«Aquí, entre el tumulto, podemos darle un golpe crítico al señor oscuro«
Se acabó. Hasta aquí hemos llegado. Final del camino para Aniquilación Final y para los Guardianes de la Galaxia de Al Ewing (bueno, y de cualquier otro autor por un tiempo). No tengo muy clara cuál es la estrategia de Marvel detrás de este hiato (tampoco parecen conocerla los chicos de Panini, que están igual de sorprendidos que nosotros), pero espero que les salga bien, porque el disparo en el pie parece mayúsculo: han cogido una serie que estaba de verdad haciendo evolucionar a sus personajes más allá de lo que conocemos y la han mandado al congelador sin que, de momento, haya noticias acerca de su regreso. Seamos realistas, con una tercera película comenzando ahora a rodarse y un nuevo videojuego vendiendo a base de bien, está claro que la colección regresará más pronto que tarde. Pero ya no tendremos seguro el regreso de Ewing (que sigue con S.W.O.R.D. en el plano cósmico y ahora suma a su haber la nueva colección de Veneno) y es hasta posible que todo lo que se ha contado en estos dieciocho maravillosos números se tire por el retrete.
Así que sí. Espero que la Casa de las Ideas tenga las ídem muy claras al respecto de este plan editorial.
Porque aún tenemos que dar gracias de que el guionista no se haya retirado del todo de la parcela espacial. Entre otras cosas porque ha utilizado este último arco argumental para plantar la semilla de algunas futuras tramas verdaderamente prometedoras… y terribles. El peculiar Juego de Tronos espacial que se ha montado con la terraformación de Marte / Arakko y con la aparición del gran imperio kree-skrull puede dar lugar a una cada vez más próxima escabechina que (¡ay Marvel lo que te cuesta abandonar el statu quo!) devuelva a todos los habitantes de la galería intergaláctica de la editorial a las posiciones que ocupaban allá por los inicios de la década pasada.
«Durará lo que dure. Disfrutemos del descanso mientras podemos«
Y ahí radica mi mayor temor. Que Marvel se marque un reboot encubierto de esta parcela (el enésimo) porque se les haya ocurrido una nueva y delirante idea. Ya hay tantas ideas que se han quedado por el camino, tantas que han sido desechadas sin miramientos después de haber sido anunciadas con trompetas que dentro de nada la espectacular Enciclopedia sobre la historia marvelita de Mark Waid y Javier Rodríguez quedará desfasada… o necesitará que le arranquemos un par de páginas o cien. Debería ser posible escribir nuevas historias sin tener que pasar antes una apisonadora sobre las antiguas. Los guionistas deberían ser capaces de trabajar en un universo orgánico en constante mutación y cambio, pero a veces queda demostrado que no. Que no hay voluntad o no hay capacidad para ello. Y los lectores nos vemos afectados.
Me consuela saber que Ewing ha podido contar su historia hasta un interesante punto y aparte y que ha logrado dejar expresada de alguna manera su intención de que los héroes también gocen de un poco de paz y diversión después de tanto drama. Y me consuela aún más la certeza de que la Marvel de las estrellas no va a apagarse por completo en ningún momento, dejando ahora que S.W.O.R.D. se haga con el foco hasta que llegue Kang el Conquistador a darle la vuelta a las cosas. Pero voy a echar mucho de menos maravillarme con lo que los Guardianes de la Galaxia han vivido durante los dos últimos años.
Deja un comentario: