Antes del arranque de la nueva etapa de nuestro vecino favorito Panini Cómics (siguiendo a Marvel Comics en la edición original) ha decidido publicar un Giant-Size del trepamuros que incluye tres pequeños relatos (estimables todos) y el aperitivo a una saga que no nos puede producir más pereza. Como suele decirse, nunca llueve a gusto de todos. Esto sí, en todas las aventuras aquí recogidas hay firmas de lo más golosas.
«¡Prefiero luchar contra ti!«
La más importante, por su ascendencia más allá de las viñetas, es precisamente la que abre el tomo: Kevin Smith. Aunque no es ajeno al medio (le hemos disfrutado, por ejemplo, en una estupenda etapa de Green Arrow o en una imprescindible miniserie del propio Spiderman junto a Gata Negra), es verdad que hacía tiempo que no sabíamos de su faceta comiquera; y aquí le tenemos acompañado de los dibujantes Guiseppe Camuncoli y Daniele Orlandini en una aventura cuya premisa se le podría haber ocurrido a cualquiera de los personajes de Persiguiendo a Amy (los protagonistas se dedicaban al mundo del cómic) o a sus icónicos Jay y Bob el silencioso.
Que sea esta historia la que abre el tomo da cuenta de las intenciones del mismo. Estamos ante una celebración sin mayor trascendencia, como si un grupo de amigos decide pasar la noche juntos jugando a juegos de mesa. Diversión, pero sin desmadres. Todo muy de chill.
Teniendo esto presente, quizás la única pega detacable sea que el cineasta propone unos diálogos entre Mr. Fantástico y Spiderman que dan a entender que Reed no conoce la identidad de Peter Parker y eso chirría un poco dada la íntima relación que une al trepamuros con los imaginautas.
La segunda de las aventuras corre a cargo del siempre ocupado Al Ewing, que ha encontrado un respiro para dedicarle unas páginas a la araña. Y junto a él otro nombre propio de la industria: Mark Buckingham. Rescatando a Wyn (protagonista de D.I.O.S.E.S. de Jonathan Hickman) la pareja creativa propone un relato de tintes mágicos que gira en torno al número 616, número especial donde los haya en el imaginario marvelita.
Con el mismo carácter anecdótico de la aventura de Smith, este relato si presenta el suficiente empaque como para verlo recopilado en una hipotética antología de encuentros mágicos del trepamuros. Ewing y Buckingham conciben una historia muy entretenida, que deja algunas pildoritas a añadir al lore cosmológico de Marvel (con Ewing al guion lo raro es que no aporte algo nuevo a la mitología marvelita) e invita a unos cuantos personajes a la fiesta.
Aunque para invitados el de la siguiente historia, escrita por Chip Zdarsky y Cafu, que aprovechan su relato para introducir a un nuevo personaje. ¿Trascenderá estas páginas o caerá en el olvido editorial? Solo el tiempo lo dirá, pero entre ambos construyen un relato de origen bastante majo.
Y para terminar tenemos el preludio a una saga que incluirá a los guerreros araña y a Kid Venom y cuyo mayor reclamo (en lo que a nosotros respecta) radica en el dibujo de Gerardo Sandoval. Tres páginas «publicitarias» que nos emplazan a 2026 a un Team-Up del derivado simbionte.

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