Prácticamente a las puertas de la primera Gala Fuego Infernal (el capítulo de Merodeadores ya emplaza a tal evento en su siguiente aventura), Reinado de X abre las puertas a nuevas series que se suman a la iniciativa krakoana, al tiempo que otras parecen abocadas a un inevitable desenlace.

 

«Algo ocurre. A la tierra. A mí. A Krakoa«

 

En todas ellas, sin embargo, la sensación es la misma: se avecinan tiempos de cambio y es hora de creer. Algunas, como Senda de X se lo toman de manera literal, y otras como Merodeadores tienen una visión más metafórica. Y es que antes de la preciada gala que está organizando Emma Frost las cosas para su equipo van a cambiar significativamente, pues Ororo tiene previsto emprender el vuelo en busca de un mayor protagonismo más que merecido. Así, el capítulo dedicado a Merodeadores sirve de una suerte de homenaje a Tormenta y la impronta que ha dejado en quienes la conocen.

 

 

El resto de cabeceras incluidas en este tomo recopilatorio de Panini Cómics exigen cierto esfuerzo por parte de los lectores: Factor-X, Corporación X y Senda de X plantean ideas y situaciones de gran potencial, pero los peligros de la indefinición están más que presentes.

 

En Factor-X, que suma dos capítulos en este volumen, los peligros se han convertido en una realidad. Leah Williams arrancó fuerte con su serie (escudada por el siempre notable David Baldeón), pero el paso de los episodios ha puesto en evidencia si no la falta de un plan, sí las dudas en su ejecución. ¿De qué va X-Factor? ¿Qué es lo que quiere contar? No lo sabemos. Da la impresión de que el reparto tan coral con el que cuenta la autora le ha terminado sobrepasando.

 

Respecto a Corporación X y Senda de X las dudas van de la mano de la oportunidad que representan. La primera quiere abordar de lleno la faceta mercantil y política krakoana, un doble aspecto (dada la idiosincrasia de la nación mutante es imposible separar una de otra) tratado tanto en Patrulla-X como en Merodeadores, aunque sin ser el foco principal o único. De ahí sale, un poco por arte de magia (apenas ha habido un par de menciones hasta la fecha a esta «corporación X»), la nueva serie. He ahí la oportunidad.

 

 

¿Las dudas? A unas dinámicas poco claras entre sus personajes (Ángel lo ilustra bien, de partir como co-protagonista a caer en la intrascendencia en solo 20 páginas), a una cuestión más profunda y clave en el devenir de la colección: ¿qué aporta? De primeras se presenta con una trama que poco se aleja de lo visto en series como S.W.O.R.D. o las citadas Patrulla-X y Merodeadores y no profundiza en esa mirada empresarial que se le presupone que debe tocar.

 

Senda de X tiene el reto de explorar la fe en una sociedad que ha alcanzado la inmortalidad y que, en la práctica, ha superado muchas de las cuestiones teológicas que condicionan nuestros valores y entendimiento del mundo. Ahí entra el protagonista de la portada de este tomo: Rondador Nocturno. El elfo mutante es profundamente católico. ¿Qué pasa cuando la ciencia ha hecho saltar por los aires tus dogmas? ¿Qué suponen conceptos como el alma o la vida eterna cuando en términos estrictamente fisiológicos o naturales han perdido su validez?

 

Si Spurrier se mete en un berenjenal importante. Es una gran oportunidad porque mira a un terreno inexplorado, pero genera dudas por la misma naturaleza del debate que plantea. La fe es algo muy íntimo y lo que vale para uno puede no servir para otro. Más aún cuando el protagonista elegido parte de unos condicionantes tan férreos en cuanto a su concepción del mundo. De Senda de X inferimos una serie de corto recorrido y centrada en los cuestionamientos internos de Rondador Nocturno, interesantes… siempre que no caiga en dogmas o verdades verdaderas.