Universo X es la segunda parte de la titánica trilogía llevada a cabo por Alex Ross y Jim Krueger, de la que también forman parte Tierra X y Paraíso X. Juntas forman un grandilocuente what if…? en forma de distopía del propio Universo Marvel que intenta construir una especie de teoría unificada acerca de su origen, la aparición de los superhéroes, el papel desempeñado por las distintas fuerzas cósmicas que pululan por este universo (ya sean los skrull, los kree, o entidades como los Celestiales y Galactus) y un hipotético destino de todos ellos.
El principal cambio de Universo X respecto a Tierra X está en los dibujos, ya que John Paul Leon y el estilo sombrío del que dota a la historia ha dejado paso a los trazos más detallados (y menos oscuros) de Douguie Braithwaite, quien se esfuerza (con éxito) por mantener cierta coherencia en el diseño de personajes respecto al tomo que le precede.
Continuando en el punto en que nos dejaba Tierra X, la eliminación del celestial que se estaba gestando en el interior de nuestro planeta solo ha retrasado un fin que parece inevitable. Consecuencia de la actuación de Galactus, los polos se han invertido, las reservas de vibranium casi han desaparecido y la metereología se ha vuelto loca, convirtiendo Nueva York en un infierno helado o Wakanda en una tierra tropical. En resumen… la vida en La Tierra tiene las horas contadas. Y eso sin olvidar que la humanidad mutada se ha puesto en contra de Reed Richards y de todo aquel que pretenda ayudarle a deshacer los efectos de las nieblas terrígenas.
Solo Mar-Vell parece capacitado para traer la esperanza al mundo. Así, en compañía de Capitán América y cuantos se vayan sumando a su causa, inicia un viaje en busca de legendarios objetos con los que llevar adelante un ambicioso plan que salvará a toda la humanidad. La odisea que emprende el héroe le llevará (a él y sus aliados) a recorrer el universo marvelita, transitando entre las distintas dimensiones y realidades alternativas de este, preparando una guerra que tendrá dos grandes escenarios: La Tierra y el mundo de los muertos. Este hecho permite que personajes que desaparecieron en el anterior tomo vuelvan a tomar protagonismo en el devenir de los acontecimientos y siendo el ya mencionado Mar-Vell el único personaje capaz de interactuar en los dos planos.
Al igual que en la primera parte, para guiarnos en esta epopeya tenemos dos narradores omniscientes encargados de explicar la historia del Universo Marvel y la acción presente, protagonizada casi por los mismos peasonajes que en Tierra X. La historia tiene un marcadísimo componente si no espiritual, sí metafísico que va mucho más allá de lo planteado en el anterior volumen (el origen y el porqué de la humanidad), abarcando una posible explicación a conceptos como dios, la muerte o el tiempo, sin por ello dejar de dar vueltas a temas como los celestiales o las mutaciones, ya explorados anteriormente. Esto lleva a un guión complejo como pocos, con tantos giros y subtramas que requiere de un enorme esfuerzo por parte del lector para no perder el hilo de lo que sucede.
Universo X se plantea como una gran puzzle que se va enrevesando capítulo a capítulo y no nos muestra la solución hasta que llegamos al clímax final. Aunque la confusión llegue a ser apabullante en algunos tramos de la historia, esto no deja de ser un ejercicio por parte de los autores para ponernos en el lugar de loa narradores. La única forma de generar en el lector la confusión que sufren tanto Aaron Stack, el Hombre Máquina, como Kyle Richmond, Halcón Nocturno e Isaac Christians, la Gárgola ante tanto conocimiento, es hacernos sentir lo mismo. Se trata de un ejercicio interesante, pero puede jugar en contra de la obra, ya que tanta confusión llega a ser desquiciante y la tentación de dejar la lectura se vuelve poderosa.
Llena de guiños y referencias al pasado de la editorial, el tomo peca de ambicioso (desde la perspectiva de un lector poco versado en la mitología marvelita) y se recrea en exceso en unas explicaciones sobre la existencia de las realidades alternativas de su universo que terminada la lectura siguen sin estar claras. Algunos conceptos y justificaciones como la naturaleza y desarrollo del limbo o el papel de Kang en el desarrollo del omniverso y la conversión del Rondador Nocturno de se quedan escondidos en una bruma impenetrable.
Con toda seguridad, los lectores más eruditos disfrutarán y comprenderán como pocos la obra en su conjunto, para el resto de los mortales, Universo X es una digna continuación de Tierra X pero resulta menos accesible que aquella.
Deja un comentario: