«¡Todo el mundo está dando lo mejor de sí…!«

Me encantan las historias de Naoki Urasawa. El mangaka, que está considerado como uno de los mayores (si no el mayor) talentos en la narrativa nipona, me ha ido dejando embobado con cada nuevo proyecto en el que se ha ido embarcando desde que le conocí hace ya un par de décadas con Monster (luego leería Master Keaton) y 20th Century Boys. Y, aunque Urasawa ya no necesita demostrarle nada a nadie y sus mangas se venden como churros en multitud de países, me hace ilusión que la gente se enganche ahora a su manera de contar historias con la revisión del personaje de Astroboy que supone Pluto, que ahora triunfa desde Netflix. En Planeta Cómic tiene muy claro que este autor es uno de los más grandes de su catálogo y gracias a ello nos han ido llegando nuevas reediciones de lujo de sus mayores éxitos y, como no podía ser de otra forma, nos llegan con cierta premura nuevas apuestas suyas como puede serlo este ¡Asadora!

El párrafo anterior puede parecer el clásico que un articulista como yo incluiría en su reseña del primer número de una colección, pero si lo incluyo en ésta (que abarca tres tomos) es porque vengo de adarme un auténtico atracón de ¡Asadora! y con todo un día de lectura a cuestas y habiéndome casi olvidado de comer me reafirmo en que lo que hace Urasawa con sus historias es una suerte de magia hipnótica que ata al lector al sillón y no le deja escapar hasta que no ha dado la vuelta a la última página del último tomo que obre en su poder. Estamos ahora justo en la recta final de cara a la temporada navideña y regalar esta colección (hasta el punto en que la ha publicado la editorial española, con el octavo tomo aún sin confirmar) me parece una manera perfecta de quedar bien y de zambullir al destinatario en una historia magnífica y atractiva.

«Pero bueno, criatura, ¿aún estás llorando?«

Urasawa tiene un marcado gusto por hacer viajar a sus personajes por Europa (sobre todo Alemania) y el resto del mundo, pero a Asa Asada no le ha permitido, de momento, salir de Japón. La historia que nos cuenta en esta ocasión puede que sea la que más íntimamente se relaciona con una zona concreta del país del lejano oriente al desarrollarse sobre todo en su costa, con Tokio como escenario de fondo y las olas del océano Pacífico como banda sonora permanente. El personaje protagonista, sin embargo, sí que es cien por cien del gusto de este mangaka: Asa podría llegar a definirse como una Mary Sue (un personaje femenino que es competente en todo lo que hace y al que todo el mundo parece querer), pero no deja de ser un vehículo para que el mangaka exprese sus reflexiones sobre el Japón de la posguerra, que trataba de abrirse al mundo bajo la atenta mirada de los Estados Unidos.

¡Asadora! #5

Mientras Asa combate contra una suerte de Godzilla con una fuerte obsesión por arrasar la costa nipona vemos como sus amigas tratan de embarcarse en proyectos que las hacen enfrentarse a sus propias familias, como su amigo de la infancia (Shô) es víctima de la enorme presión de las expectativas familiares que caen sobre sus hombros y como, en general, el país trata de modernizarse a toda velocidad para no ser devorado por las grandes potencias (China, Rusia y los propios Estados Unidos) que crecen ante sus ojos y que lo ven como un punto estratégico para mantener controlados al resto de regiones del planeta. Las aventuras de la protagonista de esta nueva historia de Naoki Urasawa son entretenidas, pero el verdadero oro se encuentra cuando nos dejamos llevar por todos los detalles con los que juega este prestidigitador de las historias.

La edición de Planeta, con sus coloridas portadas y respetando las páginas a color del original es otro regalo para los lectores.