Con el segundo tomo de Tribulaciones de X Panini Cómics prácticamente cierra todo lo relacionado con la interminable resaca de la Fiesta Fuego Infernal dando solución al misterio del asesinato de Bruja Escarlata. Este volumen concentra los capítulos del tres al cinco del mini-evento El jucio de Magneto, así como un one-shot protagonizado por Cable y Lobezno #14.
«Somos diferentes paradas en el mismo camino«
Esta es una de esas ocasiones -sobre todo en lo relativo al capítulo dedicado a Cable- en la que las grapas suponen un formato más adecuado que los tomos, al menos en lo que respecta a los modos de hacer de Panini. ¿Y eso por qué? Porque estamos ante un episodio que es parte de un evento, Aniquilación Final, enmarcado en la vertiente cósmica de la editorial y no tanto en la krakoana. En el Spot-On que incluye la grapa se puede profundizar en la contextualización del número y relatar su encaje en la historia central. En el recopilatorio que nos ocupa eso no sucede. Un tanto porque el articulista se dedica a otros menesteres y otro tanto porque los apuntes dados tienden a ser superficiales para atender a todo el contenido del mismo.
Así, si no habéis estado al loro de Guardianes de la Galaxia, como ocurriera con el número del tomo anterior dedicado a la cena diplomática entre Tormenta y Doctor Muerte, el contexto y los porqués se vuelven un poco difusos. Y conociendo a Al Ewing, guionista del especial (y del grueso del evento), los detalles siempre suman y enriquecen la lectura.
Vayamos, sin embargo, al meollo de Tribulaciones de X #2, que no es otra cosa que el berenjenal que ha montado Leah Williams en torno a Wanda y su no muerte. La escritora se ha dedicado media aventura a dar vueltas y a liar las cosas hasta tal punto que estamos tan confundidos como los personajes; no sabemos ni qué quiere contar, ni hacia donde va y no nos queda otra que asumir el «todo vale», lo que incluye kaijus y versiones temporales de Wanda imposibles de distinguir. Un «open your mind» brutal.
Pero claro, el giro final que lo explica todo, aún con algún que otro. deux ex machina y sapos que tragar, presenta un potencial poderosísimo que nos impele a ser condescendientes con el trayecto previo. Pero esto no es fútbol, donde lo que importa es el resultado, no si has jugado mejor o peor. Aquí el trayecto es tanto o más importante que el final y Leah Williams adolece de los mismos problemas que mostraba en X-Factor, ilustrando que el cambio de guardia a los guiones de los últimos años ha empobrecido las historias. Autoras como Williams o Stephanie Phillips están lejísimos del nivel de escritoras como G. Willow Wilson o Kelly Thompson.
Y por último está el Lobezno en plena forma de Benjamin Percy. Empieza arco argumental con Solem (con quien ya se las vio en X de Espadas con otra estupenda guionista como es Tini Howard) como nueva némesis. Produndizaremos más en el siguiente volumen, que incluirá dos capítulos de su serie.

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