Había tanto que contar en torno a la Gala Fuego Infernal que esta ha terminado ocupado los tres últimos volúmenes de Reinado de X publicados por Panini Cómics. Reinado de X no solo narra los últimos coletazos del trascendental evento organizado por Emma Frost (así como la resaca de la posfiesta), sino que marca un punto y seguido en la serie, que a partir de ahora tomará el nombre de Tribulaciones de X.
«No sería una Gala Fuego Infernal sin daños colaterales«
En este escenario hay dos cabeceras que también se despiden. Estas son X-Factor e Hijos del átomo, la primera de Leah Williams (con nuestro David Baldeón a los lápices); y la segunda de Vita Ayala. Ambas siendo víctimas de la indecisión de sus guionistas, incapaces de dar con una dirección o temas claros. En el caso de la serie de Ayala, además, jugaba en su contra la falta de carisma de unos protagonistas a los que difícilmente se les augura su supervivencia más allá del «fin» con el que se despide la última viñeta. Aún con todo, en ambos casos los desenlaces son satisfactorios, pues atan sus argumentos y no dejan importantes flecos sueltos. Senda de X, que aporta aquí su tercera entrega, tiene visos de seguir el camino de estas recién finalizadas colecciones. Si Spurrier plantea ideas interesantes, pero parece tan perdido como su protagonista, Rondador Nocturno, respecto a qué quiere contar.
De todas formas, es normal que haya series que no sepan dar en el clavo, máxime cuando se intenta crear un crisol en torno a la idea de Krakoa. Algunas no funcionan… y otras lo hacen de maravilla, como es el caso de Merodeadores, que tras 22 capítulos sigue tan fresca y emocionante como el primer día. Gerry Duggan (que hace doblete con el primer número de la renovada Patrulla-X) da continuidad a una pequeña subtrama que compete a las hermanas Cuco y al corrupto gobierno de Madripur y pone el lazo a la referente al castigo de Frost y Kate Pryde a Sebastian Shaw. Y entre tanto va dejando pequeñas pistas de cuestiones que conectarán a Merodeadores con El Reinado del Diablo.
Y por último, la citada Patrulla-X, que debuta en este tomo y que sirve de puente entre Reinado de X y Tribulaciones de X. A lo largo del tomo se va sembrando un argumento que desembocará en su propia miniserie y que también ilustra el cambio de tercio en la aventura krakoana. La necesidad que ven Jean Grey Cíclope de refundar la Patrulla-X no se debe solo a la idea de recuperar su status como héroes de cara al mundo, sino que es una respuesta preventiva a la deriva que empieza a tomar Krakoa como realidad política. El Consejo Silencioso empieza a dar señales de que no mira exclusivamente por el futuro de Krakoa, sino que hay otro tipo de intereses que está entrando en juego. Quizá por instinto de supervivencia, la vuelta de la Patrulla-X supone que el sueño ha de ser protegido por encima de cualquier otra consideración.
Se vienen tiempos interesantes y turbulentos en Krakoa.


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