Retomamos ¡Yawara! y lo hacemos con un tercer tomo, publicado por Planeta Cómic, que pone a la joven Yawara Inokuma ante un doble reto: competir en un primer campeonato como judoka y entrenar a sus compañeros de instituto. Una doble tarea de atleta y entrenadora que no agrada del mismo modo a todo su entorno, pero que pone en valor la determinación de nuestra entrañable protagonista.
«¡Tiembla como un flan!«
Es interesante como, en un punto en el que el deporte toma un mayor protagonismo (en los dos primeros volúmenes contaba más como un complemento), las dinámicas de enredos y malentendidos siguen siendo elementos fundamentales para el desarrollo de las diferentes tramas. ¡Yawara! es, como dijimos en nuestro anterior artículo, una comedia de enredos con el judo (uno de los deportes nacionales en Japón) como telón de fondo. Incluso la incipiente rivalidad que Naoki Urasawa está construyendo entre Inokuma y Sayaka Honami no puede evitar apelar a los intereses amorosos y los celos.
¡Yawara! es, ante todo, un culebrón adolescente y hay que encararlo como tal. Si buscáis otro tipo de experiencia este no es el lugar adecuado. Y aunque el deporte es importante, lo es tanto o más lo que sucede fuera del tatami. En paralelo al campeonato de nuestra protagonista, sus compañeros del instituto están participando en otro ye Inokuma se muestra mucho más preocupada -e interesada- en aquel que en el suyo propio, dando lugar a divertidos contrastes entre su aparente despreocupación ante sus propios combates y el estado de histeria de rivales y asistentes, entre quienes se encuentran algunas figuras que resultaran de vital importancia a corto-medio plazo.
Nada de esto, sin embargo, hace de menos la faceta judoka. Urasawa interpreta unas peleas llenas de emoción y lo suficientemente claras y dinámicas como para engatusar a los aficionados al deporte y para resultar amenas a quienes solo vean un combate casual cada cuatro años coincidiendo con las olimpiadas de turno. Y aunque Yawara siga empeñada en su objetivo de ir a la universidad para encontrar el amor, el judo empieza a dar indicios de adquirir importancia en su vida.
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