Aliens vs. Vengadores

Aliens vs. Vengadores: Xenomorfos hickmanianos

Aliens vs. VengadoresUna de las señas de identidad de la saga Alien (en lo que respecta al audiovisual) es la de que cada autor le ha dado una vuelta de tuerca al concepto original de Ridley Scott en 1979 para llevársela a su terreno y dejar su sello. Nadie podrá dudar de que Aliens es hija de James Cameron, o que Jean-Pierre Jeunet plasmó su impronta en las imágenes de Alien: Resurrección. Aún con el infierno que supuso para David Fincher la producción de Alien 3, es innegable que tiene personalidad propia. Fede Álvarez, aún buscando volver a los orígenes, dotó a Romulus de su propia voz. Y qué decir de Noah Hawley y su Planeta Tierra. Jonathan Hickman y Esad Ribic hacen exactamente lo mismo.

 

«Ahora debemos pensar en la supervivencia»

 

Partimos, como es evidente, de un encargo editorial con una importante carga de marketing, no en vano el primer capítulo (de cuatro) iba a salir coincidiendo con el estreno de Alien: Romulus en agosto de 2024. Pero los autores supieron darle la vuelta a la espinosa tarea para crear una historia alejada de los cánones y calidades habituales de los cómics licenciados. Podríamos profundizar en que la segunda mitad de la obra se resiente, entre otras cuestiones, por los eternos retrasos que sufrió el cómic (el cuarto capítulo fue publicado en junio de 2025) que -con toda probabilidad- dispersaron al guionista del plan inicial o que un quinto capítulo se habría tornado necesario para darle mayor empaque al relato. Los imprevistos y contratiempos en la producción son otra de las señas de la saga y Aliens vs. Vengadores tampoco se ha librado de ellos.

 

La clave para que funcione el crossover radica en el contexto. Hickman propone la realidad de Alien, con sus xenomorfos, ingenieros y demás, como uno de los infinitos multiversos marvelitas. Pero, además, y a fin de liberarse de las trabas de la continuidad, presenta una Tierra de Vengadores varias décadas en el futuro (las suficientes para que los héroes más poderosos de la Tierra sean también los más veteranos); una Tierra en la que Krakoa cayó (ahí Hickman hurga en la herida) y en la que Weyland Corporation forma parte del tejido multinacional del mundo. Dos realidades ajenas a la nuestra (la Tierra-616 o Primordial) condenadas a encontrarse.

 

Aliens vs. Vengadores

 

Aliens vs. Vengadores exige ciertas nociones acerca de la mitología del universo alien. No tanto del marvelita, pues la mayoría de los personajes implicados son primeras espadas de la editorial o personajes afines a Hickman. Pero el desconocimiento de todo lo referente a Alien sí puede suponer un obstáculo a la hora de sumergirnos en la aventura y sus diferentes aristas, pues el equipo creativo acude incluso a las «precuelas» ideadas por Ridley Scott (que en origen iban a ser proyectos independientes) para darle mayor gravedad a la amenaza a la que se enfrentan nuestros héroes.

 

Jonathan Hickman nos plantea un relato que traslada el mundo de los superhéroes a los códigos de terror y supervivencia con los que juega Alien, convirtiendo a los primeros en actores verosímiles de la franquicia xenomorfa. Así, no desentona ver a Hulk liándose a mamporro contra una manada de las temibles criaturas o a la Capitana Marvel lanzando sus rayos de energía. Pero, ahí la clave, estos estallidos de acción y peleas son algo secundario. Estamos, como decimos, ante un relato en los que prima el terror y la supervivencia. Esto implica una situación de vulnerabilidad por parte de los héroes, que no luchan tanto por la victoria, sino por aguantar un día más.

 

Aliens vs. Vengadores

 

Y al igual que Jeunet o Hawley dieron un salto al vacío para proponer originales estrategias en torno a la naturaleza los xenomorfos y su simbiosis con la humanidad, Hickman hace otro tanto de lo mismo acudiendo a un sospechoso habitual en estas lides, llevándose a los monstruos surgidos de la mente de H.G. Giger a su terreno, pero sin traicionar la esencia de los mismos. Son las máquinas de matar perfectas y en el marco que proponen Ribic y Hickman son tan peligrosas que reyes y dioses hincan la rodilla ante ellas.

 

La gran pega de Aliens vs. Vengadores es que da la impresión de que Panini Cómics no cree demasiado en el producto, relegándolo a una tapa blanda, con un spot-on de servicio (no aporta nada relevante a la lectura) y descartando cualquier tipo de extra en favor de la publicidad mensual de la editorial, como si se tratase de una grapa más. Aliens vs. Vengadores merecía una edición más cuidada. Quizá en el futuro.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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