«No hay bendición ni maldición, sólo un mundo desafiante que se abre ante nosotros«
José Luis Zaragoza (Zar), con alma de poeta y de cuenta cuentos, abandonó el reino de los vivos el 24 de diciembre de 2011 dejando a su paso un reguero interminable de ilustraciones, pequeños y grandes detalles y destellos de genialidad y una obra inacabada que ahora, con la ayuda de sus familiares y amigos, Diábolo ha tenido a bien compartir con el gran público.
Peret que Buscaba a la Muerte es un poema, una canción en blanco y negro de innegable belleza visual, que nos enfrenta con el fin último de la vida humana desde los ojos inquisitivos y anhelantes de conocimiento de un niño. Peret bien podría ser el protagonista de una de aquellas historias que nos contaban nuestras abuelas cuando éramos niños para explicarnos los grandes misterios de la existencia. O el héroe de esas otras historias que se contaron mucho tiempo atrás para explicar lo inexplicable a través de lo divino. La piedra de toque que hace que la historia cobre forma (la muerte del padre de nuestro protagonista) no es sino otro símbolo de lo que Zar nos presenta en este álbum: la reflexión que en él produjo la defunción de su padre de que la muerte no es tan sólo un fin, sino también un principio. Cuando Antón cierra los ojos Peret los abre en su lugar al ancho mundo bajo sus pies.
«Sólo después de morir pude apreciar cómo estamos rodeados de vida«
Esta fábula nos viene visualmente presentada con un trazo rápido y grueso que da lugar a unos personajes que parecen recién bosquejados y que, sin embargo, tienen una fuerza y un carácter perfectamente definidos. Esto, unido a un perfecto uso del blanco y negro, de las sombras y de los detalles apenas sugeridos, convierten a Peret… en una auténtica obra de arte del cómic español.
Diábolo, la esposa y los amigos del autor han preparado un perfecto cierre para el cómic que nos ocupa a través de los bocetos y las anotaciones que había ido acumulando Zar. Y lo han completado con una explicativa y cariñosa introducción del editor Lorenzo Pascual y un hermoso texto del ilustrador Hugo Prades, seguidos de una fantástica galería de bocetos y páginas previas a las que engrosan este fino contenedor de magia dibujada.
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