Ramón Salazar

Ramón Salazar: «Tengo Ganas de Ti ha sido más autoral, hemos cogido la novela como inspiración»

Alabar todo el éxito de 3MSC y Tengo Ganas de Ti solo por su pareja (ahora trío) protagonista o a la labor de Fernando González Molina en la dirección no es del todo acertado. Una parte muy importante del enamoramiento de miles de fans hacia Hache y Babi se debe en gran medida al trabajo de Ramón Salazar, que junto al director ha logrado trasladar a la pantalla (e incluso mejorar) las novelas de Federico Moccia para convertirlas en uno de los mayores fenómenos del cine patrio de los últimos años.

 

Ramón SalazarAprovechando el estreno de Tengo Ganas de Ti, hablamos con Ramón acerca del guión y los cambios que ha sufrido la adaptación entre otros temas. Cuidado que la entrevista contiene SPOILERS.

 

Pregunta: Habiendo adaptado ya 3MSC, ¿cómo te has enfrentado a esta segunda parte, cómo la has abordado?

Respuesta: Cuando leí Tengo ganas de ti tenía la sensación de que había un cierto matiz de repetición con respecto a la anterior, es decir, Gin también era una jovencita y otra vez era virgen, igual que Babi en la primera. Había una serie de repeticiones con respecto al éxito de la primera y decidimos darle un punto de madurez; la clave me la dio Fernando, debían ser los restos del naufragio. Y habiéndole dado un matiz masculino a la primera parte en esta nos queríamos centrar más en los personajes femeninos, aunque el protagonista fuera Hache, pero que todos los personajes que están a su alrededor fuesen un universo más femenino y que de alguna manera se equilibrara la balanza de alguna manera cuando que se viesen las dos películas.

 

Recuerdo haber cogido muy brevemente las líneas que habían en la novela: la hermana embarazada, el personaje de Gin como elemento de comedia romántica… El personaje de Babi está totalmente reconstruido porque en la novela tenía como un amante escondido que la medio acosaba. Tenía una trama muy débil y decidimos convertirla en una especie de fantasma, es como el espectro de la película y que a la vez es la simbología de cómo está en la mente del personaje de Hache; o la desestructuración de su familia, esa cosa sólida que había en el primera de la familia de Babi opresiva y tal, que aquí se desmoronaba ante la inminente boda de ella. Fue, como digo, coger brevemente lo que apuntaba la novela y sentirnos libres, mucho más libres que en la primera a la hora de hacerla un poquito más madura, más operística. A Fernando y a mí nos gustan mucho películas como Magnolia y queríamos que la película tuviera esta cosa de excesiva en tramas y que pasara todo en este breve instante de dos horas.

 

P: Viendo la película está claro que hay que simplificar tramas, pero por ejemplo igual que la de la madre de Hache queda bien explicada a pesar de estar muy simplificada, la de Rafaela y la amante del marido, si no has visto la primera parte no queda del todo claro… ¿no queda demasiado descompensada?

R: Es donde más han cortado, estaba más desarrollada en el guión y en el rodaje. De hecho, Hache iba encontrándose con el padre y la amante, que era la que él le había presentado en la primera película. Todo eso está desarrollado, pero claro, Fernando se dio cuenta que lo que le daba continuidad era la historia romántica nueva de la película, derivarnos demasiado hacia esas tramas hacía que la trama principal se fuese parando. Pero yo creo que Rafaela está apuntada, igual que la madre, tienen tres secuencias en la película y son como tintes. No nos podíamos centrar muchísimo sino era con los personajes. Fernando siempre quería que fuese desde la mirada desde los protagonistas, es decir, no podía tener una trama un personaje como Rafaela por sí misma, es decir, siempre la familia de Babi tenía que estar desde su mirada y el mundo de Hache desde la suya, pero no se podía ramificar más allá sino era desde la mirada de los protagonistas.

