«Yo sé cómo hacer que sea mil veces más fuerte que tú«

 

Undead Unluck, el manga de Yoshifumi Tozuka que actuialmente publica Panini es España, consta de tres grandes arcos argumentales: El primero ya lo vivimos y nos llevó hasta ese dramático fin de ciclo en el que todos los amigos y enemigos que había ido conociendo Fûko desde que la rescatara Andy de su intento de suicidio (porque sí, este manga empieza bien fuerte) se sacrificaron para que ella pudiera avanzar hacia la siguiente (la última) iteración de la historia de nuestro mundo, convertida en la nueva esperanza de los negacionistas para escapar de sus trágicos pasados y de la humanidad para evitar el Ragnarok definitivo, que acabaría con la suerte de experimento que somos los humanos para quienes están más allá de nuestra comprensión. Todo esto nos llevó a la etapa en la que nos encontramos actualmente, un arco argumental en el que Tozuka abandona casi por completo el drama y convierte a su manga en una ola de positivismo para cuyo disfrute es imprescindible haber adorado todo lo anterior.

 

Nos queda todavía llegar a la tercera parte de la historia (la batalla final por las almas de nuestros protagonistas), pero a partir de ahora las cosas van a comenzar a ponerse serias. Ya sea por presiones editoriales o porque el mangaka así lo quiso desde el principio, la trama que ahora comienza marca el comienzo de un acelere que culminará con el final de una serie que comenzáramos a leer durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 y que en Japón vio publicado su último capítulo el pasado mes de enero. Esto viene a significar que el reclutamiento del resto de negacionistas que Fûko tiene en su lista se va a ir tornando cada vez más complicado con la aparición de una nueva serie de enemigos que le van a añadir bastante más chicha a una serie que corría el riesgo de volverse demasiado complaciente.

 

«¿Por qué pueden seguir sonriendo a pesar de haber perdido?«

 

Pero antes de eso toca irse de torneo de artes marciales. Sí, como lo leéis, nuestra protagonista es abordada a su regreso a la Tierra (recordemos que el tomo anterior transcurrió en el espacio en claro homenaje a Alien) por una chica china que le pide que salve a su hermano de una muerte segura a manos de su maestro de artes marciales. Sí, nos toca ir a por Shen y Mui, una de las parejas más tiernas y trágicas de la primera parte del cómic. Recordemos que Shen, uno de los primeros miembros de Union a los que se nos presentaba, tenía el poder de la ‘Incerteza’ (Untruth en el original) y que moría precisamente a manos de su maestro en una triste batalla que culminaría con su amada, Mui, heredando su habilidad y manteniendo a su compañero en un estado de semi-vida hasta su sacrificio final.

 

 

Con lo que nos encontramos ahora es con una historia mucho más luminosa en la que Tozuka nos vuelve a insistir en que es más fuerte quien lucha por proteger que quien lo hace por prevalecer. Shen no es sólo uno de mis personajes favoritos (lo es de muchos de los fans también), sino que es quien más abiertamente abraza sus sentimientos (algo muy irónico dada su habilidad) y su deseo de proteger a quienes le rodean. La adición de este personaje no sólo añade músculo al grupo de Fûko, sino que también juega a favor de su propia alma (además, hay que recordar que Mui fue la primera amiga de verdad que pudio hacer Fûko desde la primera manifestación de sus poderes).

 

Nos toca en el próximo tomo regresar al instituto en una aventura que me parece de las más divertidas de esta etapa. Mientras tanto, en algún momento de este 2025, debería llegar un especial de una hora de duración que servirá para enlazar la primera y la segunda temporadas de la versión animada de este estupendo shonen.