Reinado de X

Reinado de X #11: Un Cable cortado

Reinado de XReinado de X #11 tiene por objetivo cerrar algunas de sus tramas (y cabeceras) antes de la gran fiesta de Emma Frost que se extenderá a los largo de los dos próximos tomos publicados por Panini Cómics. En lo que nos ocupa, Gerry Duggan y Phil Noto se despiden de Cable, Vita Ayala (junto a Paco Medina) dejan también encarrilado el desenlace de Hijos del átomo y Senda de X de Si Spurrier y Bob Quinn trae al nuevo mejor amigo de Rondador Nocturno.

 

«No deberías haberte desviado de tu camino«

 

La de Cable ha sido una de esas aventuras que sin hacer demasiado ruido se ha hecho un lugar de honor entre las series del panorama krakoano. No le dimos la oportunidad que se merecía cuando se publicó por primera vez -en tomos en rústica-, pero hemos sabido enmendar el error gracias a la recopilación de Marvel Premiere. Al final han sido doce números. Pocos para ser una historia que nos estaba gustando tanto, pero suficientes para cumplir su objetivo, escapando a la tentación de estirar sus argumentos hasta quemarlos a estos y a sus personajes. ¿Quién sabe? Si Duggan no hubiera abierto la puerta al Cable adulto y a la problemática que dio pie a Patrulla-X: Exterminio, la serie podría haber recorrido otros caminos y no haberse visto obligada a echar el cierre. Mimbres había más que suficientes para que el joven Cable tuviera un largo recorrido, más aún en un contexto como el krakoano, que hacía saltar por los aires la fatídica inevitabilidad del futuro mutante y permitía a la especie mirar al horizonte con genuina esperanza.

 

Por desgracia Duggan y Noto tomaron la determinación de considerar al joven Cable una de tantas anomalías que la AVT de la editorial tiende a cortar antes de que enraícen para que el ciclo continuo que es el Universo Marvel se mantenga estable. Ya sabemos: todo cambia para que nada cambie. Así, el final de la aventura ya lo conocíamos -o lo podíamos aventurar- desde hace algunos capítulos. Los tiempos más o menos también los podíamos inferir. La cuestión radicaba en el cómo, y aquí es donde los autores han mostrado una enorme generosidad con sus personajes (hay que contar a Esme, no solo a Cable) y con el público. Más allá de si el desenlace es más o menos feliz -que lo es- hay mimo en los personajes y sus trayectorias, concreción en el argumento y resolución de las tramas. Lo que había que contar se ha contado. No se dejan cabos sueltos y, pensada en conjunto, es una aventura que funciona sin grandes dependencias; es decir, esta etapa de Cable ha nacido en Krakoa, pero podría haberlo hecho en cualquier otro contexto y funcionaría igual de bien.

 

«Tal vez haya pecados por los que merezca pecar«

 

En el juego de la cal y la arena, Vita Ayala y sus Hijos del átomo se llevan la peor parte, que a falta de un capítulo la (mini)serie ya ha contado todo lo que tenía que contar. Parecía que la guionista había dado con la tecla al abordar el conflicto interno de Artilugio (el de una adolescente cuyos poderes acaban de despertar y el dilema de abrazar Krakoa o la lealtad hacia sus amigos humanos), pero en la doble entrega de este tomo se resiste a abandonar su estructura preconcebida y dedica su atención a los dos miembros restantes del grupo. Un capítulo por personaje, narrado en primera persona y mostrando el día a día de estos: un grupo de amigos, fans de los mutantes, que harían (y hacen) cualquier cosa por emular a sus héroes y por encontrar la manera de visitar Krakoa.

 

Reinado de X

 

Lo interesante, lo revolucionario, de esta premisa se esconde en Artilugio, que al descubrir su naturaleza mutante, su pase vip a Krakoa, se enfrenta no solo al hecho en sí (cuántas veces no se nos han contado aventuras de nuevos mutantes), sino a las repercusiones del mismo en su círculo: ¿la mirarán con envidia? ¿la rechazarán por sentirse traicionados? ¿la aceptarán? Pongamos un ejemplo: sois tres amigos, súper fans de Messi y un día os llega alguien y os dice que solo uno de los tres podrá conocerle y hacerse íntimo del futbolista. El otro amigo y tú, sin embargo, tendréis que seguir conformándoos con verle por la tele. ¿Cómo reaccionaríais? ¿Y cómo se sentiría el amigo que tiene ese exclusivo privilegio que los tres anheláis?

 

Pues bien, planteada la cuestión en el anterior capítulo (en Reinado de X #9), Ayala la obvia por completo en estas páginas, dejándola como el cliffhanger con el que despide su número #5. Tenemos pues, otros dos episodios intercambiables sobre unos personajes que no han sabido despertar nuestro interés protagonizando unas tramas que tampoco llevan a ningún lugar. La autora tenía un elemento auténtico sobre el que vertebrar la serie y construir una historia, pero optó, desde el principio, por contar el relleno, lo que no era relevante. Podemos imaginar, así, que condensará dicho elemento en el capítulo final y que, sin espacio para profundizar, todo acabará con un abrazo y una proclama tipo «amigos para siempre».

 

Y cerramos con Senda de X (cuyo segundo episodio es el que abre el tomo) que toma un cariz más terrenal y, de momento, abandona el cuestionamiento espiritual de Kurt respecto a la religión que debe acoger la fe mutante y avanza en una trama típicamente heroica de amenazas a Krakoa y sus gentes, con Legión (el díscolo hijo de Xavier) erigiéndose como agitador y co-protagonista de la cabecera. Será, presuponemos, a través de la interacción de ambos personajes (que ya conocen el «interior» el uno del otro) cómo se construya la reflexión de Rondador sobre el dogma y su encaje en él.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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