Vale. Bella y Edward no son entran en el molde de vampiro que tienes en tu cabeza. Son jóvenes, son guapos (algunos más que otros) y… brillan como gusiluces. Muy bien, pero piensa que de no ser por ellos la época dorada que están viviendo actualmente los chupasangres no se habría dado. Es así.
Series como Moonlight, True Blood o Casi Humanos. Películas a tutiplén (Stake Land, las diez mil secuelas de Underworld, una de vampiras pijas…) Y cómics. Montones y montones de cómics. En nuestra página, por aquello de tocar todos los palos, ya habéis podido leer acerca de Yo, Vampiro (cuyo primer número se titulaba Amor Impuro curiosamente…) o de Vampirella. Y pronto llegarán más historias de miedo, como el retorno por la puerta grande de Morbius en 2013 (eso sin contar con American Vampire) Ahora llega a nuestras manos Amor Inmortal un gran romance (¿acaso no lo son todos?) con balas, humo y seres de la noche de por medio.
«Huiría eternamente si supiera que así nunca te voy a perder«
En medio de tanto vampiro, ¿qué tiene Amor Inmortal que nos pueda llamar la atención? ¿Qué es lo que ha hecho que en Estados Unidos se lancen a por sus derechos para una película (os lo contamos el verano pasado) y que el nombre de Joe Carnahan suene para escribirla y dirigirla? A primera vista no hay nada que pueda hacernos sospechar de un bombazo: esta vez es la chica la que se alimenta del producto de nuestras venas y el chico es quien se debate entre dos mundos, el que le hastía y el que le devoraría a la menor oportunidad.
Pero ahí acaban las similitudes. En Undying Love (título original de la obra) Tomm Cocker (Catacombs, 2007) y Daniel Freedman han volcado una taza de mala leche, dos cucharadas soperas de violencia, un pellizco de romanticismo y un buen toque de magia oriental en su búsqueda de una historia distinta y llamativa. Teniendo en cuenta que se nos antoja corta como sólo puede ocurrir cuando uno disfruta al máximo podemos decir que el reto ha sido superado.
«No soy un experto en matar vampiros… pero sí en armas automáticas. Y funcionan«
John Sargent, el protagonista, es un exmilitar duro, serio, expeditivo… La clase de personaje que nos enamora desde la primera viñeta con su violencia y sus malos modales que esconden un gran corazón (ojalá la vida se pareciera más al ideal que montamos en los cómics). A su lado tenemos a Mei, una vampiresa china que, al contrario de lo que cabría esperar, parece indefensa… o disimula muy bien. Y rodeándolos podemos ver a gran cantidad de referencias a la magia y la mitología del país asiático que enriquecen el relato a la par que lo vuelven más y más oscuro. Amor Inmortal es una historia nocturna de secretos y enemigos en las sombras de un sucio callejón que, además, tiene vampiros y eso es lo que la convierte en algo digno de tener en cuenta.
El dibujo, alejado de los cánones oficiales, también corre a cargo de Cocker y casa a la perfección con lo que el guionista nos cuenta. Los escenarios nocturnos le permiten jugar con las luces y las sombras, creando imágenes realmente atractivas que dan una sensación de falso realismo (que llega en ocasiones al parecido fotográfico) mezclado con antigua acuarela oriental.
Panini nos trae el primer tomo de esta colección por algo menos de 13 €, con una buena y manejable encuadernación en tapa blanda y con los clásicos extras de las portadas originales y alternativas estadounidenses a las que esta vez hemos de sumar los carteles que se expusieron en la Comic-Con de San Diego y una brevísima galería de bocetos. Sólo se hecha en falta el prólogo de rigor que nos permita entrar en materia y/o conocer más en profundidad a los creadores y a sus criaturas.
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