Sin Rastro

Sin rastro: Alguien ha sido secuestrado

Alguien ha sido secuestrado y no sabemos quien. ¿Amanda Seyfried? ¿el guionista Allison Burnett? ¿los productores? Lo único que está claro entre tanto misterio es que Heitor Dhalia se ha dado de bruces con su debut en Hollywood y que Wes Bentley aún está perdido en el set de rodaje.

 

Y el punto de partida es, cuanto menos, interesante: Tiempo atrás Jill (Amanda Seyfried) sufrió un secuestro pero logró huir de su captor. Ahora tiene la sospecha de que el hombre que fue a por ella ha vuelto y se ha llevado a su hermana. Pero la policía no la cree con lo que comienza una carrera contra todos para salvar a su hermana y demostrar que está en lo cierto. La premisa ofrece muchas posibilidades para jugar con la psique de la protagonista, ahonda en sus temores persecutorios y desdibujar la línea que separa la cordura de la locura. La película lo explota… a ratos. Porque más allá de este planteamiento, Sin Rastro tiene muy poca sustancia. [SPOILER] Si el pobre diablo que atemoriza a Amanda es un tipo que pasaba por ahí… ¿qué podemos esperar de la película? [FIN SPOILER]

 

La cinta hace aguas por todas partes, principalmente porque algunas de las situaciones ocurren porque sí, sin que medie explicación o justificación alguna y sus titánicos esfuerzos (sin éxito) para que sospechemos de todo el mundo. Es en este punto donde destaca la presencia de Wes Bentley, que entre descanso y descanso se dejaba caer por el plató. Su figura aparece y desaparece de la trama como el conejo de un mago. Tan pronto está en plano y suelta un par de frases, como se borra y no volvemos a verle hasta pasada una hora. Y sin que nadie le haya invitado.

 

Amanda Seyfried en Sin Rastro

 

Ante esto uno tendería a pensar en un exceso de elipsis para intentar ocultar posibles agujeros de guión. Nada más alejado de la realidad, porque si algo sobra en Sin Rastro son los rellenos. Cuestión de product placement o de falta de ideas, lo cierto es que pasamos media película viendo trayectos en coche; un continuo ir y venir de Amanda y compañía a lo largo de unas calles y senderos que cuando nos acercamos al final nos conocemos tan bien como los protagonistas. Dicen que conducir ayuda a pensar. Bien, Heitor Dhalia y Allison Burnett condujeron muy poco antes de hacer la película.

 

Quien peor sale parada de la quema es Amanda Seyfried, que no es capaz de aguantar el peso de la película. La joven actriz se muestra muy poco afortunada en su interpretación; ya sea por falta de talento, interés en el proyecto, dirección de Dhalia… las excusas pueden ser muchas, pero ninguna justifica el pobre trabajo de una protagonista a la que le ha venido grande el papel. Y si sus compañeros tampoco están a la altura o salen de la nada, poco se puede hacer.

 

Antes de que nos demos cuenta, las televisiones se estarán peleando por esta joya para obtener sus derechos de emisión y emitirla cualquier domingo en la sobremesa. Ya se sabe, si nos quedamos dormidos no podremos cambiar de canal.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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