A poco menos de tres semanas de su estreno en cines -está previsto para el 14 de febrero- Anthony Mackie y Danny Ramírez han hecho una parada en Madrid en su gira de presentación de Capitán América: Brave New World para hablar sobre la película con los medios -e influencers- españoles. Durante el encuentro que mantuvimos con ellos, de poco más de media hora, los actores mostraron una gran complicidad y sentido del humor, huyendo de los temas que pudieran ser más comprometidos en favor de juegos tipo «¿con qué vengador te gustaría compartir pantalla?», así como subrayando el espíritu del Capitán América.
La experiencia es un grado y Anthony ha sido quien ha llevado la voz cantante, agradeciendo en primer lugar lo que significa esta película para él: «Fue una experiencia increíble. Llevo once años en el Universo Marvel y 25 años en el negocio y es muy raro ver a alguien empezar desde abajo, haciendo papeles muy pequeños y que logré alcanzar un papel tan importante como Capitán América. Así que significa mucho para mí porque finalmente han reconocido mi trabajo«. Danny por su parte, apoyándose en su ascendencia latina para hablar en perfecto castellano, ha recordado que «cuando era niño mi abuela me puso unas alitas y pensé que podía volar, y me tiré de un segundo piso, pero esta vez por fin lo pude hacer de verdad. Así que ha sido realmente emocionante«.
Otro sueño cumplido para ambos ha sido el de compartir cartel con Harrison Ford, tercer Thaddeus Ross fílmico tras Sam Elliot y el fallecido William Hurt. Tirando de humor, Ramírez ha confesado que «aprender de él ha sido un sueño. Es el actor favorito de mi madre«. Asimilando la posición de novato de su personaje en el UCM, ha añadido que «en cuanto Harrison entra en el set todos lo miran a para ver lo que va a hacer. Para mí ha sido genial trabajar con él y con Anthony porque son buenos líderes y he podido aprender muchas cosas de ellos«.
Mackie, más extenso, ha recordado la experiencia de trabajar con el veterano actor así: «Ha sido muy divertido. Es un tipo realmente agradable y genial y he aprendido mucho trabajando con él. En la película tenemos como tres niveles: Danny, que está empezando y absorbe todo a medida que avanza, yo, que he aprendido mucho de Harrison, y el propio Harrison, que ya lo sabe todo, que los ha visto y lo ha hecho todo. Que no absorbe nada porque ya lo ha hecho de todas las formas posibles«.
«El primer día con Harrison fue estresante y se me olvidaban mis líneas. Después de tres tomas se me acercó y me dijo: ‘¿Cómo te va, chico?’ Yo le dije: ‘Bien, bien’ y contestó: ‘Está bien, relájate’. Le di las gracias y el resto del día fue genial, pero necesitaba ese voto de confianza suyo, porque le sigo desde que tenía siete años. Es como la primera vez que trabajé con Samuel L. Jackson. Todos los días llegaba al set, miraba al equipo y decía: ‘Vamos a filmar esta mierda’ y el equipo contestaba: ‘No la llames mierda, es nuestra película’. Pero luego era un gran jugador de equipo«.
Siendo Capitán América un personaje tan apegado a los símbolos norteamericanos pero, al mismo tiempo, un personaje que no se corta en cuestionar a sus dirigentes cuando gobierna la injusticia, la pregunta sobre el nuevo marco político de EEUU con Donald Trump de nuevo en el poder se hacía inevitable. Ya sea por recomendación de sus publicistas o por propia iniciativa de mantener un perfil bajo, ninguno de los actores quiso mojarse demasiado, con Anthony subrayando que «siempre se han mantenido en la línea de la acción realista y el drama político«, siguiendo el tono de las dos primeras películas de Chris Evans (El primer vengador y Soldado de invierno).
«Y mucho de eso tiene que ver con la capacidad de la gente para identificarse con el Capitán América«, ha añadido. «Siempre ha transmitido humanidad, dignidad y empatía… Y por eso Chris Evans fue tan bueno con el personaje. Y por eso tanta gente se enamoró de él, porque puedes reflejarte en el Capitán América sin importar tu raza o tu origen. Y esta película se mantiene en esa línea en cuanto a la política, el espionaje… Más que un gran superhéroe, el Capitán América es, sobre todo, un personaje con el que te puedes identificar«.
