«Acercaos, pero sed el adulto, no el coleguita«

 

Doble número centrado, por fin, en los Atípicos, los cuatro mutantes que aparecieron porque sí en la escuela de Luisiana y sobre los que pesa una escabrosa profecía. Desde que comenzó La Imposible Patrulla-X de Gail Simone, hemos tenido invasiones, asaltos a la cárcel de mutantes, visitas a la galería de enfermos terminales… Pero nada, o muy poco, que sirviera para desarrollar el carácter y profundizar en unos personajes que son completamente nuevos y de los que apenas conocemos un par de detalles. Así pues, Pícara hace que cada profesor se deba convertir en el mentor de uno de ellos (otro más para Logan) y diseña una tarde de paseo y compras en el centro comercial para los críos, es decir, una excusa para que podamos conocerlos mejor y ver cómo se relacionan entre ellos.

 

Al mismo tiempo, hace que los ilustres científicos que pueblan Graymalkin (nótese el sarcasmo) suelten unos perros de presa cibernéticos para que les cacen, ahora que están solitos y sin un adulto que les vigile e impida que se pongan a pelear. El resultado es una entrega algo más entretenida e interesante de lo que venimos leyendo durante los últimos meses, por más que Simone tire de clichés y de una escritura bastante simplona en este número. Resulta que entre los cuatro alumnos hay cierta química y es divertido verles en acción, consiguiendo sus primeras victorias y cosechando sus primero errores graves en una entrega sin demasiadas consecuencias que se columpia entre el crossover que acabamos de leer y el que comienza el mes que viene en la editorial estadounidense. Porque sí, toca la Fuga de X y toca aparcar de nuevo las tramas de cada equipo por separado.

 

«Eso me tranquiliza mucho, ¿empezamos?«

 

Esto ya me toca un poco las narices. Se nos prometió una etapa post-Krakoa que nos iba a hacer flipar pepinillos y que iba a lograr que nos olvidáramos de todo lo que Jonathan Hickman planeó con todo su cariño para los hombres y mujeres-X. En los siete números que lleva Panini publicados de esta colección ya vamos a por el segundo cruce de colecciones y eso suele significar que no hay un plan claro para los mutantes en la editorial, o bien que la autora de este cómic no sabe hacia dónde llevar la historia. En cualquiera de los dos casos tenemos una grapa que no parece dirigirse a ninguna parte, con lo que significa eso a medio largo plazo, y que parece haber retrocedido argumentalmente a tiempos pre-Krakoanos.

 

 

No me entendáis mal. Me gusta lo que leo en este La Imposible Patrulla-X #7 (#165), pero no logro averiguar hacia dónde pretenden dirigirse las diferentes series mutantes y he de confesar que cada vez me importa menos. No entiendo cuál es el gran plan de la Casa de las Ideas para con este sector del universo Marvel y casi me da la impresión de que Disney marque el camino con su versión de la gran pantalla de los homo superior. Por el momento habrá que contentarse con disfrutar de estos números sueltos que nos permiten conocer al menos un poco a los personajes que pueblan estas series, antes de que los autores, o la propia editorial se dediquen a pasarlos por la picadora de carne.