 

P: En ese sentido, hablando de la mirada de Hache, no sé si llegó a hablar de la relación que mantenía Hache con la azafata del avión, ya que mostraba otra cara del personaje…

R: … Además es una subtrama que atrae mucho en la novela. Era ligera, con esa entrada en que la seducía en el avión, quedaban y luego puntualmente iban viéndose hasta que se desvanecía y desaparecía. Era muy atractiva y lo comentamos, pero claro, era hacer una secuencia donde un personaje se liga a una chica y luego tener que hacer otra secuencia en donde se vuelve a ligar a otra… era demasiado. Hache tenía que ir directamente a encontrarse con Gin y aquí no cabía, como sí cabía, por ejemplo, Mara, la chica con la que tenía este affaire en Tres metros sobre el cielo. También era repetir ese esquema de empieza un idilio nuevo, pero sigue arrastrando una especie de amante y aquí decidimos que la trama principal con Gin tenía que aparecer lo antes posible y que fuese la única, que no podía haber distracciones y por eso también la decisión de reducir el encuentro de Mario y María, de Hache y Babi, a un momento de la película. Eso sí, que se fuesen casi rozando por la ciudad en varios momentos, estar en los mismo sitios, pero no encontrarse, que todo se limitara al encuentro final.

 

P: También habéis intentado alejaros un poco del tono de la novela, ¿no? Esta tiene un aire mucho más melancólico

R: Había una cosa que era importantísima y era, obviamente, la violación de Gin, que en la novela ocurre prácticamente en la mitad, los personajes van cargando con eso y hace que la novela sea más melancólica. Incluso con la trama de Gin, porque a partir de ahí nada vuelve a ser lo mismo. Aquí queríamos que el personaje de Gin tirase de la película hacia arriba todo el rato hasta el momento final del clímax donde movimos el intento de violación que sufre. Lo que hemos querido siempre es que hubiese una compensación entre mundo destruido por el amor roto con Babi, que está en todos los personajes: en Katina, en el amigo muerto, en los amigos que han cambiado, en su mirada… y la vida que traía constantemente el personaje de Gin. Fernando no quería que la película fuese demasiado melancólica, quería que tuviese esa compensación tonal entre la melancolía y el nuevo amor, la comedia romántica.

 

P: Y una vez escrito el guión has seguido de cerca el rodaje, el montaje…. o te has desentendido un poco

R: Fernando es muy metódico, tuvimos un proceso muy largo de escritura, reescritura, y Fernando me iba diciendo «creo que esta secuencia tal y tal» hasta que él tuvo su guión de rodaje. Y ha respetado prácticamente todo, lo único que ha hecho es cortar secuencias, o sea, no ha alterado el guión, ni nada. Ya lo vi en Tres metros sobre el cielo, a Fernando lo que le gusta es llegar con un guión sólido, por lo menos para él y luego si tiene que cortar secuencias decidir cuales corta. Pero no le he hecho falta (risas), a él le gusta empezar el rodaje con el guión cerrado y yo cuando he vuelto a ver la peli es ha sido cuando ya estaba terminada.

 

P: ¿Y qué fue lo que os llamó la atención de esta historia de amor?

R: Eso lo hablaron Paco Ramos, el productor, y Fernando. A Fernando le interesó. A Fernando le gusta mucho el romanticismo adolescente, es un género que le gusta mucho. Habíamos estudiado en la ECAM juntos, yo estudiaba guión y él dirección, y colaborábamos mucho juntos en la escuela, pero desde entonces no habíamos vuelto hacer nada porque yo había tirado también por la dirección y nunca había escrito para nadie. Pero Fernando pensó que yo era el adecuado para darle esta cosa romántica y un poquito edulcorada que tenía la primera y el melodrama un poco operístico que tenía la segunda. Creyó que yo era el adecuado y ya con Paco también había trabajado porque él produjo Piedras, y me llamaron. No estuve en el proceso de «tenemos que hacer una peli, ¿qué hacemos?», me llegaron con «vamos hacer esta peli y queremos que la escribas tú».

 

P: ¿Es más fácil adaptar una novela o partir directamente de cero?

