«¿Me estás leyendo la mente?«
Iba a titular esta reseña ‘Me ca*o en tus muertos Marvel‘, pero me ha parecido pasarme tres pueblos con lo suaves y educadas que me estaban quedando mis últimos artículos. Y es que la Casa de las Ideas ha sacado la artillería emocional y argumental para el último número del evento y el crossover que se nos estaba haciendo bola (y que Panini sabiamente ha publicado a lo largo de un único mes) ha terminado por sacarnos un par de lagrimillas y todo. Pero vayamos por partes, que este Excepcional Patrulla-X #7 es denso y en él pasan bastante cositas que merece la pena analizar, tanto de la serie de Eve L. Ewing como del final de esta Fuga de X en la que han participado tantos guionistas y artistas de renombre.
La primera parte de esta gruesa grapa sigue con la estrategia y los modos de todo este crossover y relega su argumento a un plano casi terciario dentro de un cómic que está bastante preocupado ya con sus propias historias como para centrarse en los paseos extracarcelarios del telépata mutante por excelencia. Y es que la portada no deja nada a la imaginación y a partir del próximo mes nos va a tocar ir a salvar al pobre de Axo, que ha caído como una mosquita en las redes del más capullo de los villanos clásicos de los mutantes. Avanza tranquila y a su ritmo la serie de Ewing que justifica su cabecera con el nombre de Fuga de X en tres viñetas en las que Bobby anuncia a voz en grito que el Profesor X se ha escapado de la cárcel: Fin. El resto del cómic transita entre las desventuras del pobre Axo y las memorias del pasado reciente de Emma Frost para quien (dados sus traumas) los únicos receptáculos válidos de su amor no son otros que los distintos grupos de ‘bebés X‘ que han ido pasando por sus manos.
«Quieres luchar por todo puñetero sueño sobre la faz de la Tierra«
Y así llegamos a la segunda mitad de la grapa de Excepcional Patrulla-X de este mes, la que recopila el X-Manhunt Omega (Fuga de X Omega) y cierra este evento. En él nos enteramos de que sí, todos los mutantes que se andaban dando de leches en las entregas anteriores son conscientes el deseo de Xavier de abandonar la Tierra para tratar de salvar a su hija Xandra en compañía de su resucitada esposa Shi’Ar. La batalla vuelve a irse de madre a unos niveles exagerados y es entonces cuando Murewa Ayodele (recordáis que os dije que estaba escribiendo lo nuevo de Tormenta) y Gail Simone hacen su magia para dar un giro a toda esta historia, invitar a las diferentes facciones mutantes a unirse de nuevo para construir un futuro mejor y cerrar el evento (y ya de paso toda una etapa) de la mejor manera posible. Más aún, imagino que en coordinación con Jed MacKay explotan algo que sólo vimos en una viñeta de los primeros números de la actual etapa de la Patrulla-X y que hace que, por primera vez en mi vida, sienta una profunda lástima por el pobre de Cíclope.

Todos los que hemos sufrido alguna vez ataques de pánico o ansiedad podemos sentirnos MUY identificados con esto
Como decía, lo principal es que este último capítulo nos proporciona un cierre no sólo para el evento mutante, sino para toda una etapa (la de Jonathan Hickman) sin dejar de mirar hacia el futuro y exigirles a los autores actuales un poco más de motivación e ilusión a la hora de escribir sus historias. Las distintas Patrullas-X tienen la responsabilidad de proteger el sueño de Xavier (distorsionado o evolucionado o como queráis llamarlo), pero también tienen que ser capaces de convertirse en un refugio y una escuela para los nuevos mutantes que vayan naciendo en la Tierra de ahora en adelante.
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