Por fin llega a nuestras pantallas la ópera prima de Joe Cornish como director, la multipremiada (Premios de Crítica, Público y Banda Sonora) en Sitges Attack the Block: una historia sobre violentos aliénigenas, sangrientas mutilaciones… y vándalos de las barriadas pobres de Londres.

Los Goonies y Zombieland, la mezcla perfecta:

En Attack the Block Cornish le da una vuelta de tuerca al concepto del antihéroe y nos presenta a un grupo de niñatos de rap-drogas-playstation que se dedican a robar carteras en las frías noches de la capital inglesa, planteando al espectador el juego de comenzar detestando a los protagonistas para después ir poco a poco empatizando con ellos, sobre todo con el silencioso Moses (John Boyega), un buen chaval obligado por las circunstancias a ser el maleante en el que se ha convertido.

Así, tenemos a un grupo de chavales teniendo que enfrentarse juntos a una amenaza al más puro estilo de Los Goonies y otras películas ochenteras sin más armas que unos cohetes y lo poco que han ido recogiendo de sus casas, un argumento muy repetido en la historia del cine (sin ir más lejos este verano hemos tenido Super 8) pero no por ello menos resultón. El gran acierto de Cornish ha sido mezclar todo esto con elementos propios de filmes como Bienvenidos a Zombieland (humor negro, antihéroes, violencia «antiestética»…), haciendo que la historia se vuelva mucho más «macarra» y que arranque al espectador más de una sonrisa.

El presupuesto, por supuesto:

En el mundo del cine es muy importante que uno sepa qué puede y qué no puede hacer con el presupuesto del que dispone como paso previo a saber dónde se debe invertir lo que uno tiene. No contar con esto puede dar lugar a fiascos como el del Capitán Trueno (cuya mala gestión da lugar a unas escenas bien trabajadas a nivel técnico seguidas de otras flojas como poco) mientras que un acierto produce cintas como esta, que, sin grandes alardes, maravilla al espectador, que no siempre necesita grandes efectos especiales.

Cornish decide no invertir en CGI a espuertas y en lugar de ello nos presenta a unos alienígenas de color negro-pozo-de-brea cuya única concesión técnica son sus afilados y fosforitos dientes y bajo cuyos disfraces se encuentra un único actor (Terry Notary) repetido hasta la saciedad. Así, el director puede permitirse algo más de gasto en una iluminación fantástica y en otra multitud de pequeños detalles que hacen de Attack the Block una película muy bien construida y una gozada para los sentidos.

Mejor Banda Sonora en Sitges:

El remate final que hace de Attack de Block una fantástica película es su inmejorable banda sonora. Bajo la supervisión de Steven Price, el filme cuenta con una banda compuesta casi en exclusiva por el grupo británico de música house Basement Jaxx, que le da a la película un acompañamiento perfecto, tanto por la tensión transmitida como por la mimetización con los escenarios por los que transcurre la acción. Una fantástica elección que ya le ha valido a la cinta el premio a la mejor banda sonora en Sitges.

En resumen:

Attack the Block ofrece al espectador hora y media de puro entretenimiento sin descuidar prácticamente ningún detalle. Una película de imprescindible visionado.