Marcada por la triste noticia de la muerte de Nelson Mandela, llega a nuestras pantallas Plot for Peace, la historia de Jean-Yves Ollivier, un empresario francés que tuvo un importante papel en la lucha que llevó a la caída del Apartheid y la liberación del que fuera dirigente sudafricano y Premio Nobel de la Paz. Con motivo de la presentación de este documental dirigido por el español Carlos Agulló, el protagonista de este relato, desconocido hasta la fecha, nos ha concedido esta entrevista.
Pregunta: ¿Cómo se ha sentido una vez su historia ha visto la luz y la gente ha conocido su implicación en el final del Apartheid y la liberación de Mandela?
Respuesta: La vida continua. Nada ha cambiado. Ni en mi carácter (risas) ni en mi manera de ser. Me siento igual.
P: Estrenada en países como Francia o España, ¿hay planes de estreno en Sudáfrica y en los países de la zona?
R: Todavía no. Se estrenará el año que viene en Sudáfrica porque queríamos reservar el mayor impacto en África para el próximo 13 de diciembre en Brazzaville. Vamos a proyectarla con motivo del 25 aniversario de la firma de los acuerdos de Brazzaville, y se hará allí, en presencia de todos los jefes de estado que en su día estuvieron implicados y que viven todavía.
P: ¿Cómo cree el equipo que puede recibir la gente de Sudáfrica la película?
R: Bueno, yo creo que cualquier espectador sea de donde sea, solo puede tener una reacción: se cree la película o no se la cree. Pero no veo porqué en Sudáfrica se vaya a rechazar más o menos que en otros sitios.
P: No me refiero tanto a que la vean con ojos más críticos, sino a que precisamente por ser parte de su historia, puede tener un componente emocional más fuerte.
R: Soy incapaz de decirte como van a reaccionar los sudafricanos, no lo sé. Supongo que habrá muchos blancos que añoran la época del Apartheid que dirán que les he traicionado.
P: ¿Cómo fue esa primera conversación con Carlos Agulló, el director?
R: Carlos vino después de que yo ya hubiese tomado la decisión de participar en la película. La decisión ya estaba tomada. El problema consistía entonces en saber quién era el director más adecuado para contar esa historia. Y en la lista de candidatos estaba Carlos. Le hice venir a Londres para reunirnos, cenamos juntos y abordamos todos los temas con claridad y honestidad. Me encontré con un tipo con curiosidad, que no tenía la solución inmediata al problema que le planteamos, pero con una apertura de espíritu que me hacía pensar que sí iba a encontrar esa solución. Y eso es lo que se ha producido y creo que ha hecho un trabajo estupendo.
P: Tengo una curiosidad respecto a la escena en que le presentan en el documental, en la que aparece jugando a las cartas. Presentarle de esta forma, digamos, ficcionada, y con la analogía entre el juego, la vida y la situación que había en la zona, ¿fue una decisión del equipo técnico o salió de usted?
R: Yo siempre he jugado mucho a las cartas, siempre. Durante las entrevistas Carlos veía que yo estaba ahí dale a jugar con las cartas, y me preguntó qué por qué jugaba tanto a las cartas. No le entraba en la cabeza, no me veía como el tipo de persona que jugara tanto a las cartas. Le expliqué mi aproximación, las cartas son una especie de mecanismo de reflexión, de apoyo a esta, y de evitar el aislamiento. Entonces a él se le ocurrió la idea de hacer esa analogía. Pero las frases son mías.
P: Cuando ve la película terminada, que es lo que le transmite. ¿Ha sido fiel a la historia? ¿Cree que se podrían haber centrado en otros aspectos?
R: Ese no es mi trabajo. Es el trabajo del director. Yo estaba ahí solo para que no contasen cosas que no fuesen verdaderas, pero la elección de decir qué es lo que se cuenta y lo que no, es cosa suya.
P: ¿No ha habido alguna anécdota, algún detalle o hecho que se le haya quedado un poco la cosa de «bueno, me habría gustado…»?
R: … Muchas, por supuesto. Y además se las he contado y se las han encontrado en archivos. Pero solo tenían 90 minutos. Por eso la película termina en Brazzaville, porque pasan muchas cosas después.
P: Para acabar, las imágenes de archivo en la que se le ve recogiendo la medalla que le dan los dirigentes sudafricanos tras la liberación de los presos, ¿las había visto antes? Es decir, desde que se graban allá por 1987 hasta que se ha realizado el documental, ¿había tenido oportunidad de verlas? ¿Cómo se ha visto a sí mismo en ese momento?
R: No, ellos las han descubierto y me las han enseñado. Yo ni siquiera sabía que existían. Nunca las había visto. Yo veía ese día que había alguien ahí con una cámara, pero pensaba que era para el archivo del ministerio de asuntos exteriores, no pensaba que fueses para los medios. Sobre todo porque pedí por favor que no fuese nada público.
P: Y al verlas, ¿le evocaron algún recuerdo? ¿Cómo se vio?
R: Sí, que era más joven. Y más delgado (risas).
Deja un comentario: