Con las primeras consecuencias de la Gala Fuego Infernal se acaba el reinado y empiezan las tribulaciones. Panini Cómics renombra la segunda fase de Reinado de X como Tribulaciones de X (en su publicación en grapa no hizo dicha distinción) para ahondar en el principio del fin de Krakoa… ahora sí, ya sin Jonathan Hickman entre sus responsables.

 

«Somos diferentes paradas en el mismo camino«

 

La primera parada la encontramos en El juicio de Magneto, un no-evento que parte precisamente del fatal final de fiesta mutante, ese que dio con el cadáver de Bruja Escarlata escondido entre unos matorrales y por el que -ya os lo podéis imaginar- Magneto es el principal sospechoso. Se trata de una historia menor escrita por Leah Williams, con ínfulas, pero que tiene un encaje extraño con la idiosincrasia krakoana a partir de algunas incongruencias que encontramos a lo largo de los dos capítulos aquí recogidos y que, por otra parte, refuerzan la sensación ya vista anteriormente de que Krakoa tiene los días contados. El mimo con el que nació la etapa se está perdiendo.

 

 

Al respecto es también una pena que el artículo de apertura de Pedro Monje no haya tenido en cuenta la perspectiva de la lectura y se pierde en explicaciones acerca del título «Tribulaciones» en lugar de dar el contexto necesario sobre Wanda, que resume torpemente y ofrece más dudas que respuestas a los lectores. Así que si queréis ir con los deberes hechos, os toca tirar de la wiki de turno.

 

A esta le sigue un capítulo de S.W.O.R.D. que también acusa los tiempos extraños en los que acaba de introducirse la franquicia mutante, pues su argumento señala a la etapa de Al Ewing con Guardianes de la Galaxia y su alianza con Doctor Muerte para enfrentarse contra Dormamu. Si bien esta aventura funciona como tie-in, sin incidencia o deudas directas con Guardianes, el contexto vuelve a ser un tema importante que, si no se tiene, puede lastrar el disfrute del capítulo. Un capítulo, por otra parte, emocionante como pocos, pues Ewing aprovecha la renovada condición de «reina» de Ororo para juntarla con el citado Muerte en una cena diplomática en la que vuelan los cuchillos.

 

Merodeadores, por su parte, se mantiene en el perfil de recoger los destrozos ocasionados por la Gala Fuego Infernal, con especial atención a las hermanas Cuco y al control de daños de Emma y compañía respecto a los últimos sabotajes a su control del mercado negro de fármacos krakoanos. Gerry Duggan, ya con un ojo puesto en Patrulla-X parece estar dejándolo todo bien atado en Merodeadores de cara a una eventual salida de la cabecera más pronto que tarde. Se vienen tiempos de cambio.

 

 

Y quien también acota algunos de sus argumentos es Vita Ayala, que en la pareja de capítulos dedicados a Nuevos Mutantes da un interesante empujón a las tramas centradas en Gabby y los nuevos nuevos mutantes y en Loba Venenosa… cercándose así la atención sobre Rey Sombra y surge el dilema -al menos para nosotros, la autora lo ya verbalizado en alguna ocasión, pero siempre sin entrar en él- de si todos los mutantes merecen la oportunidad de empezar con el contador a cero en Krakoa aún cuando no tienen la intención de dejar sus viejas costumbres. El rosal krakoano tiene muchas espinas y no todos los antiguos villanos están tan comprometidos con la causa como Apocalipsis. Precisamente Farouk no parece tener un gran interés en el fortalecimiento de la nación mutante y sí en sus propias aspiraciones.