Hace un año estábamos atravesando el Fimbulvetr y esperando la llegada del Ragnarök junto a Kratos y Atreus. Aquel God Of War: Ragnarok fue una auténtica obra maestra pues no solo superó en todo a su predecesor de 2018, sino que supuso un punto de inflexión hacía donde va la saga y demostrar que un personaje como Kratos que, en los primeros juegos era un cascarón vacío, ha conseguido evolucionar hasta ser un personaje realmente increíble. Por eso, una vez terminado el juego, muchos sentimos un vacío por no saber cuándo volveríamos a manejar a Kratos, pues Santa Mónica no es muy dada a sacar DLC de sus juegos y dejarlos completos al 100% en su salida. Pero la sorpresa fue cuando vimos, en los pasados The Game Awards, la imagen de Kratos en una nueva aventura, pero esta vez en un DLC y gratis, que en los tiempos que corren recibir una ampliación de la historia original de cualquier juego es pasar por caja. God Of War Ragnarök – Valhalla sorprendió con su estilo roguelite, ya que era la primera vez que veíamos algo así dentro de su mundo, y no sabíamos hasta que punto iba a continuar la historia de Kratos o si simplemente sería un modo de juego para no dejar God Of War Ragnarök sin contenido.

Voy a decirlo sin más, God Of War Ragnarök – Valhalla es una auténtica obra maestra. No solo sorprende lo bien que le sienta ser un rogue lite, sino que además es capaz de contar una historia profunda, una historia emocionante y una historia que sirve como verdadero epílogo para lo contado en God Of War Ragnarök. Si la historia principal ya servía como una muestra del camino de redención, de querer ser mejor y de intentar dejar atrás el pasado para convertirse en algo nuevo, Valhalla es la redención definitiva de Kratos. Su historia es más profunda de lo que podría ser, tiene momentos realmente emocionantes y, su final, entra en el olimpo de la historia de los videojuegos. God Of War Ragnarök – Valhalla conseguirá hacer emocionarse incluso a quienes no lo hacen nunca, pero es que lo que ha hecho Santa Monica con la franquicia, con el personaje y lo que tiene que contar es increíble. Han conseguido que God Of War Raganarök sea el mejor juego de 2022 y de 2023. Y todo eso lo han conseguido por hacer unos juegos increíbles, una historia perfecta y sentirse agradecidos con los fans.

Porque Santa Monica lanzó este DLC de forma gratuita para agradecer a los fans que apoyen sus juegos. Y Santa Monica no solo ha hecho un roguelite competente, sino que posiblemente sea de los mejores exponentes de su género (sin olvidar Hades, Returnal o Sifu). Pero es que manejar a Kratos en un modo así es una delicia. El camino, como es sabido, no será fácil, pero al igual que en este tipo de juegos, nos dejarán ir eligiendo las mejoras o habilidades que queremos introducir en Kratos para intentar superar el desafío en esa run. Y ya sabéis, si morís, vuelta a empezar de cero. Pero es aquí, en la isla (el hub principal del juego), donde podremos ir subiendo ciertas estadísticas de Kratos para hacerlo más fuerte, más resistente e ir llegando más lejos cada vez. He de decir que el juego supone un desafío asequible, dependiendo de la dificultad que juegues, pero nunca es frustrante, ya que cada vez que hagas la run habrás mejorado muchísimo. Es un juego que consigue que, incluso quienes sean menos dados a pasarse este tipo de juegos, disfruten del contenido de este. Y, al igual que su predecesor, tiene una banda sonora que es increíble y que hará que queramos seguir luchando. Aclaración, mantendremos todas las armas del juego, pero tendremos que ir mejorándolas en las runs, ya que empezaremos de cero, porque tiene que haber una progresión.

God Of War Ragnarök – Valhalla es una auténtica carta de amor al personaje, a la franquicia, a los videojuegos y a los fans. Está hecho con un cariño increíble y no está vacío, sino que sirve como cierre a lo acontecido en Ragnarok. Es la redención definitiva de Kratos, la redención del Dios de la Guerra y la demostración de como se hace evolucionar a un personaje. Una obra maestra.