Un feliz acontecimiento

Un feliz acontecimiento: Louise Bourgoin va a ser mamá

Antes de nada hay que dejar claro que para disfrutar (o sufrir) como es debido Un feliz acontecimiento hay que estar en la misma situación que los protagonistas (o haber pasado por ella). Padres inmaduros y primerizos son su público potencial y su situación se ve muy bien reflejada. Tan bien que a más de uno le puede entrar miedo, descendiendo así (aún más) la tasa de natalidad.

 

Grosso modo, el film de Rémi Bezançon narra el abrupto proceso de maduración de una pareja a causa de su inminente paternidad, el cambio que supone para sus vidas y la toma de conciencia sobre la vida adulta que supone un embarazo. La historia está relatada desde el punto de vista de la futura madre, que ejerce de narradora poniendo sobre la mesa sus emociones, dudas y seguridades acerca de un acontecimiento que le ha cambiado la vida por completo.

 

Un feliz acontecimiento / Louise Bourgoin

 

Un feliz acontecimiento puede dividirse perfectamente en dos partes. Una primera en la que se nos presenta a la pareja protagonista, su amorío y el embarazo. Y una segunda ya con la pareja de tres y como se enfrentan al trabajo de ser padres.

 

El poder dividir la película en dos partes bien diferenciadas pone en evidencia la falta de equilibrio y de tono de la misma. Así, la primera parte juega con unos códigos más cercanos a la comedia romántica, utiliza con desparpajo los tópicos de este tipo de cintas y mostrando frescura y un delicioso sentido del humor que envuelven su honestidad y encomiable esfuerzo por romper tabúes. Esta primera parte hace alarde de una encantadora originalidad presentando a la pareja y su incipiente romance sin hacer uso de diálogos, sino jugando con las interpretaciones que le podemos dar a los títulos de las películas con las que interactúan en el videoclub en el que se conocen.

 

Y sería imperdonable olvidarse de las escenas oníricas protagonizadas por nuestra hermosa madre, Louise Bourgoin, que ponen en imágenes sus temores con un excelente gusto visual. En concreto, el sueño en el que la directora hace una metáfora con el momento de romper aguas es de lo mejor de la película.

 

Un feliz acontecimiento / Louise Bourgoin y Pio Marmaï

 

Es en este punto en el que se va todo al traste. En la mencionada segunda parte, con el crío ya de por medio, Un feliz acontecimiento deja de lado su ironía y aire de comedia y se vuelve más seria, más dramática. El equilibrio se rompe y el interés decae porque acaba convirtiéndose en un «más de lo mismo». Si bien se agradece que el fondo (la reflexión sobre la maternidad) sea honesto durante toda la película, que se aborde sin tapujos; el cambio de tono desmerece el global de una propuesta que, por otra parte, tiene en Louise Bourgoin su mayor activo.

 

La actriz francesa (conocida sobre todo por Adèle y el misterio de la momia) enamora con su interpretación. Se entrega por completo a la historia y su personaje, dotándolo de verdad. Louise sufre y ama y lo transmite a un público rendido ante ella.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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