R: Lo bueno que tiene adaptar es que cuando te quedas en blanco siempre puedes leer para coger algo y seguir. A mí me ha gustado mucho adaptar, también te digo que con Tres metros sobre el cielo tuve la novela constantemente a mi lado y con esta segunda ha sido más de leerla, quedarme con el tono, con las tramas principales y luego abandonarla. No he recurrido tanto a esta segunda novela como con Tres metros sobre el cielo, que era prácticamente un manual que seguir, respetándolo todo y sin desviarnos demasiado, simplemente reordenamos. En esta segunda sí ha sido un proceso de creación más autoral por así decirlo, hemos cogido la novela como inspiración. De hecho hay personajes que no están o personajes como la amiga de Babi –Katina– que aquí se convierte en la mejor amiga de Hache y en la novela prácticamente se limita a un encuentro al principio y no vuelve aparecer; o que se sugiere que puede tener un idilio con el hermano de Gin. Todo ese mundo hemos ido creándolo.

 

Mario Casas y Clara Lago / Tengo Ganas de Ti / TGDT

 

P: Volviendo a la pregunta inicial, cuando te enfrentas a esta segunda parte en la que ya conoces a los personajes y la historia pero quieres cambiar un poco el tono y quieres contar otras cosas, ¿no existe el peligro de acomodarse, caer y acabar contando lo mismo?

R: Esta novela tenía al personaje de Gin, que es totalmente nuevo en la historia, es decir, no coges los mismos personajes, que eso sí que, a lo mejor, te puede hacer caer en una cierta monotonía. Pero aquí siempre tienes a Gin para salir de ese posible estancamiento. Además todo lo que tiene es con el protagonista y por tanto todo lo que le provoca el protagonista siempre va a ser diferente. Gin era una baza muy importante para no repetirnos. Y luego lo que intentamos hacer es ver como estaban los personajes en la primera, para saber donde la teníamos que colocar en la segunda. Babi ya tenía la inocencia, el punto naif, pues aquí la colocamos en una madurez como medio muerta, como un fantasma; la hermana que era la que vivía en los mundos de yupi, ahora la pusimos en el mundo de la drogas y tal. Siempre intentando poner el punto de partida de los personajes en un punto donde no pudieses caer en repetición.

 

La segunda novela tiene muchos elementos de repetición con respecto a la primera, sobre todo en la trama que tenía con Gin en relación a lo que había vivido con Babi y eso no nos gustaba. Creíamos que Gin tenía que estar a la altura de Hache y había una frase que teníamos como premisa «las princesas ya no necesitan que los tíos nos salven o nos lleven en moto». Y ese era el punto de partida que iba a la contra de lo que definía a la primera película.

 

P: En la primera película el rol de cada uno estaba muy marcado y diferenciado, mientras que Gin y Hache son muy parecidos y en muchos momentos chocan

R: Yo creo que ella funciona como espejo, es como «ah, vale, yo era así. Yo he sido así». Eso también lo que crea es esa tensión que te permite hacer que los personajes no se den un primer beso hasta, prácticamente, la mitad de la película porque están constantemente jugando a ver quién puede más. Babi en Tres metros sobre el cielo era la que caía rendida y se resistía porque era una pija y porque ella no podía estar con un motero, y aquí simplemente es un juego de «como que tú puedes conmigo, bueno, pues yo también puedo contigo» y eso lo genera es que cuando llega el momento estás como «que se besen ya». Esta cosa que tienen los iguales de chocar, chocar, chocar y luego se abrazan.

 

P: ¿Cuándo estás escribiendo ya te haces una imagen de cómo podría quedar en pantalla?

R: Fernando decía que a esta segunda le faltaba esta cosa épica de amor que tenía la primera, porque es una historia un poquito más normal. Normal en el sentido de que son dos personas más iguales, no está el mundo diferenciado del motero y la pija –porque siempre los mundos que son muy opuestos al final funcionan por contraste– y entonces pensé en cuáles iban a ser los momentos épicos de la película y cómo los iba a colocar. Por ejemplo todo ese principio que van en el coche y él hace el trompo, o cuando él se pone encima de la moto y le dice el título de la película –que no está en la novela–, o la cita donde él la lleva por 20 mil sitio por Barcelona, que es justo el centro de la película, añadir esos momentos épicos que Fernando pensaba que le faltaban a la novela y colocarlos repartidos a lo largo del guión. Y una vez que están colocados esos momentos ya vas resituando el resto de la historia.

