Volvemos a tope con el nuveo volumen de etapa más interesante que nos ha dejado Batgirl en los últimos años. Guionizado al alimón por Cameron Stewart y Brenden Fletcher, el presente tomo -que toma por título Interferencia-  incluye los números #41-44 de su serie regular, así como los annual #3 y Convergence Infinity #2.

Este nuevo volumen nos trae a tres nuevos villanos. A diferencia de lo que acontecía en el tomo anterior, la estructura aquí es de arcos más pequeños, la acción se muestra más concentrada y las historias son más o menos autoconclusivas. Un cambio de dirección comprensible, dado que en La chica murciélago de Burnside los guionistas tenían la necesidad de reubicar a Bárbara Gordon dentro del cosmos deceíta, presentar su nueva situación personal y allegados, lo que requería un desarrollo mayor. Ahora, con todas las piezas en su lugar, los autores han podido lanzarse directamente a la acción, sin dar rodeos de ningún tiepo y abrazar un tono aún más lúdico y aventurero.

Aún con estos cambios, las nuevas historias siguen siendo igual de entretenidas. Quizás el annual sea el relato más flojito que nos podemos encontrar en el presente volumen, aunque la presencia del español David Lafuente a los lápices es un reclamo a tener muy en cuenta. Esta aventura, que lleva a nuestra heroína a luchar contra la organización terrorista Gladius, al final no es más que una excusa para que miembros de la bat-familia como Dick Grayson o Batwoman se paseen por sus páginas.

El arco con el que se inicia Interferencia tiene lugar, más o menos, al poco de que el nuevo Batman inicie su cruzada contra el crimen. La presencia de este Caballero oscuro resulta determinante para Babs, pues la persona bajo la máscara tiene, al igual que Bruce Wayne, una fuerte influencia sobre ella. Y es que estos cambios y estrategias editoriales para logar un repunte de ventas siempre se suelen quedar en casa.

A lo largo de los arcos incluidos en el volumen, la faceta superheroica está muy presente, pero eso no repercute negativamente en el aspecto personal de nuestra protagonista. Stewart y Fletcher, aunque en un plano más secundario, no se olvidan de la vida personal de Babs y tienen guardadas también unas cuantas sorpresas que a buen seguro tendrán tiempo de abordar en futuros capítulos. De las colecciones deceítas que podemos leer actualmente, esta es una en las que mejor llevado está ese equilibrio entre las dos identidades del héroe. Estas forman parte de un todo, no se tratan de forma independiente, lo que ayuda a que el público empatice mucho mejor con la protagonista y sus circunstancias.