Gabrielle: Soy independiente

Gabrielle

Gabrielle

Título Original: Gabrielle

Director: Louise Archambault

Guión: Louise Archambault

Reparto: Gabrielle Marion-Rivard, Alexandre Landry, Mélissa Désormeaux-Poulin, Vincent-Guillaume Otis, Benoît Gouin, Sébastien Ricard, Isabelle Vincent, Marie Gignac

Canadá / 2013 / 104′

Productora: Micro_scope

Gabrielle es una chica alegre a la que le gusta la música, asistir a sus ensayos con un coro, estar con su familia, se ilusiona cuando le hablan de Martin, su novio, desea sentirse independiente,… Como muchos otras chicas de veintidós años. Ella se siente normal, pero padece el Síndrome de Williams, lo que automáticamente la convierte en…

Gabrielle es una chica alegre a la que le gusta la música, asistir a sus ensayos con un coro, estar con su familia, se ilusiona cuando le hablan de Martin, su novio, desea sentirse independiente,… Como muchos otras chicas de veintidós años. Ella se siente normal, pero padece el Síndrome de Williams, lo que automáticamente la convierte en disminuida psíquica, ergo mermada socialmente, ergo dependiente de los demás.

Esta producción canadiense, candidata por Canadá a mejor película de habla no inglesa en los pasados Oscar, se presenta como un modesto canto a la libertad y al deseo de sentirse igual. La realizadora Louise Archambault plasma la biografía con delicadeza y altas dosis de ternura y realismo; presenta una vida que no difiere mucho de las otras y que desea que se la trate de normal, que la sociedad no les vea como deficientes, como tan fácilmente se etiqueta a la gente con discapacidad intelectual. En este camino hacia la igualdad que emprende el filme, todo es expresión: desde la cara de ilusión de la joven hasta el coro entero, donde todos los componentes explotan sus emociones y difunden su alegría.

Gabrielle

Pero su fuerza y autenticidad radica en la protagonista que no es actriz profesional, Gabrielle Marion-Rivard, que tiene el mismo síndrome. Tal hecho supone tanto un reto como una ventaja a la hora de preparar la producción. El discurso muestra que la joven no sólo sabe ir al coro y sonreír a los demás, también es autosuficiente, y por ello puede vivir sola cuidar de sí misma o mantener una relación sentimental. La sobreprotección en la que ha vivido es desmedida y ha provocado que las vidas de sus allegados giren en torno a su persona. Una madre distante ante la impotencia de la situación o una hermana que se pasa en las atenciones dejando de lado su porvenir… Para su familia o profesores, la chica reitera el mensaje constante: dejadme ser independiente.

Gaby, como el propio título indica, es la película, y ni siquiera su amado Martin (interpretado a la perfección por el actor Alexandre Landry) le hace sombra. Su historia de amor es el punto importante de la trama, mientras que las relaciones fraternales o tutelares quedan en segundo plano, pero ayudan a fraguar una vida que al fin y al cabo es como la de otro cualquiera.

La fuerza de este relato independiente radica en la historia, y en el afecto que infunde Gabrielle. Todo es costumbrismo en el argumento y montaje, tanto que en momentos se confunde con un documental. Nada sobresale para contar este trozo de biografía de una chica residente de una urbe grande.

Mención aparte tiene la música, que envuelve todo bajo un manto cautivador; y es que ese poderoso fármaco universal consigue prodigios: además de amansar a las fieras, fortalece a los indefensos y comunica a los pueblos. Que se lo pregunten a Las Musas (el centro artístico real que aparece en el argumento), que ayuda a discapacitados a desenvolverse artísticamente y que no les ponen límites, como nadie debería hacer.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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