La continuación inmediata de este último fue el ochentero Brat Pack, al que pertenecían aquellos jóvenes dedicados a hacer películas más adultas que las propuestas ingenuas habituales de entonces. A ese grupo pertenecían nombres como Rob Lowe, Demi Moore y Emilio Estevez.
Este último, perteneciente a una familia de artistas, pronto consiguió dar el salto detrás de las cámaras. Tras ser el protagonista de la película más redonda de John Hughes El Club de los Cinco, Estevez escribe, dirige e interpreta el papel principal de Wisdom, el delincuente. A partir de entonces, su carrera profesional sigue una ruta desigual mezclando interpretaciones en títulos de dudosa calidad con resultados modestos tras las cámaras. En el año 2006 su nombre vuelve a la palestra gracias al éxito de Bobby y le permite acceso para hacerse cargo de su película más personal hasta el momento: The Way.
The Way no es sólo una colaboración entre padre e hijo. El abuelo de Emilio Estevez (a quien está dedicado el metraje) era natural de Parderrubias en Galicia. La película en sí es todo un homenaje a la familia Sheen. Así mismo, es un legado para todos aquellos peregrinos que deciden hacer el Camino de Santiago. La película es una celebración de la vida, un encuentro emocional para realizarnos y superarnos ante las adversidades, un camino para alcanzar nuestra propia meta.
Con el objeto de promocionar la película, Martin Sheen y Emilio Estevez acudieron a Madrid junto a los productores del film David Alexanian y Julio Fernández (director de Filmax) y acompañados por Roberto Varela (conselleiro de Cultura e Turismo de la Xunta de Galicia).
Tanto padre como hijo demostraronun gran afecto por España. Emilio afirmó que esta «era mi versión personal de El Mago de Oz«. Martin Sheen se sentía privilegiado por este proyecto y de poder trabajar con su hijo una vez más «pues para mi, no sólo es mi hijo, también es mi mejor amigo. Y lo más importante, es mi director favorito«.
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