 

P: La secuencia que comentas de la cita por ejemplo me pareció muy emocionante…

R: … Ahí Fernando y yo discutimos mucho porque a mí me gusta mucho la combinación de la voz en off con la voz real y Fernando no lo veía. Discutimos sobre esa secuencia porque también tiene un pequeño cambio de tono dentro de la película ya que la voz en off no se usa hasta el final de la carta. Aunque en la carta está justificado y ahí no, pero como era el punto medio de la película me parecía que debía tener una diferencia tonal justo antes de que por fin los personajes se enrollen y hagan el amor en esa parte alta con toda la ciudad de fondo. Y siempre buscando que tuviesen puntos de identificación con la anterior. También se enrollaron en el punto medio en Tres metros sobre el cielo, pero dónde se enrollaban, crear similitudes, pero contrastadas. Si aquí era en una playa, aquí va a ser en las alturas.

 

P: La película mantiene un tono, pero hay alguna secuencia con un tono más onírico, un poco más irreal también, como la primera escena, cuando Hache se imagina con Babi o la de la discoteca, que visualmente me parece de lo mejor de la película…

R: … Yo cuando la vi me quedé alucinado. No me imaginé sobre guión que iba a quedar tan bien, porque está muy bien rodada, me gusta mucho. Además, me gusta mucho la propuesta de iluminación y como está muy bien contado el pasado, el recuerdo. Que también había una escena en Tres metros sobre el cielo de él recordando, mirándose a sí mismo estudiando con la madre; es decir, ese tipo de similitudes que digo que funcionan por contraste con respecto a la primera, que recuerdan a Tres metros sobre el cielo, pero que tienen un pequeño giro.

 

En cuanto a lo onírico a mí es que me gustó mucho la interpretación que hizo Álvaro Cervantes de Pollo en la primera y en esta segunda no aparecía. Aparecía la secuencia del cementerio, pero no aparecía él hablando, era un monólogo de Hache ante la tumba y dimos estas pinceladas de mundo onírico en el sueño del principio, en la discoteca y en el amigo con el que habla.

 

P: Al principio de la película aparece Gin haciéndole fotos a Hache y lo persigue, pero luego eso desaparece y no se termina de explicar nunca

R: Se explica en la exposición donde ves que ella, cuando él vivió ese romance con Babi, ya hizo fotos de todo, ya le tenía en mente. En la novela él veía un diario que no me gustaba nada. Hache encontraba un diario de ella y descubres que ella había estado enamorada de él cuando estaba con Babi y le había hecho fotos. De hecho en la novela ella está en todos lados, está en el aeropuerto y tal y luego resultaba que se había hecho amiga del hermano y el hermano le daba información de Hache, una cosa como muy novelesca.

 

P: Cuando lo leí en la novela me resultaba hasta desagradable, tenía pinta de acosadora

R: De acosadora, exacto, y aquí simplemente lo ve por casualidad, no es como en la novela que está esperándole en el aeropuerto para hacerle fotos del día que llega, que era como «Dios mío, que es la protagonista, no puede caer desde el principio»… Y lo dejamos como una cosa que lo ve porque está haciendo fotos y le persigue y luego nos damos cuenta en esa exposición final que ya lo conocía, que ya lo había fotografiado, pero de una manera un poquito más sutil y no que fuese esta cosa de «esta vez no te me escapas».

 

Ramón Salazar

 

P: Creo que la película está mucho mejor resuelta que la novela. Recuerdo que leyendo la primera parte para preparar las entrevistas de 3MSC, el final no me gustó nada y compré la segunda parte para ver si la cosa mejoraba y empiezo a leer eso con Gin en plan acosadora… salí bastante decepcionado de la lectura

R: Sí, esa era una cosa que desde el principio queríamos evitar. La resolución del diario, además, nos parecía muy gratuita. O sea, eso de que él llegase con un ramo de flores, ella no estaba, el hermano le dejaba entrar y entonces veía el diario, lo abría y veía que había fotos de él. Era como «mira, no, no, no se puede resolver una película así», es como «no sabía qué hacer» y es lo tú dices, le da un matiz negativo de acosadora al personaje protagonista del que te tienes que enamorar y no podía ser.

