guión divertidísimo y contiene todos los ingredientes de las mejores películas navideñas de animación. Estoy hablando de Arthur Christmas, la nueva maravilla del estudio Aardman (Wallace y Gromit, Chicken Run) y que ha supuesto el debut en dirección de Sarah Smith.

Frente a la crisis, guiones:

El debut de Sarah Smith es doble, porque no sólo se lanza a dirigir, sino que también se ha atrevido con el guión. Aunque para éste último ha contado con la sorprendente y resultona ayuda de Peter Baynham, a quién quizás recordéis por haber sido nominado al Oscar por su colaboración en el guión de Borat y quien siempre ha estado ligado a series y películas de humor (más bien gamberro) Esta pareja creativa ha logrado volver a contar la historia de la Navidad por enésima vez, pero sin que suene a repetición y sin tener que renunciar a la magia de la leyenda en la que creen los niños de medio mundo.

El truco ha consistido en no tratar de innovar por innovar, en colocarnos unos personajes muy típicos (Arthur es un personaje torpón de manual) y dejar que interactúen de una manera NATURAL (con mayúsculas) Un gran problema en las películas infantiles actuales es lo difíciles de creer que son. Nos encontramos con sobreactuaciones, reacciones ilógicas según el carácter de cada personaje y personajes superfluos por doquier. Arthur Christmas tiene los personajes que necesita, ni uno más ni uno menos, y estos son plenamente creíbles.

Referencias, homenajes y otras modas:

Al ver Arthur Christmas otra película relativamente reciente viene a mi mente: Gru, mi villano favorito. ¿Recordáis a los minions? Pues aquí los vemos sustituídos por una miríada de elfos serviciales y de no demasiada sesera (en general) prestos a ofrecernos más de un momento de puro humor slapstick a la par que no desvían la atención de los personajes principales. Parece algo nuevo pero, ¿alguien recuerda a los guardias de palacio de Aladdin?

Por otra parte la cinta hace algunos homenajes muy bien traídos a cintas como Mission: Impossible (justo ahora que estrena su cuarta entrega) e incluso a cintas de ciencia ficción como Star Trek. Este tipo de referencias, bien utilizadas, enganchan al público adulto y divierten a los niños. Dos pájaros de un tiro.

Una tecnología que no termina de cuajar:

Puedo sonar repetitivo, pero pienso que el 3D todavía tiene un largo camino por delante si quiere llegar a imponerse como una alternativa válida al cine convencional. El cine de animación es el que más fácil lo tiene para explotar esta tecnología, pero ésta no está lo suficientemente desarrollada para ofrecer una experiencia visual que “valga” el incremento en el precio de la entrada con el que tiene que acarrear el espectador. Arthur Christmas tiene varias escenas muy bien ideadas para aprovecharse del 3D, pero la sensación que dan es la misma que si las hubiéramos visto en 2D, muy bonitas, muy espectaculares, pero nada más.

En resumen:

Entre todas las películas navideñas de este año Arthur Christmas se posiciona como la apuesta de mayor calidad. Es divertida, tiene magia y su moraleja final es entrañable sin rozar la ñoñería. De cabeza al cine.