Líbranos del mal
Título Original: Deliver Us from Evil
Director: Scott Derrickson
Guión: Scott Derrickson y Paul Harris Boardman
Reparto: Eric Bana, Édgar Ramírez, Olivia Munn, Sean Harris, Joel McHale, Chris Coy
EEUU / 2014 / 118′
Productora: Jerry Bruckheimer Films / Screen Gems
Scott Derrickson escribe y dirige Líbranos del mal, un thriller de terror con el claro sello de Jerry Bruckheimer, productor inseparable del primer Michael Bay que en los últimos años se ha centrado en la televisión y en la franquicia de Piratas del Caribe. Policíaco de terror o thriller de terror con policías, Líbranos del mal adopta…
Scott Derrickson escribe y dirige Líbranos del mal, un thriller de terror con el claro sello de Jerry Bruckheimer, productor inseparable del primer Michael Bay que en los últimos años se ha centrado en la televisión y en la franquicia de Piratas del Caribe. Policíaco de terror o thriller de terror con policías, Líbranos del mal adopta una estética deudora del Seven de Fincher (con la ciudad como elemento desasosegante, incómodo y tétricas «escenas del crimen» que marcan la ambientación) para contar una historia muy en la línea de títulos como El fin de los días (Peter Hyams, 1999) o Fallen (Gregory Hoblit, 1998) en la que un agente de la ley ha de enfrentarse a fuerzas que escapan a nuestro entendimiento y que ponen a prueba el escepticismo de los protagonistas.
Un título en el cual los poseídos recitan a The Doors no puede tomarse en serio del todo. Y quizás sea aquí donde radique una de las mayores virtudes del film de Derrickson. En un momento en el que el género ha perdido su punto de frivolidad, lo siniestro ha derivado en lo tremebundo y los clichés han dejado de tener gracia, Eric Bana se erige como adalid de ese cine rescatado por figuras como Nicolas Cage (Furia Ciega, 2011) o Liam Neeson (Venganza, 2008), inverosímil, sí, y también extravagante, pero carente de complejos y pretensiones.
Bana interpreta a un detective de Nueva York que se escuda en su trabajo para huir de sus demonios internos. Nos encontramos pues, con el héroe prototípico que ha de hacer frente a una amenaza interior para poder vencer el mal externo que les atenaza a él y su familia. Otra vez, nada nuevo bajo el sol, pero Derrickson logra que funcione –utilizando recursos como el flashback para retratar el inicio de esa transformación de Bana de idealista policía nuestro atormentado héroe–, conduciendo una entretenida trama.
Como thriller policíaco funciona bastante bien siguiendo los esquemas previstos, y la premisa demoníaca le da un toque exótico que ayuda a mantener el interés en la historia. Más interesante que otras propuestas contemporáneas apegadas al subgénero de las posesiones y exorcismos, terriblemente atadas a una propensión hacia lo documental que las hace «más realistas», Líbranos del mal no puede evitar, sin embargo, caer en ciertos lugares comunes –la secuencia del exorcismo– que tiran hacia lo rancio y lo insustancial. Y eso no lo arregla ni un cura chulazo (Edgar Ramírez) que bebe y viste con chupa de cuero.
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