No tengas miedo a la oscuridad - Don't be afraid of the dark

No tengas miedo a la oscuridad: Buen remake con desencanto

Guillermo del Toro (El Espinazo del Diablo, 2001) produce y coescribe este remake homónimo del que dirigiera John Newland en 1973, una pequeña joya olvidada de la serie B, donde los nuevos habitantes de una antigua mansión son acosados por los misterios antediluvianos que encierra en sus entrañas.

 

Dirigida por el también artista gráfico de comics Troy Nixey, autor del aclamado corto Latchkey’s Lament en 2007 el cual le abriría las puertas a esta nueva No tengas Miedo a la Oscuridad, al ser visionado por del Toro, el cual quería un nuevo valor para dirigir el film que iba gestando lentamente desde que consiguiera los derechos a principios de los noventa y en cuyo revisitado guión se pusieron muchos elementos que acabarían en el Laberinto del Fauno, en El Espinazo del Diablo y demás, como su fijación con la mitología de los dientes caídos, el uso de niños para el protagónico o la atmósfera de fábula, entre otros.

 

El guión es ameno pero peca de precoz, comenzando con un prólogo impactante que termina desvelando demasiado, anulando así cualquier intriga sobre lo que oculta la antigua mansión. Podría decirse que si en la cinta original la historia iba siendo contada de forma lenta pero sin pausa, aquí los guionistas Matthew Robbins (Mimic, 1997) y del Toro lo hacen al contrario sin encontrar un término medio más acorde con el relato, apostando más por la acción directa, quizá para ser más afín a los tiempos que corren pero descuidando mucho el suspense y, por ende, alejándose de la atmósfera de claustrofobia, paranoia y miedo a lo desconocido de la fuente donde se basan.

 

No tengas miedo a la oscuridad - Don't be afraid of the dark

 

Si la original se centraba en una pareja, Sally y Alex, cuyos nombres se conservan, ésta vez la fórmula se ha variado convirtiendo a la protagonista en una niña afectada por la separación de sus padres, Bailee Madison —con cerca de la treintena de películas en su haber, fue recomendada por Natalie Portman a uno de los productores del film, Mark Johnson— y dándole una madrastra llamada Kim, encarnada por Katie Holmes (Batman Begins, 2005). Por último el papel del atareado padre recae sobre Guy Pearce (The Proposition, 2005). Si bien el trío protagonista es atractivo y bien elegido, da la sensación de que sólo quieren cumplir, les falta alma y sangre salvo en casos puntuales. Entre los secundarios, los veteranos Jack Thomson y Julia Blake se hacen notar con sus pequeños papeles.

 

La receta de poner en el meollo del asunto a un infante le ha resultado beneficioso a del Toro en bastantes ocasiones, aunque ya empiezan a sentirse síntomas de empacho. Aquí vuelve a funcionar a medias, pues ya no se le saca todo el provecho que se podría, y la precaria relación hijastra-madrastra con padre en medio está muy manida, aquí parece que esté usándose un conflicto familiar que se sabe cómo va a concluir para compensar la falta de intriga. Por otro lado, las investigaciones de Kim hubieran tenido mucho más interés si el público no supiera desde el principio lo que van a desvelar.

 

No tengas miedo a la oscuridad - Don't be afraid of the dark

 

Lo mejor sin duda alguna del film, es su atmósfera y sus decorados. Rodada en Melbourne, Australia, la mansión real fue transformada al estilo victoriano, incluyendo los exteriores de la finca y el anexo con sótano que aparece, por el diseñador Roger Ford (The Chronicles of Narnia, 2005) y su equipo. El director de fotografía Oliver Stapleton (The Cider House Rules, 1999) no se queda atrás en calidad, dotando la imagen de tonos fríos y oscuros que casan perfectamente tanto dentro como fuera del edificio, como si fuera un lugar maligno en toda su extensión. En ese clima se adhieren perfectamente los destacables efectos visuales creados por la compañía Iloura, que apuesta todo por lo digital, saliéndoles bien la jugada. La música creada por una nueva colaboración entre Marco Beltrami y Buck Sanders (The Hurt Locker, Max  Payne, 2008) es sencilla y cumplidora, sobresaliendo tan sólo en su tema principal y en algún pasaje de tensión.

 

Sintetizando, un buen remake que falla en los cambios que aporta, encarándose más a la acción y a un soso drama familiar, que al suspense y al terror, perdiendo el encanto de la cinta original. Aun así, disfrutable si no se le pide demasiado y por encima de la media de las películas de este género.

 

 

 

 

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