Y hablando de Evans y Steve Rogers, tanto en el cómic como en el cine la sombra del gran héroe americano ha sido alargada para Sam Wilson, pero Mackie tiene claro que no se trata «de estar a la altura de Steve Rogers, sino de estar a la altura del título de Capitán América«. Y establece la que, según él es la gran diferencia entre ambos personajes, pues mientras «Steve era una persona noble y digna, pero también era muy fuerte, casi invulnerable«, Sam Wilson lidia con «problemas reales como pagar el alquiler» o decidir en qué peleas meterse porque cualquiera «puede suponer la muerte, porque es un hombre normal y corriente«. En ese sentido, para el flamante Capitán América «Sam es más humano que Steve Rogers«.
Evasiva fue también la respuesta de Mackie ante la cuestión de la referencia que supone el trabajo previo de los cómics en las películas. En el caso que nos ocupa la etapa de Nick Spencer al frente de Capitán América fue crucial por su tono político, la lucha de Sam Wilson por legitimarse ante quienes solo le veían con un usurpador del legado de Steve Rogers y la creación de Joaquín Reyes, el personaje encarnado por Danny Ramírez. El protagonista de esta cuarta parte de Capitán América tiró de generalidades y del siempre socorrido Stan Lee aún cuando el referente de su película es de 2016, curiosamente, el año en que se inició el primer mandato de Donald Trump:
“Stan Lee nos dejó una base increíble. Tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con él antes de que falleciera y me enseñó mucho en cuanto a la historia y el trasfondo de Halcón y su transición a Capitán América. Así que los cómics son fundamentales para las películas de Marvel, pero los guionistas, directores… han tomado esos argumentos y los han expandido y llevado a la actualidad.
El guantelete del infinito, por ejemplo, es un gran resumen de Infinity Wars, pero cuando ves Endgame, es tan contemporánea en nuestros pensamientos, creencias e ideas que cuando Steve Rogers sube a ese acantilado te preguntas qué harías si estuvieras en ese acantilado y tuvieras un ejército entero frente a ti ¿Huirías o te quedarías y lucharías por lo que crees? Siento que es algo que nos cuestionamos y con lo que lidiamos todos los días como seres humanos. Y el trabajo de los guionistas, los directores y los actores de las películas es hacer que sean más emotivas y más cercanas a la sociedad actual. Aunque los cómics siempre nos den el modelo a seguir”.
Deseos vengadores
Mucho más distendido -y divertido- ha sido el momento de hablar de sus deseos vengadores. De poder elegir, ¿a qué otro personaje Marvel interpretarían? Danny ha apostado por Spiderman, mientras que Anthony, entre risas, ha elegido a Hulk porque «es un personaje realmente genial. Empezando por sus pantalones indestructibles. Cuando se transforma, rompe la camisa, los zapatos… pero nunca sus pantalones».
¿Y de poder formar su propia alineación de Vengadores? Cuestión más que pertinente dado el cambio de paradigma del UCM tras Endgame y con grupos como Thunderbolts (que en el cine apuntan a emular a los Vengadores Oscuros) a punto de estrenarse en cines. En esa línea, a Mackie le «encantaría tener al Soldado de Invierno, a Halcón… Será muy interesante ver en qué queda la cosa si seguimos ese camino«.
Y ya puestos a jugar menciona los nombres del Thor de Chris Hemsworth y el Hulk de Mark Ruffalo «porque puede poner fin a cualquier pelea» antes de tirarse del todo a la piscina y fantasear con la Patrulla-X: «Amo a Hugh Jackman y me gustaría pasar tiempo con el Profesor Xavier. No sé qué significaría si el Profesor Xavier fuera un Vengador, pero tener a Patrick Stewart en el set sería increíble. Y si pudiéramos incluir a la Tormenta de Halle Berry, sería genial«. «Yo añadiría a Lewis Pullman, que es uno de mis mejores amigos y que va a estar en los Thunderbolts», ha añadido Danny, cortado por Anthony antes de confirmar lo que se presupone por el tráiler de dicha película, que interpreta al Vigía.
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