“Queríamos trabajar en la intersección entre el Kes de Ken Loach y la ciencia ficción de Steven Spielberg y Stanley Kubrick”

Así describe en una entrevista para el Instituto Danés de Cine Birger Larsen esta película a caballo entre el drama social, la ciencia ficción y el cuento infantil. SuperBrother nos habla del autismo, de objetos extraterrestres y del cariño entre hermanos partiendo de una curiosa idea, pero desarrollándola de una manera no tan convincente como cabría esperar. Aún así, estamos ante una película diferente para quienes quieran desconectar un poco de Hollywood, además de mágica y divertida para los niños que están de vacaciones.

Quien mucho abarca…:

El planteamiento de la obra nos presenta a una familia de tres miembros en la que el hijo mayor (Viktor Kruse Palshøj) es autista y el menor (Lucas Odin Clorius), de unos 8-9 años, tiene que cuidar de él ya que la madre (Anette Støvelbæk) no da abasto trabajando todo el día para poder mantenerlos. Por otra parte nos presenta una historia de meteoritos y superpoderes digna de producciones del estilo de Spy Kids o Zathura: Una Aventura Espacial. La combinación de dos aspectos tan radicalmente opuestos da lugar a que ninguno de los dos llegue a concretarse y eso deriva en que la película pierde ritmo y/o la credibilidad en multitud de ocasiones.

Lo anterior, además, lo debemos combinar con que a Viktor Kruse le toca interpretar a un chaval con autismo que se “cura” y “des-cura” según la trama, pero también en momentos que no vienen a cuento. En ocasiones tiene todos los rasgos típicos de un afectado por esta enfermedad, pero en otras se expresa con una corrección y una facilidad comunicativa impropias de un niño autista. Esto, que es parte del intento del director por hacer la película accesible para los niños, hace que el personaje pierda solidez y sea bastante difícil de creer.

¿Homenajes o falta de ideas?:

Una cosa que llama la atención de la película es la multitud de escenas, ambientes y frases sacadas de otros filmes, o que nos recuerdan a ellos. El caso más claro de todos es el de E.T., admitido además por el director. La cinta se da un aire a la película de Spielberg constantemente, incluso los personajes parecen inspirados en los de dicho filme (Kruse sería ET, Odin Clorius sería Elliott y Andrea Reimer se quedaría con el papel que interpretó Drew Barrimore).

Pero las referencias no se quedan ahí: Spider-man tiene su momento con cierta frase que todos recordamos, incluso Casper “dona” una escena completa a la cinta de Birger. Llega un momento en que estos momentos dejan de parecer homenajes para dejar paso a la sospecha de una tremenda falta de ideas.

El doblaje:

Todo lo anterior no hace referencia a una mala película, sino a una que podría haber sido mucho mejor de lo que es. Sin embargo hay algo que tira de espaldas en esta película y ese algo es un doblaje que supera con creces el significado de la palabra ‘chapucero’. Momentos en los que el personaje susurra y el doblador grita, desincronización entre labios y voces… son claros ejemplos de lo que no se debe admitir en el doblaje de una película. España tiene fama de tener buenos dobladores, ¿por qué entonces poner a dos chavales frente a un micro para que lean frases y cubrir expediente? Completamente ilógico.

En resumen:

SuperBrother es una película navideña que se estrena en verano. Podría haber sido mucho más si se hubiera decantado por el drama o por la fantasía, pero al tratar de abarcar las dos se queda con nada.