 

P: No hay más novelas, pero hay muchas cosas que se podrían desarrollar. ¿No os resultaría atractivo hacer una tercera parte? O como esta historia acaba con un final feliz, se cierra el punto, no sé hasta que punto crees que os podrían entrar ganas o dejarla ya y abordar otros proyectos

R: Siempre es muy atractivo porque no siempre tienes la posibilidad de continuar con personajes y seguir desarrollándolos a lo largo de películas. Claro que hemos elucubrado sobre una tercera parte y qué pasaría en esa tercera parte y sobre que versaría. Y está claro que el mundo Hache-Babi, recuperarlo en una parte un poco más adulta… De hecho, Babi en la novela se casa y sin embargo aquí quisimos darle el matiz de que no quedaba muy claro, ella se pone el vestido y lo tira, dice que se va a casar, pero su semblante no denota que le ha quedado claro. Creo sería interesante una tercera parte donde Babi y Hache se vuelven a encontrar y se encuentran en un punto en el que no tiene nada con esa cosa infantil, ese amor adolescente que contábamos en Tres metros sobre el cielo. Y sobre todo es muy interesante que esté el personaje de Clara, que es la adulta y de donde pueden estar los personajes situados para empezar esa tercera.

 

Fernando y yo lo hemos hablado, pero bueno, Fernando es como un día lo tenemos muy claro y otro día dice ya no quiere más de esta saga. También nos parece muy interesante que si en la primera fuimos lo más fieles posibles con la novela y aquí la hemos cogido como inspiración, liberarnos ya del universo Moccia y quedarnos simplemente con los personajes me parece un ejercicio muy interesante para cerrar, liberarlos del universo Moccia y hacerlos más nuestros que suyos.

 

P: Ahí quizás lo interesante sería dejar que pasaran 5-6 años y que ellos también crezcan para establecer ya la diferencia…

R: Sí, exacto. Que sea un salto que sea interesante, eso está claro. Pero tiene que estar sobre los personajes de Hache y Babi de inicio y cierre.

 

P: Incluso a nivel de industria, tal como ha funcionado la primera (y la segunda) podría ser interesante también, porque estamos en el cine con un discurso victimista con que la gente no va a ver cine, pero cuando se hace una con un sentido más comercial, más pensado en llenar salas, se ve que se consigue y se hacen cosas interesantes

R: A mí me hace mucha gracia cuando la gente frivoliza con el hecho de que esta sea una peli comercial como si eso fuera una cosa sencilla de hacer y yo siempre le digo a Fer «que se pongan y lo hagan. Tú lo has hecho, tú te has puesto y lo has hecho con dos pelis. Y has convencido a gente que ahora no pone dinero para cine de que invierta prácticamente el doble y que la peli esta tenga una mejor factura, una mejor madurez y con el aliciente que el público venga a verla». A mí me parece admirable, yo como director no sería capaz de hacerlo. No es tan fácil, es que no cualquiera dice «voy hacer un éxito comercial» y te sale.

 

P: Pero quizás este tipo de películas son un toque de atención a la industria que muchas veces está tan cerrada en hacer sus obras sin pensar en el público, porque puedes hacer una cinta en la que muestres tus inquietudes pero pensando también en el público

R: Además yo creo que Fernando lo ha tenido muy claro. Hizo Tres metros sobre el cielo ciñéndose a una novela que hablaba de un mundo muy distante a nosotros, amor adolescente, y en esta dijo «vamos hacer con esta algo que se acerque más a lo que nos interesa», a un mundo más melodramático, más operístico y donde utilicemos a estos personajes para contar una historia que nos apetezca. Me parece muy inteligente mezclar, de un precedente de un éxito comercial, para empezar a meter cosas tuyas y terminar, probablemente, haciendo algo en una tercera, si hubiese una tercera muchísimo más de autor. Y habría tenido una evolución muy interesante de una peli meramente comercial como era Tres metros sobre el cielo a algo con los mismos personajes que terminen una cosa que sea una peli casi de autor.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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