«¡Es hora de ganarse los créditos!«

 

Suele ocurrir que cada vez que un autor despunta en una de las dos grandes editoriales estadounidenses se le comienza a acumular el trabajo porque, de golpe y porrazo, le quieren para casi todas las series habidas y por haber. Y eso suele traducirse en que el creativo de turno comience a cansarse de estar todos los días al pie del cañón en las colecciones más leídas y comentadas… lo cual deriva en guiones cada vez más facilones mientras se prepara el evento o el crossover de marras que sirva para despejar un poco las telarañas y llevar cada cabecera al punto donde quiera dirigirse el autor o autora. Algo así está ocurriendo con Jed MacKay y con la serie de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra, que está dando unos tumbos espantosos mientras busca a la desesperada un argumento que mantenga a los lectores enganchados hasta que toque sacar del armario la trama que lleva todo este tiempo culebreando por debajo de las demás.

 

MacKay se lleva ahora a los Vengadores a un casino espacial para disfrazarlos con las galas de los once de Ocean y ponerlos manos a la obra con la tarea de desvalijar su caja fuerte. Todo muy guay si no fuera porque lo que pretenden robar es en realidad propiedad del propio Kang el Conquistdor y que el villano se las ha arreglado para contar con nada menos que la Gata Negra, que pasaba por ahí y no tenía nada mejor que hacer. Olvidémonos de lo que se cuente Felicia Hardy por las noches antes de acostarse como excusa y centrémonos en que Kang necesita robar algo que ya es suyo (no puede ir a recuperarlo ni al pasado ni al futuro, qué cosas) para poder enfrentarse a un destino al que ya combatió junto a los Vengadores y que los Héroes Más revoltosos del Casino, en el fondo, están buscando más o menos el mismo desenlace.

 

«Pero no lo hago por algo tan vergonzoso como el dinero«

 

Lo que os decía, que me va dando cada vez más pereza esta colección. Y eso que veníamos de la infumable etapa de Jason Aaron. Salva a estos dos números un dibujo sobresaliente, el de Farid Karami, que me recuerda a los cómics clásicos de la editorial al tiempo que juega con personajes y secuencias modernos. El dibujante ha estado haciendo sus pinitos en Heroes Reoborn, los Cuatro Fantásticos y algunas otras series de la Casa de las Ideas, pero lo cierto es que es de las primeras veces que lo tenemos por aquí y es de lo poco que podemos salvar de unos número entretenidos, sí, pero intrascendentes.

 

 

Y es que corregidme, pero entiendo que cuando uno se pasea por esta cabecera quiere leer de todo menos cosas intrascendentes. Aunque la verdad sea dicha, hasta que todo quede bajo el dominio de Muerte y de verdad tengamos un problema gordo que solucionar me temo que ninguna serie se va a atrever a lanzar una trama que de verdad esté llamada a ser de las que llevan a una etapa a estar grabada a fuego en la Historia.