«No estoy tan desesperado«

 

Cuatro números han tardado los contendientes de la pugna simbiótica en coscarse de que fuera del estadio donde llevan hasta ahora repasándose los cuartos traseros se había montado una especie de apocalipsis zombie oleoso con miles de simbiontes colonizando a vivos y a muertos por igual. Cuatro entregas de esta Guerra de Veneno dándose de tortas porque sí, porque eso siempre es mucho más fácil y productivo que hablar las cosas. Con todo, Eddie, Dylan y Anti-Veneno salen al exterior y el primero de los tres no tarda en descubrir (con ayuda de su hijo) como revertir en segundos lo que lleva todo el resto de héroes peleando toda la noche a lo largo y ancho de Nueva York. Cualquiewra podría pensar que los planes de Meridius pasaban por mantener al protagonista del relato ocupado, pero no, se ha bastado y sobrado él mismo para alargar innecesariamente la trama de este evento marvelita en manos de las buenas gentes de Panini.

 

Es éste Guerra de Veneno #4 algo más entretenido que los anteriores gracias a que, por fin, los héroes hacen otra cosa en lugar de pelear entre sí. Pero se ve incapaz de borrar todo lo que nos ha conducido hasta aquí. Y sí, nos deja con cosas que sirven para que la Casa de las Ideas siga retroalimentándose de personajes que no saben permanecer muertos, pero a la vez uno se das cuenta de que el poder y el aura de misterio que rodeaban a Meridius quedaron eclipsados hace tiempo y que la presencia de Masacre en todo este asunto apesta a conveniencia editorial y, por ello, nos saca constantemente de a trama. Es como si el personaje estuviera constantemente gritando ‘¡Eh, miradme! Soy Masacre y voy a ser convenientemente importante en algún momento de la historia…. Ya veremos cuándo‘.

 

«Humano. Soy humano. Estoy vivo…«

 

En fin, queda un número para saber quién vestirá al simbionte Veneno a partir de ahora y me huelo que se acabaron los poderes del Rey de Negro a raíz de lo que leamos en esta publicación. Donny Cates le dio demasiado poder a Eddie Brock y Al Ewing no ha sido capaz de aprovecharlo para contarnos una historia que mereciera tanto la pena como para que los poderes se mantuvieran como una parte más del personaje a lo largo del tiempo. Así que sí, Veneno volverá, pero seguramente con un reset de poder que le permita volver a convertirse en uno de los personajes de esa Marvel callejera que llevaba un tiempo algo aparcada.

 

 

Ya hemos hablado de que, a mi parecer, todo este despropósito nace del agotamiento mental de Ewing. Esperemos que el ser capaz de estar soltando cada vez más series le permita volver a centrarse en lo bien que se le da contar historias que se hunden en los orígenes editoriales de los personajes que caen en sus manos. Sigo creyendo que Ewing es un gran autor, y que esta etapa podría haber sido mucho mejor sin injerencias, pero vivimos en una época muy complicada.