Win Win

Win Win (Ganamos Todos): Otro perdedor de Paul Giamatti ¿Se puede pedir más?

A pesar de que Paul Giamatti es un actor todo terreno al que hemos visto ya en una enorme cantidad de registros, parece que es en la comedia independiente donde más satisfacciones ha encontrado. American Splendor, Entre Copas o El Mundo según Barney no son claros ejemplos de descacharrante comedia comercial, pero sí de de ese sabor agridulce que encontramos al final de un trago divertido pero del que extraemos conclusiones para la sobremesa posterior. Ese es el tipo de película en la que encaja perfectamente Win Win.

 

Un abogado autónomo acuciado por la crisis, toma una decisión para intentar salvar el bache que le pondrá en contacto con a un adolescente fugado de un hogar roto que traerá esperanzas pero también nuevos dilemas al su ya vapuleado entramado moral.

 

Win win

 

A pesar de haber sido capaz de resumir el film en unas pocas palabras, ni de lejos se puede concentrar las múltiples tramas que se pueden disfrutar en la película. Todos y cada uno de los secundarios que arropan al protagonista tiene su propia historia y esto es algo inusitado si tenemos en cuenta los apenas 90 minutos de duración del largometraje. Una nueva conclusión se viene a sumar a las planteadas por la película, y es que no hacen falta tres horas para contar lo que bien se cuenta en el metraje de Win Win: Aplíquesele el cuento a los mastodónticos estrenos circundantes.

 

Parte de la culpa de lo acertado de la propuesta es sin duda del director, Thomas McCarthy, especialista en pequeñas películas de personajes que gracias a su bagaje como actor y guionista parece poder conjugar lo mejor de ambos mundos en una narración concisa pero intrincada a la vez, en la que solo un par de tijeretazos en la sala de montaje la separan de convertirse en una narración coral. Aquí las comparaciones con Jim Jarmusch o Robert Altman son más que acertadas, aunque encontramos en el cine de McCarthy un gusto por los tonos ligeros y menos densos que los de sus más que claros referentes.

 

Lejos de poder competir con el ruido que marca la norma en los estrenos veraniegos, no podríamos estar más cerca de un autentico soplo de aire fresco en una cartelera de la que casi solo se salva el aire acondicionado de las salas.

 

Win win

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