Batgirl

Batgirl #1-4: La vida sigue igual

Después de la fantástica etapa de Brenden Fletcher y Cameron Stewart al frente de las aventuras de Barbara Gordon como defensora de Burnside, y coincidiendo con la puesta en marcha de Renacimiento, Batgirl iniciaba una nueva etapa conducida esta vez por Hope Larson. La guionista, sin embargo, lejos de dar un volantazo a la serie, terminaría decantándose por una línea continuista respecto a lo desarrollado hasta el momento (incluso llega a hacer referencias a Batgirl: Mente abierta), con el objetivo marcado de buscar un equilibrio entre las facetas personal y heroica de la protagonista.

 

Batgirl

 

Esta Batgirl se encuentra en un momento personal un tanto extraño. Barbara necesita encontrar un nuevo impulso, pero no sabe cuál es la dirección que debería tomar este. Vive en un estado de indecisión e indefinición que se alarga en el refugio de la rutina. Hay algo que la escritora no termina de descubrir(nos) que retiene a Barbara e impide que pueda hacer gala de su enorme potencial. A lo largo de los cuatro tomos que nos ocupan hay una sensación -en unas ocasiones más evidente que en otras- de que la historia no fluye todo lo bien que debería, que Larson no termina de encontrar el objetivo de su historia. Su Batgirl es funcional, pero poco más, no pasa de ser una opción más dentro del enorme catálogo de superhéroes que ofrece el mercado. Y es una pena.

 

La intrascendencia del primer arco (descrito en los dos primeros tomos) marca mucho el tono de la serie. Larson propone una especie de paréntesis en la vida de Babs llevándola a viajar de mochilera por Asia oriental: Japón, China, Singapur… para poner en orden sus pensamientos, pero los previsibles contratiempos villanescos la obligan a seguir con la dinámica de siempre. El ruido de las tramas superheroicas impide a la guionista poder encauzar las ideas que quiere explorar en torno a la protagonista, y esta situación se vuelve crónica a medida que avanzan los siguientes arcos y aventuras, restándole profundidad al discurso. Larson aborda la relación de Babs con su padre, con sus amigas o con Dick Grayson, además de brindarle divertidos encuentros con Hiedra Venenosa o Catwoman, pero no se para a abordar sus emociones, no se percibe un verdadero trabajo en el arco evolutivo de Bárbara, la vida simplemente sigue y ella va reaccionando.

 

Batgirl

 

Aún así, como digo, la serie es funcional, cumple su cometido de entretener y propone algunos temas interesantes. En este aspecto destacan las historias principales contenidas en los volúmenes #2-3. En el primero de ellos conocemos a Ethan Cobblepot, hijo bastardo del Pingüino que protagoniza una aventura que pone el foco en las nuevas tecnologías y la proliferación de apps de todo tipo. La guionista no esconde su crítica a la forma en la que han invadido nuestras vidas y los peligros que comportan en relación al control (y poder) sobre nuestros datos y sobre nosotros por parte de terceros. En el otro, después de tres relatos independientes que muestran un poco el día a día de Babs como Batgirl, aborda una historia que -aquí sí- explora los miedos de la heroína. A través de su amistad con Dick (Nightwing) y de una amenaza fruto de su pasado, vemos a una Barbara vulnerable, pero también a una Barbara dispuesta a aprender y a mostrarse como es. A pesar de su precipitado desenlace, el arco Verano de mentiras es el relato más interesante de todos los escritos por Larson hasta el momento y el que demuestra lo bien que podría haber funcionado la serie de tener las ideas claras. La gentrificación o las modas de productos «bio» son otras de las cuestiones sobre las que de forma más o menos tangencial, presta su atención la escritora, muy interesada en la juventud urbanita.

 

Con el relanzamiento que suponía Renacimiento para el grueso de las colecciones del universo DC, la editorial española ECC también vio la oportunidad para hacer una renovación y plantear diferentes estrategias para las series a las que veía potencial para traer a España. Una de las promesas que hizo fue la de que las colecciones que no tuvieran una periodicidad prefijada (como los tomos cuatrimestrales o las series en grapa) se irían publicando agrupando arcos argumentalse completos, con lo que la cadencia de publicación como el número de páginas de cada tomo sería variable. Esta estrategia se aplica casi al pie de la letra en Batgirl, con la salvedad de que los tomos #1-2 no incluyen arcos argumentales completos, sino que el último capítulo de cada aventura se publica en el tomo siguiente al del resto de la historia a la que pertenece. Con los antecedentes de ECC de dejar colecciones a medias, existe el peligro de que algún futuro arco quedé sin cerrar.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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