Otra película más con Jason Statham y otra razón más para creer que, más que el relevo de Bruce Willis, Statham es el sucesor de Charles Bronson (cuyo papel ya ha interpretado en The Mechanic). Porque, si bien hace las películas que haría el primero e interpreta los mismos papeles su prácticamente nula expresividad lo sitúa en la estela de tipo duro de películas como Yo Soy la Justicia.
Sin embargo es esta pose de “tipo duro en el bando de los buenos” (nunca ha hecho de villano como tal) la que le ha granjeado una legión de seguidores por todo el globo. Para qué engañarnos, es un gran repartidor de estopa y eso tiene un público muy amplio.
¿Para qué público es Blitz?:
Blitz es una gran película para todos aquellos que sean capaces renunciar sin problemas a un guión bien elaborado para rendirse al puro entretenimiento, una más que loable función del cine. Si consigues hacer esto, la película tiene los ingredientes básicos para que salgas del cine con la dosis de testosterona suficiente como para aguantar hasta la próxima Jungla de Cristal o los próximos Mercenarios.
Por un lado tiene al protagonista políticamente incorrecto: El sargento Tom Brant (Statham) es un policía para el que el código no significa gran cosa y que suele tomarse la justica por su mano. Una especie de Harry el Sucio, pero con palos en lugar de pistolas. Con ese papel triunfó Clint Eastwood, triunfó Charles Bronson y ahora le toca al bueno de Statham. Su acompañante, Porter Nash (Paddy Considine), está ahí básicamente para darle la réplica y evitar que nos salga la testosterona por las orejas.
En segundo lugar tiene un malo carismático: El papel de Aidan Gillen (al que podemos ver en la serie Juego de Tronos como Petyr Baelish) como Barry Weiss / Blitz es lo mejor de esta película. La perpetua sonrisa torcida que lleva en toda la película, unida a la simpleza de su plan y su mofa al sistema lo convierten en un personaje inquietante, pero cautivador.
Por último, es una película generosa en momentos de humor (macabro y barriobajero, sí, pero humor al fin y al cabo) que toman forma en el personaje de Radnor (interpretado por un genial Ned Dennehy), un pobre hombre con aspecto de yonqui y unos aspavientos y maneras francamente hilarantes, y en pequeños destellos de principio a fin.
¿Y para qué público no lo es?:
Blitz, por el contrario no es una buena película para quien espere un buen guión adaptado. La novela en la que se basa (cuarta de una serie) tiene pinta de ser muy interesante a tenor de lo que se ve en el film. Una especie de historia de Philip Marlowe (el genial personaje creado por Raymond Chandler), pero ambientada en nuestros días. El problema es que a fuerza de ser fiel a la novela Nathan Parker ha creado un guión espeso que da lugar a una película a la que le sobra tranquilamente media hora. Teniendo en cuenta que la historia se desarrolla en hora y media el guión bien habría dado para una TV movie.
¿En qué se quedan esos 30 minutos sobrantes? Pues en dos historias que no afectan nada, o casi nada, al desarrollo del film y que aburren al público hasta cotas insospechadas. Se trata de dos dramas secundarios, la muerte de la mujer del inspector jefe James Roberts (Mark Rylance) y la adicción a las drogas de la policía Elizabeth Falls (Zawe Ashton), que quedan muy bien en un libro y muy mal en la pantalla. Lo que en la novela sirve para descansar de la acción principal y ahondar en el carácter de cada personaje, en el cine, mucho más limitado por el factor tiempo, se convierte en un engrosamiento superfluo del guión que no consigue ahondar por falta de tiempo y más que hacer descansar distrae y molesta al espectador. Grandísimo fallo.
En resumen:
No se pueden comentar muchos aspectos técnicos de esta película. Lo bueno del cine de Statham es que es honesto: da lo que promete y no se le puede pedir más. Sin embargo a la película le sobra metraje, una pena.
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