En 2007 Mark Steven Johnson (Daredevil o la futura Killing Season) tuvo la desafortunada idea de dirigir y guionizar una adaptación lamentable de uno de los héroes Marvel más macarras. Cinco años después Columbia Pictures vuelve a intentarlo, pero esta vez contando con una de las parejas más gamberras que existen hoy en día en dirección: Los responsables de locuras como Crank y Gamer, Mark Neveldine y Brian Taylor.
Gran idea.
Espiral de locura:
A Neveldine y Taylor se les ama o se les odia, no creo que pueda existir un término medio con dos directores tan amigos de llevar las cosas al límite. El Johnny Blaze / Motorista Fantasma de esta película es, tal y como nos contó Fergus Riordan, mucho más oscuro, pero también está más desmadrado y sumido en una espiral de locura que puede provocar tanto el aplauso del espectador como su sonrojo.
Y es que no pasan ni diez minutos de película cuando ya escuchamos perlas como la de «Llegué a hacer un triple mortal hacia atrás con el culo al aire«. Lo cual, puesto en labios de Nicolas Cage gana una cierta e inquietante verosimilitud bastante simpática. Porque ahora sí, Neveldine y Taylor logran que por fin nos podamos creer que el protagonista de Con Air o Furia Ciega es el demoníaco héroe de la Casa de las Ideas. Y para ello sólo han tenido que prescindir del extra que lo sustituía en las transformaciones y dejar que el actor haga de sí mismo.
El guión, de nuevo un punto débil:
Como ya ocurriera con la primera entrega, el guión es más un obstáculo que un apoyo para la cinta. Su simpleza y las múltiples incongruencias que encierra en los pequeños detalles pueden llegar a adormecer al espectador desprevenido. Y esto no es precisamente lo que uno espera de unn film de acción. A Scott M. Gimple y Seth Hoffman podemos excusarlos en su inexperiencia en cine (ambos provienen del mundo de la televisión, donde han guionizado series como House o Flash Forward), pero David S. Goyer ya es un peso pesado en Hollywood y el hecho de que firme algo tan plano y simple da que pensar.
Ángeles y Demonios:
Resulta curioso que esta cinta, que no cuenta con la producción del omnipresente Stan Lee resulte más fiel al cómic que la primera entrega (que sí contaba con el guionista y editor) en temas como el origen real del demonio Zarathos y que incluso nos presente a Danny (Riordan), un personaje muy importante dentro de la historia de Ghost Rider y que, si esta película funciona, cobrará especial importancia en futuras entregas. Este dato puede jugar a favor del filme ya que en cualquier adaptación al cine de un tebeo se ha de tener muy en cuenta a los fans y estos aprecian, por encima de todo, la fidelidad a su obra favorita.
Siguiendo esta línea de pensamiento el personaje de Nadya (Violante Placido), inexistente en la historia original, tiene un peso nulo en la película. Hasta el punto de que su única utilidad es la de poder conducir para llevar a su hijo de un lugar a otro. Un personaje-taxista. Qué triste.
En resumen:
Mil veces mejor que su predecesora. Ghost Rider: Espíritu de Venganza os gustará si os gustaron las anteriores películas de Neveldine y Taylor. Si no, difícilmente os conquistará.
Deja un comentario: