Los acontecimientos de los últimos tres meses (los relativos a la cacería del despreciable Kraven) han llevado a la familia Parker-Watson a poner tierra de por medio y tomar una actitud relativamente defensiva, ya que el que tus enemigos sepan quiénes sois tu familia y tú no es algo para tomarse a la ligera. En este Ultimate Spider-Man #15, Jonathan Hickman y David Messina muestran a Peter y Mary Jane reaccionando como haría cualquiera si supiera que sus hijos corren un grave peligro: Huyendo.
«Solo espero que haya sido buena idea«
A pesar de la estructura de la aventura, que invita a pensar en un ritmo más lento, pensado para el medio plazo y no para el corto, el dinamismo y frenetismo de la serie tipo no se pierde. Estamos habituados a que los arcos argumentales duren entre cuatro y seis episodios y que en lo que abarca un año de colección para los protagonistas no hayan pasado más que unas pocas semanas. Las aventuras se atropellan unas a otras, parece que los personajes no tienen tiempo ni para dormir. En base a esto, pensar en una cabecera que transcurre a tiempo real invita a presuponer que las vidas de los protagonistas no serán tan espídicas. Y ciertamente no lo son, pero -y este es el punto a destacar- eso no se traduce en unas aventuras menos agitadas. Al contrario, lo que vemos son «fotografías» del momento, que subrayan la misma urgencia, pero dan también espacio a esa vida fuera de los focos de los personajes. Lo que no se ve es tanto o más importante que lo que sí.
Y es algo que en este Ultimate Spider-Man #15 se ve con claridad. MJ y Peter han tenido una descarnada conversación sobre la pérdida, el miedo y la responsabilidad y han reaccionado como buenamente han podido, agudizando el instinto de supervivencia. Mientras, comprobamos que el trabajo de Jonah y Ben en The Paper ha llamado la atención de quien (no) debía, pero de una forma tan retorcida que nunca la habríamos sospechado. Y por su parte, Richard ha afianzado su determinación adolescente, aún a costa de los deseos de su padre. Las dinámicas están vivas y en continuo cambio.
Así, vemos a padre e hijo hacer equipo y no nos choca o resulta forzado. El número anterior tuvo lugar a principios de febrero, este transcurre en algún momento indeterminado de marzo. Sabemos que ha pasado todo un mes en el que padre e hijo han discutido (presuponemos que con MJ también contaba con voz y voto), peleado y llegado a un entendimiento. Ahí donde la relación entre Spiderman y Spiderboy sigue sin ser creíble en Tierra-616, el tiempo entre «fotografías» de Tierra-6160 nos da margen para madurar las apuestas narrativas.
Esto implica, además, que no existen números de transición como tal, porque todo es acumulativo. Vemos el impacto de las consecuencias con la certeza de que siempre queda algo por descubrir. Este Ultimate Spider-Man de Jonathan Hickman se va tejiendo como la red de una araña en la que todos los puntos están conectados y unos son consecuencia de otros.

Deja un comentario: