«Lo torturaron. Lo sometieron a experimentos«
Muy atrás quedan los tiempos en los que los mutantes reinaron. En un mundo cada vez más polarizado y dividido (¿no os recuerda en nada a éste?) la Patrulla-X habita en los escombros de una desmantelada fábrica de sus enemigos mientras se ve obligada a soportar las continuas manifestaciones de odio descerebrado de sus vecinos. No sólo es un escenario mucho menos amigable que el de Krakoa (aunque tampoco es que les viera muy seguros allí en ninguna ocasión), sino que significa un retroceso argumental que casa mucho con la regresión social que vivimos actualmente en el mundo real, lo cual, de alguna forma, no termina de invitar a la lectura de estos cómics publicados por Panini en España. Es decir: el mundo real va de culo, cuesta abajo y sin paracaídas. ¿De verdad creen desde la Casa de las Ideas que a los lectores nos apetece evadirnos de la realidad con ficciones aún más pesimistas?
Con todo esto en la cabeza nos sumergimos en la ídem del último rescatado de la patrulla mutante para tratar de comenzar a ponerles cara a los enemigos más inmediatos de nuestros protagonistas. Y entre ellos emerge una villana que ha ganado notoriedad recientemente gracias al cine: regresa Cassandra Nova (genialmente interpretada por Emma Corrin en la gran pantalla) y lo hace como parte de una conspiración que se está dedicando a soltar nuevos mutantes de edades más allá de la adolescencia con un fin que aún estamos por descubrir y que, imagino, se nos ocultará aún un tiempo más (que en breves nos toca asaltar cierta cárcel para mutantes para descubrir qué narices se esconde dentro).
«Recuerdo cuando eras un incipiente terrorista mutante«
Eso como primer plato. De segundo tenemos una misión de rescate no autorizada que va a servir para esclarecer un poco más la situación del pueblo en el que se encuentran los mutantes asentados y para seguir introduciendo nuevos mutantes, que parece que es la constante entre las tres principales series de este rincón del universo Marvel ahora mismo. No nos ofrece mucho más esta doble entrega y es por ello que me está costando sacarle chicha suficiente como pare ofreceros una reseña en condiciones y por lo que da la impresión de que la cabecera que escribe Jed MacKay se ha estancado tras unos primeros pasos prometedores. Todo apunta a que los distintos guionistas de Imposible, Excepcional y esta Patrulla-X se están conteniendo de cara al Asalto a Graymalkin, pero no le hace ningún bien a sus historias esta bajada de ritmo, por lo menos en lo que respecta a esta en particular.

Patrulla-X #4 (#86)
Y ya está. Poco más se puede decir de una grapa que es excesivamente deudora (y cada vez más, que es lo que más preocupa) de la etapa que la precede. Bestia no vuelve a ser el que conocíamos antes de Krakoa, Quentin Quire sigue en modo depresivo, Magik parece desencantada con todo y todos… A ver si la historia remonta y nos ofrece algún tipo de optimismo al que agarrarnos, porque la verdad, no están las cosas para que nuestros héroes vengan a hundirnos el día.
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