Se acaba, no hay vuelta atrás. La excelentísima etapa de Cameron Stewart y Brenden Fletcher al frente de las aventuras de Batgirl ha llegado a su fin, y ha sido una etapa tan corta como excitante. Los autores han sabido imprimir a esta Bárbara Gordon un espíritu y un tono que difícilmente otros sabrán darle en tiempos venideros. Estamos ante una etapa que será recordada como una de las más redondas del personaje -y del cosmos gothamita en general- y no nos cabe duda de que antes que después ECC Ediciones decidirá reimprimir la obra en un formato mucho más lujoso, acorde a su calidad.
Con Batgirl: Mente abierta (tomo en rústica, 18.50€), ECC concluye la publicación de esta etapa, que conforman La chica murciélago de Burnside, Interferencia y este que nos ocupa. Motivo de alegría, dados los antecedentes de la editorial con colecciones como Aves de presa (de la que solo editaron un tomo) o Supergirl (un caos repartido entre tomos propios, eventos varios y colecciones ajenas, quedando incluso algunos números inéditos en nuestro país).
Fletcher y Stewart nos han presentado una colección sin complejos. Muy valiente. Los autores han buscado divertirse y hacer de Bárbara una chica del s.XXI, con las dudas y problemas típicos de cualquier chica de su edad que busca su lugar en el mundo. El entorno es también sumamente importante (sobre todo en los tomos anteriores, donde las redes sociales cobraban especial impportancia en la narración). Sí, además de con la cotidianeidad de las clases y/o trabajo tiene que defender las calles de supervillanos, pero es un personaje con el que todos podemos empatizar. La serie equilibra muy bien ambos aspectos, ofreciéndose además como campo para la aparición de nuevos villanos, sin olvidar su trágico pasado. Stewart y Fletcher conocen bien el terreno en el que se mueven, y lo demuestran con una historia que tiene su propia entidad e independencia sin por ello descartar el contexto en el que se sitúa, actual o pasado.
Batgirl es una rareza en el catálogo de ECC (y de DC Comics) que hay que saber valorar. De hecho es de las pocas obras que incluyen un texto de introducción en el que se referencian aspectos del cómic y se hace una valoración del mismo. Nos detenemos aquí porque Felip Tobar ya señala uno de los aspectos claves de este libro, la doble página final con la que prácticamente se cierra. Es una escena que resume a la perfección lo que significa la serie y cuáles fueron las intenciones de sus autores desde que cogieron las riendas de la misma. Batgirl toma la forma de un relato de superhéroes, pero es principalmente un relato sobre la identidad, sobre la libertad y la aceptación de uno mismo. Es un relato que normaliza la diversidad, uno que retrata a una generación y le (nos) recuerda que podemos cambiar las cosas. Una despedida es siempre un nuevo comienzo, nos siguen esperando muchos buenos momentos.
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