Isola

Isola #2: Piedras en el camino

IsolaHa pasado bastante tiempo desde que descubrimos Isola, pero por fin hemos podido adentrarnos en el capítulo dos de esta historia publicada en nuestro país por Planeta Cómic. Al frente de la serie están Brenden Fletcher y Karl Kerschl, que siguen una línea continuista respecto a lo que vimos en el primer volumen (aquí podéis recuperar nuestras impresiones al respecto) e intentan profundizar en su naturaleza mística y en la relación entre las dos protagonistas.

 

«No sé qué significa eso, pero suena… bien»

 

Manteniendo muchos de los elementos que daban carácter al primer capítulo, este segundo volumen toma forma de una suerte de road movie, Olwyn y Rook se muestran firmes en su objetivo de llegar a Isola, la tierra de los muertos y a medida que avanzan en su camino se van encontrando con diferentes personajes y situaciones, cual odisea homérica; es más, uno de los encuentros narrados guarda muchos ecos del encuentro entre Odiseo (o Ulises) y Circe. En este sentido aún se atisba lejano el final del viaje. La historia principal no se desarrolla demasiado (en comparación con el tomo anterior) y el interés se centra en cómo está afectando la aventura a las protagonistas.

 

Por el camino parece perderse el espíritu ecologista y naturista que impregnaba el primer arco y que tanto acercaba a Isola a los códigos ghibli. La decisión se entiende en cuanto a que la historia toma un cariz más oscuro, en línea con los conflictos personajes de Olwyn y Rook, que se enfrentan a pruebas de difícil resolución y de las que no salen exentas de heridas. De hecho, la última doble página protagonizada por ambas ilustra la dolorosa distancia que se genera entre ellas.

 

«Aquí no hay sitio para vosotras»

 

En cambio, este segundo arco apuesta fuertemente por la faceta espiritual y mágica de la aventura. Lamentablemente no aclara mucho. La segunda parte se vuelve un tanto confusa con la figura de Miluse dando guerra a nuestras protagonistas. No tanto en la acción ni en las motivaciones de los personajes, sino en cómo funcionan algunas de las reglas del mundo, haciéndose patente el grado de «improvisación» que hay en la confección de Isola. Y es que, como se explica en los extras del volumen, la obra no cuenta con un guion como tal en el sentido tradición y en la fase de dibujo se hacen cambios respecto a lo que hubiera escrito en guion.

 

Así, nuestra segunda parada en Isola acaba con un regusto agridulce, aunque las ganas de seguir descubriendo que nos aguarda este mágico viaje siguen muy altas.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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