«Vi a mis padres en mi funeral«
Grueso número (que nos ha tenido unos cuantos meses dudando cuándo reseñarlo) el de La Imposible Patrulla-X #4 (#162) que cierra el primer enfrentamiento entre la gente de la prisión de Graymalkin y los mutantes de la Patrulla-X de Luisiana. Y es que quizás llamar gente a los monstruos que gestionan la prisión que se ha construido donde otrora estuviera la escuela en la que estudiaron casi todos los mutantes que conocemos sea demasiado benevolente. Lo cierto es que nadie (ni Jed MacKay, ni Gail Simone ni ningún otro autor vinculado con los mutantes) nos ha explicado con detalle de dónde viene esta prisión, cuyo principal objetivo parecía mantener cautivo a Charles Xavier pero que realmente da la impresión de ser la heredera directa de Orchis y sus tejemanejes antimutantes.
Así, su alcaide lanza contra la Imposible Patrulla-X en este número que nos traen desde Panini a Sarah Gaunt, una mujer completamente desquiciada y poseída por unos deseos irrefrenables de venganza contra un mundo que le ha arrebatado todo. Graymalkin utiliza este odio para azuzarla contra estudiantes y ‘profesores’ (lo siento, no logro llamar así a los improvisadores natos que se han juntado e esta suerte de escuela) convertida en una bruja casi indestructible contra la que no aciertan a combatir en igualdad de condiciones ni Lobezno ni la propia Pícara (de nuevo, creo que Simone está improvisando aquí). Suerte que en este número vemos como la líder de esta Patrulla-X obtiene un power-up que… se basa ampliamente en el factor sorpresa y que ayuda a cambiar las tornas de la batalla. Otra vez que da la impresión de que esto se escribe sobre la marcha…
«¡Todos somos mutantes!«
De ahí pasamos a una entrega que me interesa un poco más por el hecho de que versa sobre los alumnos de esta escuela. Principalmente vemos cómo ha sido la vida de Calicó hasta llegar a Luisiana (algo que, por otra parte, era bastante predecible, pero que va a tener su eco en el arco argumental que está por venir) y la autora comienza a desarrollar las relaciones entre el resto de estudiantes, lo cual es siempre de agradecer cuando los mismos han llegado de una manera tan brusca a protagonizar esta historia. Finalmente vemos (al igual que en esa misteriosa escena de Patrulla-X #5) como quedan preparadas las piezas para el Asalto a Graymalkin que se avecina para los próximos números de esta serie y de la que guioniza el bueno de MacKay.

La Imposible Patrulla-X #4 (#162)
Pero por lo general sigo con la misma impresión que tenía cuando comencé a leer esta cabecera. No noto a Simone a gusto y cómoda con lo que está contando, todo lo que leo, hasta lo más normal y mundano, me suena forzado y escrito sobre la marcha, como si no hubiera un plan detrás. Y oye, llamadme loco, pero para una de las principales series mutantes yo tiendo esperar bastante más.
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