Segundo (tercer) tomo recopilatorio con algunos de los más interesantes trabajos de Neil Gaiman como hombre en punta de Vértigo entre finales de los años 80 y mediados de los 90. Con Sandman siempre en nuestras bocas (parece que no hubiera hecho otra cosa) ya hemos podido disfrutar de auténticos clásicos como Orquídea Negra (en Leyendas del abismo #1) o ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado? (en Leyendas del Universo DC). Ahora, y con la esperanza de que ECC reedite la citada –y descatalogada– The Sandrman, nos llega Leyendas del abismo #2, que incluye, entre otras, la imprescindible miniserie Los Libros de la Magia.

El libro contiene los cuatro números de Los libros de la magia, editados entre 1990 y 1991; Neil Gaiman’s Midnight Days, antología aparecida en diciembre de 1999 que a su vez presentaba Jack del Verde (inédita hasta entonces) y recuperaba las dos historias incluidas en el Annual #5 de La Cosa del Pantano, de junio de 1989, y el número 27 de Hellblazer, de marzo de 1990; y Sandman Midnight Theatre, de septiembre de 1995, co-escrito junto a Matt Wagner.

Los libros de la magia fueron un encargo que la compañía le hizo a Gaiman para que hiciera un recorrido por el mundo mágico del Universo DC que sirviera de presentación de los personajes en la nueva realidad post Crisis en Tierras Infinitas. Para ello el autor creó a Timothy Hunter, un niño con el potencial de convertirse en el más poderoso hechicero de nuestra era y que era instruido y guiado por El Fantasma Errante, John Constantine, Dr. Occult y Mister E. Esta denominada Brigada de la Gabardina llegaría a contar con su propia miniserie, al igual que Tim Hunter, protagonista de algunas series regulares bajo la cabecera de Los libros de la magia.

Este es un relato iniciático, de búsqueda del conocimiento, y sigue el esquema clásico de las aventuras heroicas. Una estructura en apariencia sencilla para concentrar un denso discurso, cargado de información que puede resultar difícil de asimilar en una primera lectura. Un pero que se convierte en virtud, ya que (como en muchos de los escritos más celebrados del autor), cada revisión nos descubre algo nuevo que nos había pasado desapercibido. A nivel visual, cada uno de los cuatro números sirve a los dibujantes para desplegar su talento, captando con fuerza las formidables descripciones del imaginativo Neil Gaiman, que se referencia a sí mismo (no podía faltar el cameo del Señor de los Sueños) y sienta el imaginario de obras posteriores (novelas como Sardust vienen a nuestra mente).

Esta historia protagonizada por uno de los más claro antecedentes de Harry Potter, Los libros de la magia, es una de las grandes joyas del cómic de finales del s. XX.

Pero no de la magia vivimos todos, así que el tomo se completa con otros dos ejemplos del talento del guionista inglés. Primero nos encontramos con el recopilatorio Midnight Days, en donde destaca la historia Abrázame, un cuento de fantasmas protagonizado por John Constantine. Igual que All-Star Superman es una lectura básica para cualquier fan del hombre de acero, o Días del futuro pasado lo es para los mutantes marvelitas, esta es una de las historias más emblemáticas de personaje creado por Alan Moore.

Y como broche final, una historia que cruza los caminos de los dos Sandman publicados Vértigo durante aquella época, el de Gaiman (Morfeo) y el de los años 30, justiciero enmascarado protagonista de la cabecera Sandman Mystery Theatre. Como cierre de este recopilatorio de dos tomos, pocos escritos podrían ser más acertados.

El libro, encuadernado igual que hiciera Planeta con su edición de Sandman, es una joya que no puede faltar en la biblioteca de cualquier aficionado al cómic y a la literatura en general.