«¡Enseguida tuve claro que había pasado algo extraño!«
En 2020 Norma Editorial trajo a nuestras librerías Nenúfares Negros, el cómic con el que Didier Cassegrain y Fred Duval adaptaban a viñetas la novela de Michel Bussi que llevaba por aquel entonces más de medio millón de ejemplares vendidos en Francia. Ahora, casi un lustro después, la pareja de artistas vuelve a reunirse para adaptar otra novela de Bussi, una que nos lleva de viaje a las paradisíacas costas de la isla de Reunión, en pleno océano Índico (aunque formando parte de Francia como uno de sus departamentos de ultramar). Allí nos tendremos que enfrentar a la desaparición de una mujer y a un creciente número de cadáveres que amenazan con colapsar a los escasos efectivos policiales de la isla y los nervios de la capitana a cargo de la seguridad de este territorio.
No Sueltes Mi Mano se trata de un thriller en el que nada es lo que parece y los ritmos y maneras de la vida en esta pequeña isla (algo menor en extensión a Mallorca para que os hagáis una idea) se mezclan con lo que parece un terrible crimen, un secuestro y una huida a ninguna parte. Se trata de un cómic que se lee conteniendo la respiración, sospechando de todo y todos y esperando su interesante resolución final mientras recorremos parte de la fabulosa orografía de la isla al este de Madagascar. Una excelente apuesta de Norma por el misterio a la que deberíais dar al menos una oportunidad y que nos permite escaparnos de la vorágine de capas y mangas que a veces parece saturar la oferta comiquera actual.
«¿Qué pintan los Bellion en este barrio cutre?«
Una cosa de la que me doy cuenta al leer este cómic es de que, si quitamos de en medio los llamativos paisajes de esta isla volcánica, nos encontramos con un crimen rural con todo lo que ello significa (pasados que sólo los implicados conocen, viejas rencillas, ritmos pausados y adaptación de todo lo que ocurra a la idiosincrasia de la población). No Sueltes Mi Mano sería el mismo cómic si en lugar de situarlo en Reunión hubiera ocurrido en una aldea asturiana y esto me hace cierta gracia, pero también habla acerca de lo bien que está relatada una historia que es completamente universal y perfectamente entendible para un habitante de estas regiones del hemisferio sur o para un señor toledano con cierto gusto por el cómic francés. Todo un acierto tanto para Bussi como para los autores de este álbum.
La otra reflexión que me sugiere este tomo es la de que, sin haber leído ni conocer demasiado el material original, me encuentro con personajes que siento reales y capaces de ver en cualquier otro medio (sí, estoy pensando en una serie o película). Desconozco como es la construcción de los personajes en la novela de Bussi, pero en el cómic de Duval y Cassegrain uno los siente como si fueran conocidos de toda la vida. Y, claro, eso hace que te preocupes por su vida, sus ambiciones, su futuro… Hasta que llegas a las últimas páginas del álbum, con el corazón en un puño, y no sabes muy bien qué final es el que quieres ver antes de darle la vuelta a la última página de esta excelente historia.
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